Coronavirus en la Argentina. Confirmaron el segundo caso en la villa 31 y crece la preocupación
Las villas porteñas ya tienen su caso cero de coronavirus. Una ama de casa, que vive con sus padres octogenarios en una pequeña habitación de la villa 31, en Retiro, resultó positiva de covid-19 y la preocupación comenzó a expandirse en el barrio donde el hacinamiento y la dinámica propia de sus habitantes pueden complicar el aislamiento preventivo y obligatorio para frenar la expansión de la enfermedad.
Pero el día después a esa confirmación se conoció que otra mujer, de 35 años, y que había mantenido un contacto estrecho con la primer paciente, también contrajo coronavirus. Las versiones comenzaron a correr en el barrio desde ayer, pero aún faltaba el resultado del análisis que dio positivo, según confirmaron desde el Gobierno de la Ciudad.
La información indica que la mujer fue contactada el lunes por representantes en el territorio de la Secretaría de Integración Social y Urbana quienes le informaron que había estado en contacto con la paciente cero. En ese momento, al presentar síntomas compatibles con la enfermedad, se inicio el protocolo del triage físico establecidos para estos casos.
La mujer fue atendida en el Centro de Salud y Atención Comunitaria del barrio donde se constató su estado de salud y luego fue derivada a un hospital porteño. Según explicó a los médicos que la atendieron, no salía de su casa desde el 19 de abril, aunque era amiga de la primera contagiada de coronavirus. Ahora toda su familia debe permanecer aislada y someterse a un seguimiento médico para determinar si fueron contagiados o no.
El triage físico se puso en marcha en la villa 31 cuando comenzó la pandemia, incluso antes de la cuarentena que comenzó el 20 de marzo, en forma conjunta con el Ministerio de Salud de la ciudad con el fin de realizar una detección y derivación efectiva de los casos en forma temprana.
Consiste en que cuando una persona presenta síntomas de coronavirus debe notificarlo a la línea de atención telefónica 107 para ser trasladada al puesto de atención donde fueron derivadas las dos mujeres que dieron positivo. Allí, en caso de constatar los síntomas, se pide su derivación a la Unidad Febril de Urgencia (UFU) de un hospital cercano donde la persona permanecerá hasta conocer el resultado del test.
La propagación de la enfermedad no solo puede resultar peligrosa para las 40.000 personas que viven en las villas 31 y 31 Bis, sino para las más de 300.000 que lo hacen en condiciones vulnerables en los 24 asentamientos y 14 villas de toda la ciudad. Es la situación de cientos de miles de familias que se encuentran en un contexto poco saludable para hacerle frente a la pandemia.
Antes de conocer el caso positivo desde el Gobierno se implementaron medidas de prevención para minimizar los riesgos de contagio. El tiempo dirá si fueron las adecuadas y si alcanzaron a penetrar en los núcleos habitacionales. Campañas de concientización a través de redes sociales, recorridas con megáfonos, radios comunitarias, mensajes de texto, llamadas específicas y un abordaje territorial en espacios públicos, comedores y hogares para adultos son parte de la estrategia para impedir que la enfermedad haga un daño mayor al esperado.
Desde el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat informaron que en la segunda quincena de marzo comenzó una campaña de comunicación directa con 66.000 mensajes de texto, en grupos de WhatsApp a cargo de los referentes de cooperativas y más de 11.000 llamados telefónicos. El objetivo: concientizar sobre la importancia de mantener un aislamiento preventivo en el hogar y, además, detectar posibles casos de coronavirus.
De lunes a viernes, en villas y asentamientos, se realizan recorridas con megáfonos para difundir las medidas de prevención que se complementa con la entrega de material de difusión entregado en comedores barriales, jardines e instituciones religiosas. Las radios de cada barrio cumplen una tarea importante en sostener esta comunicación.
En los comedores comunitarios, que incrementaron su demanda a partir del inicio de la cuarentena y la suspensión de las clases, se entregaron más raciones diarias. Para evitar el contacto entre personas no se están utilizando los espacios comunes para comer sino que la comida se retira para consumir en los hogares.
En todos los Centros de Primera Infancia (CPIs), establecimientos creados con el objetivo de promover el desarrollo de los niños de entre 45 días y 3 años con actividades y comedores, fueron cerrados cuando comenzó la cuarentena, aunque la alimentación quedó asegurada con bolsones de comida.
En las villas 31 y 31 Bis, además, se tomaron otras medidas. Los 26 espacios públicos fueron cerrados y se realizaron operativos de desinfección y limpieza de calles, especialmente en los circuitos comerciales y los comedores. También se acondicionaron dos espacios para que los adultos mayores puedan realizar el distanciamiento social de manera adecuada y se puso en marcha un plan de vacunación contra la gripe para los mayores de 65 años.
Además, según la información oficial, se suspendió el pago de las cuotas hipotecarias de las 215 familias que ya se mudaron a viviendas nuevas; y junto al Ministerio de Educación porteño se facilitó la entrega de la Canasta Escolar Nutritiva en forma quincenal a 3250 niños.
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