Servicio Meteorológico Nacional: expertos afirman que los despidos afectan el funcionamiento del organismo creado por Sarmiento en 1872
Especialistas consultados por LA NACION alertaron sobre el riesgo que implica el achicamiento del organismo encargado de generar información meteorológica, climática y ambiental de calidad utilizado por distintos sectores y en un contexto con situaciones climáticas extremas cada vez más frecuentes
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El Servicio Nacional Meteorólogico (SMN) fue una de las dependencias públicas en donde a principios de mes el personal debió hacer fila para ingresar y enterarse si estaban despedidos. A la sede central, ubicada en avenida Dorrego al 4019, asistió Gendarmería durante la jornada en la que ATE protestó por los despidos estatales. Al día siguiente, el procedimiento se volvió a repetir y les pidieron a aquellos que quisieran entrar identificarse.
Fueron 73 contratos los que no se renovaron dejando al organismo descentralizado fundado por Domingo Faustino Sarmiento en 1872 con un total de empleados menor a la cantidad óptima, según cifras oficiales. “Se debería rever los despidos ya que van a impactar en la operatividad institucionalmente”, dijo a LA NACION la licenciada Teresa Ibarzabal y Donangelo, capacitadora y meteoróloga del Centro Regional de Formación del SMN.
Según precisaron desde el Ministerio de Defensa–de donde depende del SMN– 19 de esos contratos forman parte de un retiro voluntario, por lo que 54, distribuidos en todo el país, implicaron una desvinculación forzada. Un total “por debajo del 15% solicitado”, señalaron.
Antes del recorte, el SMN, siempre según los números oficiales, contaba con 1132 empleados. Luego de estas bajas, quedó con 1059 empleados, un total menor a la cantidad óptima. Así lo muestran los números oficiales. La dotación optima, según dijeron desde la cartera a cargo de Luis Petri citando a una auditoría realizada por el expresidente Mauricio Macri, sería 1156.
Al menos 654 personas, según indicaron fuentes del organismo, estaban contratadas bajo esta modalidad (el artículo 9), una práctica que se extiende en todo el Estado que en este caso alcanzaba a más de la mitad de la planta contratada. En tanto, los contratos de empleados estatales transitorios que sí renovaron se prorrogaron hasta el 30 de junio.
Expertos consultados por LA NACION alertaron sobre el riesgo que implica el achicamiento del organismo dado que es el encargado de generar información meteorológica, climática y ambiental de calidad, un insumo utilizado por la ciudadanía, distintos organismos del Estado, el transporte aéreo, sectores productivos en un país con un modelo agroexportador como base, la navegación marítima y fluvial, el turismo, el deporte y empresas privadas. Resultan aún más preocupante en un contexto marcado por el cambio climático y asediado por situaciones climáticas extremas cada vez más frecuentes, como el temporal que afectó a Buenos Aires en diciembre pasado, o las inundaciones que caracterizaron al mes de febrero.
“Si se pierden recursos humanos en este entramado complejo que nos ha permitido hasta ahora, y gracias al personal altamente capacitado del SMN, generar información de calidad sobre el tiempo, el clima y su evolución en el corto y mediano plazo, solo podemos prever una mayor desprotección ante los riesgos a los que nos enfrentamos ante un clima cada vez más peligroso”, resumió Inés Camilloni, climatóloga investigadora del Conicet y coautora del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
La doctora en Ciencias de la Atmósfera por la Universidad de Buenos Aires además señaló: “Solo el SMN puede emitir alertas sobre probabilidad de ocurrencia de eventos adversos y esto es el resultado de la integración del trabajo de observadores meteorológicos, meteorólogos, expertos en comunicación de información, expertos en informática, entre otros. Estos datos además constituyen la base para el análisis de los cambios observados en el clima en la Argentina y el mundo y la generación de perspectivas futuras”.
Y cerró: “Como dice su nombre, el SMN presta un servicio esencial para la sociedad, el sector productivo, los sistemas de transporte y la planificación energética. Se inicia con la observación del estado de la atmósfera en forma periódica siguiendo estándares internacionales, y continúa con la comunicación de estas observaciones a un sistema de vigilancia global. Con estos datos se generan pronósticos del tiempo que constituyen una herramienta esencial para la protección y seguridad de las personas, bienes y servicios”.
Según datos que recolectaron los trabajadores del organismo, la mayoría de los afectados fueron observadores meteorológicos. Echaron a 17 distribuidos entre las estaciones sinópticas de La Plata, Ezeiza, Tandil, Pehuajó, Coronel Suárez y Las Flores, de Buenos Aires; Roque Saénz Peña, en Chaco; Bernardo de Irigoyen, en Misiones; el Observatorio de geomagnetismo Pilar, en Córdoba; El Calafate, en Santa Cruz; San Carlos, en Mendoza; y el Observatorio Las Talitas, Tucumán.
En la de San Carlos, en Mendoza, por ejemplo, según pudo saber LA NACION, echaron a la única observadora meteorológica que había por lo que probablemente deba cerrar. Para funcionar de manera óptima veinticuatro por siete, y cumplir con los planes de labor exigidos, una estación necesita siete personas. En La Plata habían contratado a tres personas en 2023 para capacitarlos porque cuatro de los integrantes se van a jubilar este año. Echaron a esas tres personas y cuando se retiren los demás, solo quedarían tres en esa estación. Corren riesgo las estadísticas del tercer servicio meteorológico que se creó en el mundo.
Los observadores meteorológicos son el primer eslabón de la cadena. Se encargan de mirar una vez por hora, todo el año, sea cual sea el estado del tiempo el dato real de las diferentes variables atmosféricas que enviarán a la central. El dato es el primer eslabón para cualquier producto meteorológico. Son esos valores los que luego de procesarse utilizan los pronosticadores. Se almacenan, además, en bases de datos que aprueban diferentes controles de calidad. Son esos datos considerados confiables los que utilizan, por ejemplo, los seguros de automóviles para confirmar siniestros por eventos climáticos como el granizo. Son insumos que utiliza el sistema de alerta temprana y de los Avisos a Corto Plazo, o diversas instituciones que toman decisiones ante eventos de alto impacto, como Defensas Civiles Nacionales, Provinciales y Municipales.
“Poder tener lo que se llaman sistemas de alerta temprana, avisos de lo que podrían ser los impactos de la próxima tormenta o de los próximos impactos meteorológicos es muy importante para la vida de las personas, las ciudades, la infraestructura, el campo. Es lamentable que se pierda todas esas capacidades que durante tantos años se fueron construyendo”, dijo a LA NACION Enrique Maurtua Konstantinidis, consultor senior en política climática.
Y agregó: “Nuestro Servicio Meteorológico Nacional y los científicos argentinos en general que trabajan en cambio climático, en meteorología, son personas que están súper capacitadas, tienen renombre internacional, y disminuir o ir en detrimento de eso, sería muy lamentable. No solo por una cuestión del prestigio, de la importancia internacional, sino por una cuestión de la seguridad de las personas de este país”.
Andrés Nápoli, director ejecutivo de Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), también destacó el sistema de alertas tempranas elaborado por el organismo. “Actualmente los fenómenos del cambio climático son eventos climáticos que irrumpen y se desarrollan más rápidamente que antes. Fenómenos que antes se daban en meses ahora se dan en un día, como las tormentas que pueden producir inundaciones, que tienen desarrollos muy diferentes a las que se estaban dando con anterioridad, o los temporales como el de Bahía Blanca”, describió.
“Es muy importante para los planes de adaptación al cambio climático. El cambio climático no implica solamente bajar las emisiones, sino también establecer planes y sistemas de adaptación para la sociedad. Hay compromisos internacionales que el país debe cumplir y esos datos también vienen del SMN”, agregó sobre el organismo.
Y cerró: “No son temas que se puedan tercerizar. Es un despropósito desarmar un sistema como el SMN y tener como único fundamento la falta de recursos”.
Son los observadores meteorológicos también quienes proveen la información necesaria para los pronósticos aeronáuticos que habilitan que vuelen los aviones.
“A cada hora hay que informar temperatura, nubosidad. Si hay niebla y fenómenos que bajan la visibilidad hay que enviar un mensaje especial. Somos los primeros que vemos cómo cambia el clima”, explicó a este medio Nelson, uno de los observadores meteorológicos despedido del aeropuerto Ezeiza. Trabajaba allí desde 2020, antes había estado seis años en El Palomar.
“Yo además había ido a preguntar en enero porque nos renovaron el contrato por tres meses cuando siempre era por un año. Mi jefe me dijo que nosotros éramos operativos y que no iban a tocar los aeropuertos. Después de enterarme que estaba despedido me pidieron que vaya el 31, porque no había quién cubra mi puesto”, contó.
En el año 2023 se realizaron 56.940 pronósticos aeronáuticos. Como parte de sus tareas para garantizar la seguridad aeronáutica, los pronosticadores aeronáuticos monitorean 143 volcanes potencialmente activos desde Perú hasta la Antártida.
Además, luego del recorte el curso para observador meteorológico se encuentra suspendido hasta mayo, dado que entre los despedidos también estaba el gestor de la plataforma de cursos para Argentina.
El SMN es el centro regional de formación y se encarga a nivel nacional de tres cursos: el de observador meteorológico, inspector meteorológico y el de preselección antártica. También tiene como obligación internacional impartir cursos para la Región III y IV de la Organización Meteorológica Mundial.” Nos tenemos que reacomodar. No sobraba nadie. Nos afectó el despido de esta persona y por eso se suspendieron hasta mayo. Estamos trabajando y vamos a ver cómo vamos a hacer con esa ausencia”, indicó Ibarzabal y Donangelo, que está a cargo de los cursos antárticos y de inspección meteorológica.
“La meteorología no existe si no es interdisciplinaria. En el área de Meteorología y Sociedad trabajan antropólogos, geógrafos, sociólogos. Echaron a personas del área de Gestión de Proyectos, ahí inventaron el sistema de alerta temprana. No basta con no echar meteorólogos. Yo puedo tener el dato, pero ellos saben qué impacto puede tener en otras áreas”, explicó a este medio una meteoróloga que prefirió resguardar su nombre.
“Las bajas son de contratos de funciones no indispensables, ni que afecten la seguridad de la población, ni que sean necesarias para evitar catástrofes ambientales o accidentes aeronáuticos. Por ejemplo: administrativos, encargados de museos, atención al público”, dijeron desde el Ministerio de Defensa.
Sin embargo, entre los despedidos aquel miércoles antes de Semana Santa en que comenzó a circular la lista estaba también Lucas Berengua, un meteorólogo a quien no le iban a renovar el contrato tras 21 años trabajando en el SMN. Se viralizó el video en que sus compañeros lo despidieron con aplausos.
“Yo no era un ñoqui. No me vengan con ese verso porque hasta ayer mismo a la mañana era el vocero del organismo. Tiene que ser un error, es indescriptible lo que se siente”, había enfatizado Berengua en Radio con Vos. Y había agregado que al estar contratado bajo el artículo 9 no lo indemnizarían. “No hay manera de comprobar que yo no hacía mi trabajo; tenía responsabilidad bajo tres centros internacionales”.
“Si la idea de reducir era para con aquellos que no producían en el organismo, hicieron las cosas mal. Se mandaron una. Hay una cantidad de servicios que nosotros prestábamos que hoy está en un riesgo total –advirtió en ese momento–. Principalmente, la red de observaciones meteorológicas porque hay estaciones en el interior del país que diezmaron, como La Plata”.
Tras la viralización, le informaron que se reincorporaba a su trabajo, en las mismas condiciones laborales en las que se encontraba anteriormente, es decir, bajo el artículo 9º del régimen de contrataciones de personal, y al igual que sus compañeros que fueron extendidas por 3 meses, hasta junio.
“Me llamaron, me indicaron que se enteraron de mi despido y que se revertía la situación. Dijeron que no había razón para que me hubiesen desvinculado de esa forma. Me dieron a entender que se había tratado de una mala decisión y que me presentara como normalmente lo hacía”, contó a LA NACION.
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