“Se gasta demasiado”: qué propone para un potencial gobierno Eduardo Filgueira Lima, el referente en Salud de Javier Milei
Si el líder de La Libertad Avanza se impone en las elecciones generales, será el candidato a ocupar la secretaría en ese área que estará en el Ministerio de Capital Humano; el seguro de cobertura, una de las claves de la reforma
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“Las instituciones de salud son ineficientes y los pacientes no son libres de elegir. Queremos lograr que la gente sea libre y que las instituciones sean eficientes”, afirma Eduardo Filgueira Lima, redactor de la reforma del sistema de salud que adoptó el partido de Javier Milei, La Libertad Avanza, para un potencial Gobierno si las urnas así lo definen en octubre próximo.
Cuenta que los detalles de cómo reorganizar un sistema que está crujiendo los viene puliendo desde hace 15 años como consejero académico de la Fundación Libertad y Progreso. No fue solo el partido político del libertario el que mostró interés en su propuesta de reforma, pero fue el que la incorporó y es candidato a ocupar la Secretaría de Salud en un Ministerio de Capital Humano dentro del nuevo organigrama del Estado Nacional que propone Milei con ocho carteras.
“En nuestro sistema de salud se gasta demasiado (en particular para los resultados que tenemos), porque mucho de ese gasto se pierde en los vericuetos e ineficiencias de las organizaciones del sistema, que otorgan privilegios a quienes viven de ellas y no a quienes deberían servir”, escribió en 2021 Filgueira Lima al opinar sobre la reforma del sistema que se empezó a debatir con más intensidad durante la pandemia de Covid-19 en encuentros virtuales.
“Nuestro sistema está mal, pero lo que vemos son los síntomas finales: lo que les pasa a los usuarios a diario. Probablemente no sean tan evidentes, pero las causas están detrás y hay que hacer reformas progresivas, algunas más urgentes y otras menos urgentes”, dice durante una entrevista con LA NACIÓN tras los resultados de la PASO del domingo pasado.
La Argentina destina el 10% de su PBI a financiar una estructura de prestaciones a través del sistema público, privado y de la seguridad social que se sostiene a través de aportes e impuestos y las agrupaciones políticas quieren reformar. Pero, ¿cómo?
El referente en salud de La Libertad Avanza resume en tres pilares su propuesta. El primero es la generación de un seguro de salud por provincia con libre elección del usuario de hacerlo por obra social, prepaga o, si no cuenta con los recursos, a cargo del Estado, y de dónde atenderse, sea en el sector público o privado. Plantea que, así, se pasa a financiar la demanda, en lugar de la oferta. Sería con asistencia técnica a las provincias y de manera progresiva en un primer año.
Filgueira Lima fue subsecretario de Salud de La Pampa y, en enero de 2002, asumió la Secretaría de Políticas, Regulación y Relaciones Sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación que ocupó Ginés González García durante la presidencia de Eduardo Duhalde. Al año y medio, ya durante el gobierno de Néstor Kirchner, renunció “por motivos políticos”. Siguió estudiando y empezó actividades de consultoría en obras sociales sindicales y organismos internacionales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Cuenta también que viajó a Reino Unido, Canadá, Estados Unidos y países de la región para conocer los sistemas sanitarios y sus reformas. Es médico egresado de la Universidad de Buenos Aires especializado en cirugía de emergencias, doctor en ciencia política por la Universidad del Salvador, magister en Sistemas de Salud y Seguridad Social (Isalud) y en Economía y Ciencias Políticas (Eseade).
“Tener una enfermedad es un riesgo y tener un seguro no lo evita, pero sí permite diluir el riesgo financiero que podría significar que la persona tenga que afrontarla sola si ocurre. En el caso de los hospitales, esto se financia a través de los impuestos que se paga al Estado, que definen un presupuesto para la atención de la enfermedad de esos pacientes con un subsidio para las personas que no tienen el recurso, pero que se entrega al hospital. Esto es subsidiar la oferta –define Filgueira Lima–. Lo primero que vamos a hacer es promover, incentivar, aportar y apoyar al desarrollo del seguro de salud a través de seguros provinciales.”
Un segundo eje es la desregulación absoluta del sistema de seguros (PAMI, obras sociales nacionales y coberturas privadas). “Que el contribuyente pueda optar dirigir su aporte a la obra social que más le guste y que las obras sociales peleen por captar afiliados ofreciéndoles mejores servicios –explica–. Esto es un mecanismo que da más calidad porque la población elegirá lo que más le convenga. Ya ocurrió y tuvieron que adecuar sus estrategias porque perdían afiliados. Por un decreto de 2021, se retrocedió a que mantengan cautivos a sus afiliados por un año.”
De alrededor de 300 obras sociales nacionales, señala que casi el 70% no recibe los recursos suficientes para financiar siquiera el costo estimado de la canasta básica de prestaciones del Programa Médico Obligatorio (PMO). “La consecuencia de eso es cuando se ve que un paciente va a pedir un turno y no lo encuentra”. El fondo que se genera con los aportes es importante, pero será un tercio las que cumplen con los servicios que deben asegurar. El resto lo hace “más o menos” o no lo hacen, lo que se enmascara a través de fondos solidarios.
La intermediación de las obras sociales en la contratación de una prepaga (un “pasamanos”, como lo define Filgueira Lima, que le está costando un 10-12% de bolsillo al usuario por servicios que no recibe) y el PAMI tampoco escapan a este punto de reforma. “El 20% de sus afiliados tiene una cobertura aparte porque está disconforme con las prestaciones, pero de sus aportes que recibe la obra social no recuperan nada para pagar su seguro privado. Entonces, esas personas gastan dos veces. No está bien –plantea–. El PAMI se lleva el 1% del PBI, que son casi US$50.000 millones por año, y el 35% de su gasto no es en salud, sino en prestaciones políticas (entrega de notebooks, turismo, etcétera) que beneficia de manera indirecta al afiliado, pero no con servicios de salud. Esta cautividad hace que PAMI no mejore.”
El ministerio
Por último, llega el turno del Ministerio de Salud de la Nación, que ya Milei anticipó que, de ganar, tendrá otro lugar en el organigrama del Estado. Sería una Secretaría de Estado, como Educación, Trabajo y Niñez y Adolescencia, dentro de un Ministerio de Capital Humano, a cargo de Sandra Pettovello. La Secretaría de Salud, a la vez, tendría dos subsecretarías –una de políticas y otra técnico operativa– entre las que se distribuirían funciones probablemente en siete áreas, según había podido conocer LA NACIÓN. Ahora, del diálogo con Filgueira Lima surge que es “indispensable” la creación de la demorada Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías de Salud (Agnet) para definir qué procedimientos o tratamientos son útiles y en qué población para asegurar su cobertura y en qué medida, lo que termina por reducir la judicialización de los reclamos.
También menciona contar con información estadística y epidemiológica de calidad “que sirva” para tomar decisiones, redefinir el PMO, implementar un seguro para enfermedades catastróficas “que garantice que cualquier argentino, si le toca, acceda al tratamiento que necesita”, reforzar la educación médica y las buenas prácticas a través de guías clínicas, definir perfiles profesionales necesarios para asegurar la atención primaria de la salud, brindar asistencia técnica a las provincias para implementar los seguros locales con datos epidemiológicos de su población, infraestructura y recursos profesionales disponibles, entre otras funciones.
Filgueira Lima rechazó que vaya a promoverse la compra-venta de órganos. “La cultura de un país establece pautas de comportamiento. Esto debe ser respetado, independientemente de los que uno pueda pensar o que alguien pueda debatir en el ámbito académico”, responde. Asegura, también, que la legislación vigente habilita a implementar la reforma propuesta. “La salud no está desfinanciada. Estamos gastando el 10% del PBI, lo que es bastante, pero que se pierde en el camino por anomalías e ineficiencia, sin contar la corrupción”, dice.
–¿La reforma incluye privatizar el sistema público de salud?
–Los subsistemas público, privado y de la seguridad social seguirán. Los hospitales seguirán funcionando igual, pero tendrán que hacerlo con una mejor gestión. Lo harán en cada distrito y como lo decida cada jurisdicción, pero con la universalización de la cobertura (que todo el mundo tenga un seguro y con prestaciones posibles) y el control por establecimiento, sean públicos o privados, para justificar el pago de las prestaciones a través del seguro de salud. Hoy, los ministerios de Salud provinciales no tienen potestad sobre los privados, solo el control edilicio. Con el mecanismo de control que proponemos, si un centro de atención no adhiere a las pautas y metas, no puede ser prestador del seguro provincial.
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