Senado: por ley, no se podrá circular con alcohol en sangre en las rutas nacionales
La iniciativa modifica el artículo 48 de la actual norma de tránsito; ya hay 13 provincias que tienen tolerancia cero en sus territorios
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Con 48 votos a favor y nueve en contra, el Senado convirtió en la ley el proyecto de alcohol cero al volante, que prohíbe conducir en todas las rutas nacionales del país con alcohol en sangre.
La iniciativa modifica el artículo 48 de la actual ley de tránsito para reducir la cantidad permitida de alcohol por litro de sangre en los conductores, que actualmente es de 500 miligramos (0,5), a cero en todo el territorio nacional. Para motocicletas o ciclomotores era de hasta 200 miligramos (0,2) y para transporte de pasajeros de menores de edad y de carga, ya regía la tolerancia cero.
El proyecto fue elaborado por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) en conjunto con el Ministerio de Salud de la Nación, la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar), asociaciones de familiares de víctimas de tránsito y legisladores nacionales. Se presentó en el Congreso en abril de 2021, fue sancionada por la Cámara de Diputados el 24 de noviembre pasado por una mayoría de 195 votos, el 1° de diciembre último recibió dictamen favorable en comisión en la Cámara alta y quedó en condiciones de ser convertido en ley, algo que sucedió hoy.
Actualmente, 13 provincias y más de 40 municipios del país tienen una ley de alcohol cero en sus territorios, según datos de la ANSV. La última en sumarse fue Buenos Aires, que sancionó la ley en diciembre pasado, a la lista integrada por Córdoba, Chaco, Entre Ríos, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Río Negro, Salta, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Tucumán y Chubut.
Otras provincias, mientras tanto, resistían la medida. Desde Mendoza, los bodegueros, con apoyo del Ejecutivo local, rechazaron vehemente la iniciativa legislativa y salieron a presionar para ponerle freno o, al menos, introducir algunas modificaciones para hacerla más flexible. Entre sus argumentos señalaron que podría tener un fuerte impacto en el turismo y la actividad vitivinícola. Como alternativa, propusieron un endurecimiento de medidas –multas más severas– o segmentar a los consumidores al volante de acuerdo con el grupo etario, actividades profesionales o capacidad de conducción.
En el recinto
“Es un proyecto de ley de un solo artículo, pero es un artículo que modifica absolutamente el presente y el futuro de miles de familias”, dijo la senadora oficialista María Teresa Gónzalez (Formosa). Y cerró: “Es importante destacar, ya que hay algunas voces y muchas de regiones productoras vitivinícolas que no estuvieron, ni están de acuerdo, con esta sanción de la ley de alcohol cero. Las estadísticas demuestran todo lo contrario. En las provincias en las que ya se ha implementado esta ley, el consumo de alcohol no ha disminuido, tampoco ha disminuido la venta, pero sí ha disminuido y en un porcentaje mayor al 35% el grado de siniestros viales producidos por el alcohol. Acá se trata de salvar vidas”.
Fueron varios los senadores que se refirieron al sector vitivinícola, que se opone a esta ley. “Nosotros no estamos hoy tratando una ley seca. Este proyecto no perjudica a las economías regionales, lo único que pretende es que aquel hombre o mujer que consume alcohol en una fiesta, simplemente no maneje”, apuntó la senadora rionegrina Silvina García Larraburu (Frente de Todos).
“No hay un solo indicador de un país o una provincia que haya implementado el alcohol cero que nos diga que esta ley va a bajar el consumo”, enfatizó la mendocina Anabel Fernández Sagasti, vicepresidenta del bloque de Frente de Todos, durante el cierre del debate.
Críticas
Los cuestionamientos llegaron de la mano de la oposición. “Los argentinos, una vez más, queremos escaparle al problema sancionando una ley, como si las leyes fueran mágicas y no podemos permitir otra vez ir por atajos que nos vendan espejitos de colores, porque no es el camino. A treinta años de la ley nacional de tránsito, la ley no soluciona nada. Lo que soluciona es la acción, y es el eterno problema en la Argentina, no hay acción. No se trabaja como se debe trabajar”, planteó el radical Dionisio Scarpin (Santa Fe). Enfatizó en que se incrementen los controles, se apliquen penas y haya diálogo entre la ANSV y los municipios y afirmó: “Llevo 120.000 kilómetros hechos en este año de senador, 500.000 kilómetros de intente en 10 años, nunca jamás me hicieron un control”. El senador completó: “Yo voy a votar en contra para que esto no sea una cortina de humo al problema real, para que realmente se trabaje a conciencia”, cerró mientras desde el palco, donde se ubicaban familiares de víctimas de incidentes viales, se escuchaban silbidos.
El jefe del bloque radical, Luis Naidenoff (Formosa), pidió que se respeten todas las posiciones.
La radical mendocina Mariana Juri opinó en esa misma línea. “Está claro que hoy no estamos hablando de si nos parece bien o nos parece mal que la gente conduzca alcoholizada. Por supuesto que acá no debe haber ningún senador que esté de acuerdo en que la gente conduzca alcoholizada. De lo que estamos hablando hoy es de que, como si se tratara de magia, estamos tratando un proyecto de un solo artículo. Es una ley que no está tomando ni una sola recomendación de todas las que han hecho los especialistas del mundo para bajar la siniestralidad en la Argentina”, planteó la secretaria del interbloque de Juntos por el Cambio, que enumeró que la ley no contempla endurecimiento de las penas, sanciones para los reincidentes, mecanismos de inhabilitación para quienes infringen la norma, campañas de implementación o concientización, mecanismos de control y pidió el tratamiento urgente de la ley que contempla estos aspectos.
“Algunos creemos que la forma de bajar esto es con una política pública mucho más integral que este artículo que modifica la ley de tránsito”, sintetizó el presidente del interbloque, Alfredo Cornejo (Mendoza), y detalló: “Los cinco países con mejores índices de seguridad vial en el mundo en la década no tienen tolerancia cero. Suecia es el país más avanzado del mundo en materia de seguridad vial y la tolerancia es de 0,2. En 2022, Mendoza tuvo menos accidentes de tránsito que varias de las provincias que tienen alcohol cero, como Salta, Jujuy, Chaco, Tucumán”.
“El INTI [Instituto Nacional de Tecnología Industrial, organismo que es parte de la autoridad de aplicación] señala que no es aconsejable establecer como límite legal el alcohol cero. Reconoce que es posible la existencia de falsos positivos. El alcohol cero no solo es ineficaz, sino que también es erróneo desde el punto de vista de la metodología y ofrece posibilidades de que sancionen a personas que no hayan consumido ni una gota de alcohol. Estamos todos de acuerdo en que no queremos que haya accidentes de tránsito. La diferencia está en cómo queremos que hay que hacerlo”, cerró.
Sobre este punto respondió Fernández Sagasti a su turno: “El informe que yo tengo del INTI, lo tendríamos que comparar: dice que el alcoholimetro tiene un margen de error del 0,01, que es el mismo margen de error que tiene el ADN. ¿Y desconfiamos nosotros? Cuando uno se empecina de hablar de datos, me parece que no está entendiendo lo que queremos hacer con esta ley que es marcar un norte de un cambio cultural. Todos los que estamos acá entendemos que esto no es una solución mágica, sino que tiene que marcar un norte y acompañar a todo lo que debe hacer el Estado”.
Por su parte, Naidenoff resumió: “Acompaño la ley como medida ejemplificadora, no como solución de fondo. Si no avanzamos con las otras materias pendientes vamos a seguir lamentando esto”.
Votaron en contra de la iniciativa: María del Carmen López Valverde y Rubén Uñac, ambos del Frente de Todos; los opositores Cornejo, Juri; Roberto Basualdo, de San Juan; Julio Martínez, de La Rioja; Alfredo De Angeli, de Entre Ríos; Scarpin y Juan Carlos Romero, de Salta.
La opinión de un especialista
“Esto es una ley que no va a servir absolutamente para nada”, afirmó a LA NACIÓN Fabián Pons, presidente del Observatorio Vial Latinoamericano (Ovilam) y argumentó: “Es una cuestión técnicamente aberrante. No hay ningún país serio del mundo que tenga tolerancia cero, esto se soluciona únicamente como ha hecho todo el mundo serio: educando, concientizando, saturando de controles, y por otro lado haciendo leyes acordes a los tiempos que corren. Como la ley Emilia, en Chile, donde hay castigos ejemplares, con prisión para la persona que se encontraba con más de un gramo de alcohol en sangre, que son los verdaderamente peligrosos”.
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