Hay dos desaparecidos: así fue el cinematográfico rescate de uno de los tripulantes tras el hundimiento de una lancha en Mar del Plata
Desde la madrugada, hay un operativo de búsqueda a unas 30 millas de la costa de esa ciudad
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MAR DEL PLATA.- Los rastrillajes por mar y aire, con áreas de búsqueda cada vez más amplias, siguen sin dar resultados positivos en el intento de dar con dos pescadores desaparecidos desde los últimos minutos de este sábado, cuando la embarcación en la que navegaban se empezó a hundir. Sentado sobre la cara inferior de la proa pudo ser rescatado el hasta ahora único sobreviviente de la tripulación, de unos 40 años, que quedó internado con un cuadro de hipotermia en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA) de esta ciudad.
“Proa al Sol II” era una lancha rígida de unos seis metros de eslora que en un primer momento se dedicó a las salidas de pesca contratadas y en estos últimos tiempos, según pudo conocer LA NACIÓN, era usada por su propietario y colaboradores para salir en busca de piezas que comercializaban directamente con sectores de la gastronomía relacionada con la tendencia de “pesca del día”.
El naufragio ocurrió casi a las 23 de este sábado, cuando los navegantes en emergencia comunicaron por radio el pedido de ayuda y fijaron posición a unas 30 millas al sudeste del puerto marplatense, una distancia bastante lejana para una lancha pesquera de ese porte. Sus identidades aún no fueron difundidas.
Según pudo confirmar el pescador que pudo ser rescatado, sus compañeros de expedición “no tenían chaleco salvavidas colocado”. Así lo ratificó un comunicado oficial de Prefectura Naval Argentina.
Todos los reportes dan cuenta que en esos momentos las condiciones hidrometeorológicas eran óptimas, con un oleaje moderado y sí, como es habitual para la época, bajas temperaturas. Pero lejos de las marcas bajo cero de las últimas semanas.
Asistencia
La primera asistencia llegó de parte del buque mercante NKR “Alice”, un granelero que recién iniciaba su viaje desde Necochea hacia el puerto de Ramallo y confirmó por radio la presencia de una embarcación semihundida en una ubicación coincidente con la que había fijado por radio la tripulación del “Proa al Sol II” cuando se declaró en emergencia. Si bien pudieron detectar al náufrago y su pedido de ayuda, no había condiciones como para el descenso de una de las balsas salvavidas de aquella embarcación.
El rescate del sobreviviente dejó una imagen casi de película, que incluso quedó registrado en video: en plena madrugada esperó ayuda sentado sobre la mínima superficie del casco que quedaba a flote. El reloj marcaba la 1.30 cuando el equipo especializado de Prefectura Naval Argentina (PNA) descendió con correas y arnés para luego subirlo al helicóptero, abrigarlo y llevarlo directamente al HIGA con un cuadro de hipotermia “importante”, se informó en principio.
Desde PNA aclararon que no es habitual que se realicen aeroevacuaciones nocturnas y que esta vez se decidió avanzar por un contexto favorable a partir de buenas condiciones climáticas y el apoyo de iluminación de las embarcaciones cercanas.
De sus compañeros de tripulación por ahora nada se sabe. Uno de ellos es timonel y sería hijo del dueño original de la lancha de pesca. No aparecen a flote y tampoco se han rescatado ni visto salvavidas, ya sean chalecos o roscas que deben ser parte del equipamiento de seguridad con el que debe cumplir toda embarcación cuando recibe la autorización para salir a navegar.
Se espera por la evolución del sobreviviente para escuchar su versión completa de los hechos y así poder determinar con mayor precisión qué fue lo que ocurrió como para que la lancha pesquera terminara bajo el agua.
Responsabilidades
Quienes más saben de pesca embarcada reconocen que lo que sale mal suele tener alguna dosis de imprudencia, exceso de confianza, alguna dosis de avaricia y, en menor medida, la fatalidad.
Por eso, en medio de la conmoción por el caso, la incertidumbre por la suerte corrida por los dos desaparecidos y la voluntad de colaborar en la búsqueda, consideraban que semejante situación que se dio tiene que haber tenido alguno de aquellos ingredientes, lo que implicará mayor o menor responsabilidad de quien estaba al frente del timón.
“Se hundieron con un mar tranquilo”, es el primer dato que sorprende en esa gran familia de la pesca. “Mucha carga y un ingreso de agua importante es un combo perfecto de hundimiento”, anticipan y especulan con una línea de flotación por debajo de lo recomendado –¿carga excesiva?– o algún rumbo que hizo que la cubierta se inundara tanto como para que la bomba de achique no logre dar respuesta. “O que la bomba no funcione”, dijo a LA NACIÓN otro avezado pescador para sumar hipótesis sobre le origen del siniestro.
Algunas de esas explicaciones llegarán en la medida que el sobreviviente se recupere y brinde mayores detalles de esa excursión de pesca, instancia en la que se encontraba y, por sobre todo, cómo fue que derivó en un hundimiento que no habría dado tiempo de respuesta como para que todos pudieran aferrarse a la parte del casco que asomaba en superficie.
El operativo oficial comenzó con el guardacostas “Buenos Aires”, de PNA, y pronto se sumó el patrullero oceánico ARA “Contraalmirante Cordero”, que al momento de ser comunicada la emergencia se encontraba a unas seis horas de Mar del Plata. El pesquero “Margot”, que operaba en cercanías, prestó colaboración y luego la Armada Argentina, ya de día, se incorporó un avión TC-12B Beechcraft Hurón de la Escuadrilla Aeronaval de Vigilancia Marítima.
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