Se deteriora un mural de Soldi en la galería Santa Fe

El mural pintado por Raúl Soldi en 1954 dentro de un local de la galería Santa Fe, que luego de permanecer cerca de 20 años tapado volvió a verse en mayo de 1998, continúa deteriorándose y perdiendo su valor.

Cuando por un lado se hacen innumerables esfuerzos por recuperar el patrimonio cultural que resulta significativo para los argentinos, llama la atención que la preciada obra de Soldi no reciba los cuidados suficientes.

Desde que fue destapada, la obra sigue siendo víctima de descuidos y maltratos. Así lo muestra una inscripción en el vértice inferior izquierdo, seguramente realizada con una llave o un instrumento similar, que dice: "La Renga" (nombre de un grupo de rock contemporáneo).

"A pesar de los daños, la obra -que puede valer entre 400.000 y 500.000 dólares- se puede restaurar", aseguró a La Nación Fortunato Roffe, director de la Galería de Arte Santa Fe.

"Aparentemente pusieron clavos sobre el mural porque está bastante descascarado. El material no salta por sí mismo", dijo Roffe al referirse sobre los daños de la obra.

Un poco de historia

La historia del mural remite a 1954, año en que fue inaugurada la galería Santa Fe, ubicada en la avenida homónima, entre Rodríguez Peña y Montevideo.

Los dueños de la galería quisieron adornar sus pasillos y la cúpula con obras de arte. Para ello, contrataron, además de a Raúl Soldi, a artistas como Luis Seoane, Leopoldo Torres Agüero, Leopoldo Presas, Juan Batlle Planas y Gertrudis Chale.

Soldi se encargó de la cúpula y pintó un espiral que muestra figuras relacionadas con el mundo de la moda y del arte, que algunos juzgan más hermoso que el de la cúpula del Teatro Colón.

Encantado por el estilo de Soldi, un comerciante italiano de apellido Scappino (entonces dueño de uno de los locales que dan sobre la avenida Santa Fe), le encargó el mural para adornar su negocio: vendía carteras, pañuelos de seda, corbatas y otros artículos.

Aunque desde sus orígenes la obra perteneció a manos privadas, siempre pudo ser admirada por los peatones e, incluso, automovilistas que circulaban por la avenida Santa Fe.

Pero hace unos 20 años, una empresa alquiló el local. "Como no tenía lugar para guardar los zapatos, construyó una pared delante. En varias oportunidades quise ir a ver el mural, pero me decían que no se podía porque estaba cubierto por cajas", comentó Daniel Soldi, uno de los hijos de célebre pintor.

Finalmente se destapó en mayo de 1998 cuando el local cambió de inquilinos, pero los maltratos recibidos ya se hacían notar.

En tanto, el espiral pintado por Soldi en la cúpula de la galería tuvo otra suerte, ya que fue restaurado en noviembre de 1989, gracias a la gestión de Guadalupe Noble, presidenta de Gansalfe SA (administradora de la galería Santa Fe).

Signos de esperanza

Aunque con palabras no del todo convincentes, el actual dueño del local, Carlos Abadi, confirmó que en el transcurso de este año se restaurará la obra. Sin embargo, aún desconoce cuánto costará la restauración y la fecha en que comenzarán los trabajos.

"Les pido por favor que no lo tapen, pero a veces los inquilinos necesitan espacio para su negocio", comentó Abadi, en diálogo con este diario.

Para la alegría de los amantes del arte, la nueva inquilina promete que no volverá a cubrir el mural. Se trata de una conocida empresaria de productos de belleza, Marta Harff, que a partir del mes próximo instalará allí una nueva sucursal de sus negocios.

Así lo aseguró en nombre de la firma, Adriana Varacalli, arquitecta encargada del diseño del local: "La obra se va a conservar, porque nos interesa todo lo que tiene que ver con el arte. Todavía no está definido si vamos a contribuir con su restauración, pero sí está claro que va a quedar al descubierto para que pueda ser apreciada".

Por su parte, Daniel Soldi dijo que está dispuesto a ayudar en la restauración del mural que pintó su padre. Pero confesó que todavía no se puso en contacto con Abadi para trabajar concretamente en ello.

Las preocupaciones no cesan

Algunas personas siguen haciendo oír su voz, preocupadas en que el mural vuelva a lucir sus extraordinarias formas y colores.

Roffe afirmó que "es una vergüenza el estado en el que está la obra" y que constituye "un patrimonio que no hay que perder".

Asimismo, Dora Di Biasi, la más antigua inquilina de la galería Santa Fe, que posee un local desde que se inauguró en 1954, sostuvo que "sería un crimen mantenerlo oculto, como estuvo durante años".

El hijo de Soldi opinó que habría que restaurarlo y confesó: "Me choca un poco ver la obra de mi padre deteriorada. A él le gustaba mucho esta obra en particular, por la temática, por la armonía de las mujeres".

Frente a las preocupaciones de quienes admiran a Soldi y gustan de sus obras, lo cierto es que el futuro del mural dependerá de la voluntad del propietario del local.