Según expertos: por qué una publicación en redes puede poner en jaque el trabajo y qué hay que tener en cuenta a la hora de postear
De acuerdo con un estudio de la consultora Bumeran, el 76% de los especialistas en Recursos Humanos afirma que los empleados podrían hacer peligrar sus posiciones por subir contenido indebido a las plataformas
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“¿En qué culto caí?”, dijo en un video de Tik Tok Nathali, una joven colombiana, mientras asistía a una capacitación de su nuevo empleo. Si bien su trabajo le gustaba, a la joven se le ocurrió hacer un chiste, mientras que estaba en el curso, que luego publicó en sus redes sociales. Lo cierto es que el reel se viralizó y fue visto por varios empleados de la compañía y hasta, incluso, una persona de recursos humanos hizo un comentario. Como consecuencia de esta “broma”, al poco tiempo de haber ingresado a la empresa, fue despedida.
“Me dijo que mi período de prueba había terminado, porque yo no me alineaba con la cultura de la empresa y que había hecho quedar mal a la compañía y al dueño. Me gustaba mi horario y mi salario”, se lamentó la joven.
Ejemplos como este se producen a diario, en todas las latitudes, porque las redes sociales se volvieron una carta de presentación y una muestra del comportamiento y valores tanto de empleados como de empleadores.
Hoy las investigaciones también reflejan esta tendencia. El 76% de los especialistas en recursos humanos cree que las publicaciones realizadas por los empleados de empresas en redes sociales podrían afectar sus posiciones en las organizaciones, según el estudio Redes Sociales y Empleo que elaboró la consultora Bumeran en América Latina. Además, 3 de cada 10 profesionales confirma que monitorea las redes sociales de sus colaboradores. “Dependiendo de la gravedad del incidente, esto podría llevar a una serie de medidas que varían desde una conversación informal hasta la terminación del empleo”, se sostiene el informe.
“Cuando no existían las redes sociales, el mal comportamiento de un empleado fuera de su horario y espacio laboral quedaba delimitado dentro de su vida personal. Hoy con las nuevas modalidades de trabajo y el auge de las redes sociales, el mundo laboral y personal traspasa las paredes de las compañías. Su impacto es mucho más rápido, directo y visible”, reflexiona María Victoria Leroux, experta en Recursos Humanos.
“En los últimos años, el monitoreo de redes sociales por parte de los ejecutivos de las organizaciones ha ganado relevancia, aunque su intensidad y alcance varía según la empresa y sus políticas específicas”, sostiene Carolina Molinaro, gerente de marketing de Jobint, empresa que brinda soluciones tecnológicas en Recursos Humanos.
Según Molinaro, las opiniones controversiales, los comentarios discriminatorios, las filtraciones de información confidencial o las quejas respecto a la empresa son el foco de estas revisiones. “Las compañías buscan salvaguardar su reputación, asegurándose de que los empleados no publiquen contenido que pueda perjudicar la imagen corporativa o que no esté alineado con sus valores. Además, este monitoreo sirve para asegurar el cumplimiento de las políticas internas sobre el uso de redes sociales y para proteger la información confidencial, evitando la fuga de datos sensibles”, explica.
La ejecutiva de Jobint agrega que esta práctica también puede ser una herramienta para identificar problemas internos, como conflictos laborales o descontento, y para evaluar el clima laboral mediante las publicaciones de los empleados. “Además, las redes sociales aportan mucha información sobre la personalidad de los candidatos en los procesos de reclutamiento. Es una práctica frecuente investigar los perfiles en redes y la actividad online de las personas que se postulan a una búsqueda”, reconoce.
Consecuencias
Todos los especialistas coinciden en que el mal comportamiento de un empleado en redes sociales puede tener varias repercusiones negativas para una compañía, que puede llegar a dañar la imagen y la reputación de la organización, especialmente si el comportamiento proviene de un alto directivo y el contenido es inapropiado, controvertido o no se ajusta a los valores corporativos.
Por otro lado, la conducta problemática en redes sociales puede generar problemas legales si se comparten datos sensibles o se realizan comentarios difamatorios.
“Por último, puede impactar en la relación con los clientes y socios comerciales. Un mal comportamiento en redes sociales por parte de talentos de la organización puede influir en la percepción de la empresa y en las decisiones de negocio, desde la retención de clientes hasta la atracción de nuevos socios”, sostiene Molinaro.
Otro punto interesante que se desprende del estudio de Bumeran es el que suman los empleados que participaron de esta investigación. Ellos cuentan que, en su experiencia, ante problemáticas con el uso de redes sociales, las organizaciones tomaron medidas severas como suspensiones o despidos en el 35% de los casos; y solicitaron al colaborador en cuestión que eliminara lo que publicó en el 28% de las situaciones.
Recomendaciones
Lo primero que recomienda Liliana Russo, socia-gerente de la consultora Meentas, es que las empresas establezcan políticas claras de uso de redes sociales, monitoreo proactivo dentro de los límites de la ley y la privacidad, mediante un proceso disciplinario transparente. Fomentar una cultura positiva y asesorarse legalmente. “Los empleados, por su parte, deben familiarizarse con las políticas de redes sociales de la empresa donde trabajan y asegurarse de cumplirlas, mantener separadas las redes personales y profesionales; y nunca divulgar información confidencial”, agrega.
Sobre este punto Molinaro destaca que es fundamental que las organizaciones informen a los empleados sobre la repercusión que sus actividades en redes sociales pueden tener en su vida privada y profesional y en la reputación de la empresa. “También es útil aconsejar a sus empleados respecto a cómo manejar situaciones delicadas. Contar con políticas claras y capacitaciones puede prevenir situaciones perjudiciales y proteger tanto a los empleados como a la empresa”, sugiere.
Pese a la importancia de este tema el estudio Redes Sociales y Empleo, reveló que el 80% de los expertos en recursos humanos no cuentan con políticas específicas, mientras que solo el 20% tiene prácticas establecidas.
“Para los talentos es aconsejable comportarse en el mundo virtual como lo hacen en la vida real. Respetar a los otros y sus opiniones, mantener el trato cordial y tener siempre en cuenta que todo lo que pase en las redes es público. Además, es crucial conocer y considerar las políticas de la organización de la que forman parte, evitar compartir comentarios controvertidos o inapropiados, y abstenerse de publicar información sensible o confidencial para proteger la seguridad y la integridad de la institución”, recomienda Molinaro.
Por su parte, Maia Martínez Mornaghi, partner de la consultora de recursos humanos CoEducation, dice que los empleados deben prestar atención hasta en la foto que tienen en su WhatsApp, sobre todo, si utilizan esa aplicación para trabajar. “Además, es recomendable que los perfiles que tienen los empleados en las redes sean privados, sobre todo en el caso de los líderes de las compañías”, afirma.
Gustavo Aguilera, director de Talent Solutions y People & Culture de ManpowerGroup Argentina, coincide con sus colegas, pero agrega que las compañías deben ser flexibles y comprender que los colaboradores pueden expresar sus opiniones de forma individual en sus redes sociales personales, siempre que no hablen en nombre de la empresa o desde sus perfiles profesionales. “Por su parte, los empleados deben evitar emitir opiniones o realizar publicaciones en sus redes profesionales que contradigan los valores y la ética corporativa de la empresa”, suma.
Aguilera considera que es importante que cualquier colaborador, especialmente un mando medio, gerente o ejecutivo, sea consciente de que sus opiniones pueden ser fácilmente interpretadas como una postura oficial de la compañía para la que trabajan. “Por lo tanto, al utilizar las redes sociales personales, todos debemos considerar que nuestras publicaciones podrían ser confundidas con una posición corporativa. En este sentido, es fundamental hacer un análisis previo y aclarar siempre cuando un punto de vista es personal”, dice.
Russo destaca que el uso consciente y estratégico de las redes sociales puede ser una poderosa herramienta profesional, pero también es un terreno que debe ser navegado con cuidado y responsabilidad. “Las decisiones que tomamos en el espacio digital tienen el poder de impactar no solo en nuestras carreras, sino también en la cultura y el éxito de las organizaciones a las que pertenecemos”, finaliza.
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