Sarampión: un brote con 4984 casos notificados en seis meses
Las zonas más afectadas son 19 municipios del conurbano bonaerense y la Capital; no ceden los contagios
En su discurso de apertura de las sesiones legislativas de este año, el presidente de la Nación señaló ayer el brote de sarampión en curso como "un ejemplo para entender la gravedad del deterioro" del estado de situación del país. Pero ¿cómo evoluciona la reaparición de esta emergencia sanitaria de salud pública que en los próximos meses podría hacerle perder al país su condición de territorio libre de circulación local del virus?
"En la Argentina, en el año 2019 se registraron 111 casos de sarampión. El brote actual comenzó en la semana epidemiológica 35 [última semana de agosto] y a la fecha [sábado 22 del mes pasado] se registraron 144 casos confirmados", informó el jueves pasado el Ministerio de Salud nacional en la última actualización semanal del Boletín Integrado de Vigilancia (BIV).
El documento indica, además, que en estos seis meses se notificaron 4984 casos con sospecha de la enfermedad en todas las provincias. Entre los reportes online al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud, se descartó el 27,4% y se detectó un caso de rubeola (con el sarampión comparten síntomas de sospecha, como el exantema o erupción en la piel).
Solo se confirmaron 144 casos, mientras que 1311 se mantienen como "sospechosos" (sin un análisis de laboratorio que lo confirme o lo descarte). Pero también hay 2162 considerados "no concluyentes". En esta categoría, las autoridades sanitarias están incluyendo "los casos con un resultado de laboratorio que no permite descartar la infección". La mayoría de los confirmados (118) corresponden a residentes de 19 municipios bonaerenses, principalmente en Merlo, con 32, La Matanza, con 22 y Moreno, con 19.
Hace dos semanas se conoció la primera muerte por sarampión: una mujer de 50 años que estaba internada en el Cemic y vivía en La Matanza.
LA NACION analizó los datos oficiales publicados en los últimos 24 boletines epidemiológicos que describen la evolución del brote activo de sarampión desde agosto pasado. También, se tuvieron en cuenta las seis alertas sanitarias emitidas el año pasado y dos actualizaciones epidemiológicas dadas por la máxima autoridad de salud pública nacional para el mismo período.
Debido al recambio presidencial el 10 de diciembre pasado, la difusión de esa información corresponde hasta el 9 de diciembre a la gestión a cargo de Adolfo Rubinstein y en adelante, a la del ministro Ginés González García. En la serie analizada, no se publicó el BIV de la segunda semana de septiembre pasado.
"En todos los casos detectados hasta 2019, teníamos el antecedente de viaje. Cuando empiezan a aparecer a partir de la semana 35, la investigación epidemiológica ya no permitía constatar ese antecedente. A partir de ahí se empieza a trabajar para encontrar las cadenas de transmisión local", recordó Ángela Gentile, que preside la Comisión Nacional para la Certificación de la Eliminación de Sarampión, Rubeola y Síndrome de Rubeola Congénita.
El sarampión es una infección altamente contagiosa por vía respiratoria. "Había casos que eran hermanos o habían compartido reuniones familiares o que habían coincidido la sala de espera de centros de salud", repasó la infectóloga sobre cómo empezó el actual brote, que se mantiene circunscripto en la ciudad y 19 distritos bonaerenses.
Los datos oficiales indican que el brote siguió incrementándose desde finales de diciembre, con la confirmación de otros 59 casos. También creció la notificación de casos sospechosos, de 3941 la última semana del año pasado a casi 5000 hasta hace dos semanas.
"La situación muestra que la transmisión en instituciones sanitarias habría sido el sitio de contagio al inicio del brote -se informó el viernes desde el Ministerio de Salud bonaerense-. Sin embargo, este tipo de transmisión no contribuye de manera importante a la incidencia de sarampión en comunidades urbanas, donde la cobertura [de la vacunación] es escasa o moderada".
En tanto, en la Capital, en lo que va del año se notificaron 264 del total de casos con sospecha de enfermedad febril exantemática reportados. Se confirmaron siete de esas infecciones para sarampión. El año pasado, este brote afectó a 28 residentes porteños. Su epicentro fue en la ciudad y, de ahí, se fue diseminando al conurbano. "Es una enfermedad que exige una alta cobertura de vacunación (del 95%) en cada municipio. Si no, cuesta cortar la transmisión viral -sostuvo Gentile-. No es como el coronavirus y el dengue: el sarampión tiene una vacuna. Hay que usarla".
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