Apagón masivo en la Argentina: sin luz, con comercios cerrados y falta de transporte, la mañana porteña fue caótica
El histórico apagón que este domingo dejó sin luz a todo el país provocó inquietud e incertidumbre entre los vecinos de la ciudad, que no recordaban haber vivido jamás una situación similar. Muchos se acercaron a los comercios que contaban con generador o se apuraron a comprar artículos en los supermercados.
En una recorrida por el barrio de Belgrano, LA NACION pudo comprobar que además de faltar luz en las viviendas y la mayoría de los comercios, toda la infraestructura principal estaba fuera de funcionamiento: alumbrado público, semáforos, subtes, trenes, cajeros y estaciones de servicios, entre otros. El panorama se repetía en casi toda la Capital. Y la tormenta que afectó a la ciudad generó más complicaciones, en un domingo con mayor movimiento de lo habitual por el Día del Padre.
"No cargamos combustible porque los surtidores son eléctricos y en el minimercado no te van a vender ni un bombón porque no podemos facturarlo", explicó uno de los playeros de la Axion ubicada en Balbín y Monroe. En la esquina de enfrente se veía a varios vecinos ingresar a los cajeros de un banco y salir pocos segundos después decepcionados, sin poder retirar efectivo.
En los supermercados hubo mayor demanda de algunos artículos puntuales. "Lo que todos vinieron a buscar hoy fueron velas y pilas", señaló una auxiliar de una sucursal Coto del barrio. Por los pasillos se veía a varios de los compradores cargando sus changos con botellones de agua mineral, ante el temor de que un corte de energía prolongado afectara el servicio de provisión de agua.
En la esquina de Cabildo y Juramento, los peatones cruzaban la calle con cuidado para evitar accidentes y los automovilistas dudaban a la hora de girar. La lluvia, además, reducía la visibilidad. La División Antidisturbios de la Policía de la Ciudad desplegó allí dos camionetas y algunos agentes. "Nos mandaron por el tránsito, nos ponemos en la avenida para que los vehículos bajen la velocidad por la presencia policial. Hasta ahora no hubo ningún accidente", explicó uno de los uniformados.
Autos y colectivos fueron los únicos medios de locomoción disponibles para moverse por Buenos Aires. Por el contrario, la red de subtes y los trenes metropolitanos no prestaron servicio por falta de electricidad durante la mañana.
Pasado el mediodía, la línea Roca -con cabecera en Constitución- empezó a restablecer su servicio, aunque con demoras, mientras recobraron la normalidad las líneas San Martín y Belgrano Sur. Para las 19, según información del Ministerio de Transporte de la Nación, ya todos circulaban con el cronograma de los domingos.
En cambio, los porteños que acostumbran a movilizarse en subte tuvieron menos suerte porque los ramales presentaron operaciones dispares. Anoche, las líneas A, C, D y E y el Premetro ya funcionaban con la frecuencia habitual, pero las B y H seguían interrumpidas. No había información precisa sobre cuándo serían rehabilitadas.
Horas antes, durante el apagón, Marcelo Pereira, el dueño del bodegón San Cayetano, situado en Juramento al 2400, se quejaba: "Estamos trabajando con linternas y no podemos hacer nada de cafetería. No suele cortarse mucho la luz en el barrio, pero así, en todo el país, jamás. Nosotros abrimos las 24 horas, pero si no vuelve para cuando oscurezca, vamos a cerrar".
Las tres mesas del local que estaban ocupadas tenían velas. Los comensales las habían elegido porque estaban ubicadas cerca de los ventanales que dan a la calle, para poder aprovechar la luz natural, aunque el clima tampoco acompañaba.
"En mi vida vi algo así, para mí que fue un ciberataque", especuló Eduardo Carlos de Ilzarbe, un vecino de 69 años que reside en La Pampa al 900 y caminó desde allí más de veinte cuadras buscando un lugar con luz para desayunar. "Los pocos lugares que había con generador estaban llenos de gente", dijo.
Horas analógicas
"Temprano fue un desastre. A las 7, cuando se cortó, no se veía nada y daba miedo", recordó Roberto Albinati, dueño de un puesto de diarios en Juramento al 2100. A metros de allí está la tradicional panadería y confitería Esmeralda, que cuenta con generador eléctrico y por eso sus mesas estuvieron ocupadas durante toda la mañana. "Siempre viene gente a desayunar acá, pero hoy hubo mucha más -explicó María Ester Fernández, una de sus dueñas-. Pero el grupo electrógeno no nos sirve para la fábrica y eso nos complicó mucho la venta del Día del Padre".
Al mediodía, cinco horas después de iniciado el corte, las luces de la Plaza Manuel Belgrano y algunos semáforos de Juramento a la altura de O'Higgins fueron las primeras señales de que el servicio eléctrico se estaba restaurando.
"Mi mujer me llamó desde Retiro y me dijo que ahí ya habían prendido, y acá acaban de encenderse. Lo están haciendo barrio a barrio", explicó Albinati, aliviado. Y contó que había vendido muchos más diarios que de costumbre: "Como no había ni televisión ni radio ni internet, la gente se puso a leer".
Según datos de la Secretaría de Transporte porteña, para las 19 el 72% de los semáforos habían vuelto a entrar en servicio.
Con la colaboración de Julia D'Arrisso