Seis años de prisión para Trovato
El ex juez fue sentenciado por aceptar un vestidor a cambio de favorecer a una constructora, y seguirá preso al menos 30 meses; el empresario acusado de pagar la coima no irá a la cárcel y José Orgeira, abogado de la firma, fue absuelto
Es más fuerte que él. Minutos después de ser condenado a seis años de prisión por recibir una coima, el ex juez Francisco Trovato proclamó ayer su inocencia ante las cámaras de televisión: "No tengo la menor duda de que soy un chivo expiatorio. Mi conciencia está absolutamente tranquila".
El ex magistrado escuchó impávido el veredicto, que leyó el presidente del Tribunal Oral Nº 11, Enrique Pose, pasadas las 14.30. Supo entonces que seguirá detenido por lo menos dos años y medio más, que nunca podrá volver a ocupar un cargo público y que, además, tendrá que pagar una multa de 35.000 pesos.
El tribunal concluyó que hace tres años Trovato había recibido de la empresa Almagro Construcciones un placard valuado en 19.000 pesos, a cambio de dictar un fallo favorable a esa firma, en una causa por la muerte de una niña que cayó por el hueco de un ascensor en un edificio que erigió la compañía.
"Tenía fundadas expectativas de salir en libertad. Voy a agotar todas las instancias para demostrar mi inocencia -dijo Trovato-. El proceso no ha concluido, ha concluido una etapa, que es la oral, vamos a ver qué dice la Casación."
Los defensores de Trovato confirmaron que tras estudiar los fundamentos del fallo, que se conocerán el 16 del actual, recurrirán ante la Cámara de Casación.
Al escuchar su condena, Antonio Visciglia respiró hondo. El ex vicepresidente de Almagro Construcciones fue sentenciado a dos años de prisión y no pisará la cárcel.
Los jueces Pose, Enrique Alvarez Aldana y Floreal De Laurentis impusieron a Visciglia el mínimo legal previsto para el delito que se le imputó: cohecho calificado.
El abogado José María Orgeira fue absuelto y el sepulcral silencio de la sala se quebró. El letrado de Almagro Construcciones escuchó la decisión, abrazó a sus defensores y un murmullo invadió el recinto. Orgeira había sido procesado por pagar 2000 pesos al carpintero Noel Tejera, que construyó el mueble del ex juez.
Los fiscales Eduardo Marazzi y Juan Manuel Sansone habían pedido nueve años para Trovato, tres para Orgeira y treinta meses para Visciglia.
Tras el fallo, todo pasó muy rápido. A las 15, la mujer de Trovato, Graciela Desimone, se retiró en taxi, sin hablar. Tenía los ojos llorosos.
Cinco minutos más tarde, abandonaron Tribunales los tres magistrados que dictaron la segunda condena por corrupción contra un juez porteño de 1999 -el anterior fue Carlos Wowe-.
No habían pasado otros cinco minutos y la Policía cortó la calle Lavalle al 1100, para que circulara el auto que llevaba a Trovato hacia su celda en el Escuadrón Buenos Aires de la Gendarmería Nacional, donde está detenido desde el 4 de abril de 1998.
Del lujo a la cárcel
Aquel día, el ex juez regresó a Buenos Aires custodiado por agentes de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), que lo habían descubierto en Río de Janeiro. Terminaba así su vida de prófugo, que duró 108 días.
Trovato tiene 54 años y tres hijos menores. Fue destituido por el Senado el 18 de diciembre de 1997 por mal desempeño de sus funciones.
Pero su debacle había comenzado mucho antes.Sus pares lo habían sancionado en 1996 por falta de decoro, tras dejarse fotografiar por la revista Caras en su vivienda, valuada en 700.000 pesos.
Famoso por su particular verborragia y propensión a la exposición pública, Trovato llegó al Juzgado de Instrucción Nº 25 durante la gestión menemista. Entre otras causas, tuvo la investigación de la muerte del empresario de la noche Leopoldo "Poli" Armentano y el ataque a balazos contra la casa del senador Eduardo Menem.
Cuando por la mañana pudo decir sus últimas palabras al tribunal, Trovato se defendió:"A cualquiera le pueden fabricar un placard o una causa judicial".
Y concluyó casi con un ruego: "No quisiera estar en el alto sitial que ocupan ustedes ahora. Deben decidir mi futuro, el de mis hijos, mi esposa, mis amigos. Mi vida o mi muerte". De poco sirvió.
Apostillas
El ex juez Francisco Trovato se comparó ayer con Jesús. "Soy un simple hombre, un gran inocente, un gran inocente que fue condenado a muerte", dijo.
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En la prisión, el ex magistrado cuida su salud. Anteanoche pidió que le apliquen una inyección para aliviar su "pertinaz gripe", que lo dejó disfónico. Su dieta es sólo de vegetales sin sal, y se la lleva su mujer, Graciela Desimone.
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La jornada de ayer contó con la presencia de Pedro Bianchi, defensor, entre otros, del nazi Erich Priebke. Dijo que fue a apoyar al ex juez.