“Se redujo mucho la demanda”: después del colapso y los ataques, así trabajan hoy los centros de testeo en la ciudad

Las postales en los grandes centros de testeos, en los dispositivos Detectar y en las Unidades Febriles de Urgencia (UFU) de la Capital eran hoy muy distintas a las que se vieron a principios de mes. Ya no se registran largas filas ni escenas de personas acampando para hisoparse. De hecho, voceros del Ministerio de Salud porteño confirmaron que el panorama cambió: “A partir del 10 de enero, por una baja en la demanda, se comenzó a registrar un descenso en la cantidad de testeos diarios. Esta disminución se da en porcentajes similares en las UFU y los Detectar, acumulando un 15% y 19% respectivamente con respecto a 15 días atrás. En los grandes centros de testeo la disminución es aún mayor″. Y agregaron: “Hay un montón de variables que reducen la cantidad de gente susceptible a ser testeada: personas ya contagiadas, aisladas o de vacaciones”. A su vez, también influyeron los cambios en los criterios de hisopado que recomendó el gobierno nacional, el viernes pasado., para los contactos estrechos, que ahora solo deben aislarse.

De hecho, al mediodía en la UFU del Hospital Donación Francisco Santojanni, en Liniers, había tan pocas personas que esperaban para testearse que un empleado les respondió “no hay nadie” a sus compañeras que atendían en la recepción del centro y repetían vanamente: “siguiente”. “Se redujo mucho la demanda”, dijeron desde allí. “Hace algunas semanas venían 500 personas por día y teníamos que derivar gente en micros hacia el polideportivo del Parque Roca porque no dábamos abasto, pero desde el viernes están viniendo entre 300 y 350 personas. Tiene que ver con que la gente ya está aislada y con una bajada en la curva de contagios”, comentaron. En este lugar, el 25 pasado, un hombre que no pudo hisoparse golpeó e insultó a un médico que trabajaba en la UFU.

En el dispositivo Detectar que está ubicado en el Parque Sarmiento, en Saavedra, también recibieron menos personas hoy. Empleados del lugar declararon a LA NACIÓN: “La semana pasada, la fila, a las 8.30, llegaba hasta Larralde”. Es decir, había una cola de unos 350 metros. Hoy a las 9.30 apenas superaba las veinte personas. “En diciembre venía gente que al ver la hilera, directamente se volvía a su casa. Había mucha tensión, la gente se enojaba y con el calor se desmayaba, pero a partir del jueves empezó a bajar el caudal de personas”. Los empleados explicaron que el descenso se podría deber al alto nivel de contagio y de aislamientos y a que mucha gente está de vacaciones.

A La Rural, que funciona como centro de testeo y vacunatorio al mismo tiempo, solo deben concurrir personas que no presenten síntomas con turno previo. Según fuentes del gobierno porteño, desde principios del mes pasado hubo un promedio diario de 13.000 turnos, pero hace 10 días empezó a bajar y hoy son 8000. “Bajó la demanda de testeos. Desde hace 10 días hay más turnos disponibles en todos los centros que requieren reserva previa y es posible sacar lugar de un día para el otro”, afirmaron los empleados del centro. Y agregaron: “El 40% de las personas venía a hisoparse desde la provincia de Buenos Aires y hoy la locura bajó en el conurbano. Además, mucha gente venía a testearse porque se iba o venía de vacaciones”.

“Tenía turno a las 10. Son las 10.08 y ya salí. Fue muy rápido porque hay poca gente adentro”, contó Delfina Bejararo, de 22 años, en la puerta del predio. “Sabía de los nuevos criterios, pero tengo síntomas desde el viernes y quiero saber si tengo o no”, añadió.

En la UFU del Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez reciben sin turno únicamente a personas de hasta 17 años con síntomas y pueden ser acompañados por un mayor. Empleados de la unidad febril contaron: “Normalmente atendemos cerca de 100 personas por día, pero hoy está muy tranquilo”. Romina Cáceres llevó a su hijo de 6 años a hisoparse porque estaba con síntomas. “Todo fue muy rápido. Nos dijeron que el resultado nos lo entregaban en apenas 40 minutos”. Cristina Morandi también fue con su hija de dos años que estaba con fiebre. “Es la primera vez que venimos a hisoparnos, pero pareciera ser que va rápido. Yo no tengo síntomas, pero me lo voy a hacer igual ya que estoy acá”, contó.

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