Secuestran a un joven de La Horqueta
Tiene 17 años e iba a misa con su madre cuando lo capturaron; llamaron y pidieron 300.000 pesos en concepto de rescate
Lo último que escucharon los vecinos fueron sus gritos en la esquina de José Ingenieros y Esnaola, de Beccar. Allí, el domingo último, tras el partido entre Brasil y la Argentina por la final de la Copa América, Nicolás Garnil, de 17 años, fue secuestrado por hombres armados con fusiles que circulaban en dos automóviles.
Los captores pidieron al padre del muchacho, Carlos Garnil, un médico especializado en ecografías, y a su madre, Susana, médica ginecóloga, un rescate de 300.000 pesos, dijeron allegados a la investigación del caso.
Nicolás, un joven estudiante del tercer año del polimodal del Colegio Pilgrims de La Horqueta, estaba acompañado por su madre cuando fue capturado. Ambos iban a misa, alrededor de las 19.15, cuando el grupo comando, integrado por cuando menos cinco hombres les cortó el paso. Al parecer, ese día habían ido a misa a otra iglesia y no a la que acostumbraban.
Vicente Cardona, que vive cerca del lugar donde ocurrió el episodio, escuchó los gritos de la madre. Reclamaba llorando y pedía auxilio porque se habían llevado a su hijo.
La encerraron y chocó
Los delincuentes habían encerrado al Ford Focus plateado que conducía la señora. La mujer perdió el control del auto, que se incrustó en una casa de la esquina que está en venta.
La mujer se desmayó. Cuando recuperó el sentido, su hijo ya no estaba. Llegaron entonces la policía y el marido de Susana. El matrimonio regresó a su casa; el secuestro ya se habían consumado. El barrio, de clase media, con negocios cerrados, al anochecer de un domingo, casi ni se había dado por enterado.
Desde el domingo y hasta ayer, según dijeron allegados a la investigación, los delincuentes se habían comunicado con la familia en una sola ocasión para exigirle un rescate de 300.000 pesos.
Nicolás, que juega al rugby y tiene dos hermanos -Agustina, de 19, y Ramiro, de 15-, integra una familia muy religiosa que concurre a misa con asiduidad.
Sus allegados dijeron que no es una familia de fortuna, sino de profesionales que se abrieron camino trabajando.
Los vecinos describen a Nicolás como un muchacho sencillo que durante su niñez aprovechaba las vacaciones para recorrer el barrio ofreciendo a la venta las ciruelas que cosechaba del árbol de su casa.
El padre Sergio Beliera, párroco de la Iglesia Nuestra Señora de la Merced, a la que iba asiduamente la familia, dijo que Nicolás "es un pibe excelente, con un grupo de amigos muy buenos y sanos".
"Estoy muy triste. Deseo que los que lo secuestraron lo liberen pronto y no le hagan ningún daño. Acá esto lo vivimos todo el tiempo. Ya no sabemos qué recaudos tomar. Son un chico y una familia muy buenos que no se merecen pasar por esto", expresó el sacerdote con una mezcla de pesadumbre e indignación.
La casa de los Garnil está situada en la calle Julián Navarro 4243, de La Horqueta. Se trata de un chalet de dos plantas, que no desentona con las construcciones del barrio, aunque no es de las más importantes. Tiene un gran portón de acceso y un cerco vivo. Está situado en una calle de adoquines, sin cordones, donde la gente suele caminar más que circular en automóvil.
Los vecinos cumplieron la promesa que le habían hecho a la familia. Se mantuvieron en silencio y prefirieron no comentar el secuestro, aunque destacaron las bondades de la familia. En la casa de los Garnil ayer todo era hermetismo y desde el interior de la vivienda sus ocupantes no respondieron las llamadas telefónicas ni contestaron el portero eléctrico.
Gran preocupación
Sólo se supo que en la casa estaban Carlos, Susana, sus hijos y el novio de Agustina. Tres amigos de Ramiro llegaron hasta el chalet para enterarse de lo que pasaba, pero les dijeron que el chico estaba durmiendo.
La familia vive en el barrio desde hace más de diez años y es muy querida en la zona.
El secuestro de Nicolás provocó gran preocupación en el gobierno nacional y en el bonaerense. Si bien no hubo denuncia policial, efectivos de la Delegación Departamental de San Isidro y de La Matanza trabajan en el caso de oficio, junto a la fiscalía federal de Rita Molina, interinamente a cargo de Zulma Scofano.
El flamante secretario de Seguridad Interior, Alberto Iribarne, confirmó la existencia del secuestro y dijo que estaba coordinando el trabajo con el gobierno bonaerense. Por eso su segundo, Ricardo Colombo, estuvo reunido ayer con el ministro de Justicia y Seguridad bonaerense, León Arslanian.
Otro caso sin solución
- SAN BENITO.- Casi todos los vecinos de este poblado de 6000 habitantes realizaron ayer una marcha de silencio para reclamar por la aparición con vida de Fernanda Aguirre, la chica de 13 años que fue secuestrada el domingo último y por cuyo rescate su familia pagó 2000 pesos. La madre de la chica, de condición humilde, dijo ayer que está convencida de que Fernanda fue liberada y que se encuentra shockeada y perdida. Ayer, 200 policías rastrillaron zonas rurales aledañas a este poblado situado a 6 kilómetros de Paraná, pero no tuvieron éxito. Vecinos dijeron ayer haber visto a la niña caminando en la zona.
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