Días atrás, el actual intendente denunció a Gustavo Posse por el abandono de los establecimientos médicos del distrito; desde el entorno del exjefe comunal rechazaron las críticas
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La fila se vislumbra desde afuera del Hospital Municipal Central de San Isidro Dr. Melchor Ángel Posse. Empieza frente a la ventanilla de admisiones, en un extremo del hall de entrada, y se prolonga por más de 40 metros hasta el otro extremo, donde se encuentra el ingreso principal. Los vecinos que la conforman no aguardan a ser atendidos por un médico, eso lo deberán hacer otro día, posiblemente en varios meses. Solo esperan, en cambio, para sacar un turno.
“Solo los miércoles dan turno para laboratorio. Espero que esta vez haya, hice la misma fila hace dos meses y, cuando llegué a la ventanilla, después de una hora, me dijeron que no había reactivos, que volviera otro día”, cuenta la vecina Jésica Herrera, 34 años, que tiene cita con un endocrinólogo del hospital para el 10 de junio. Este turno era el más temprano que había cuando lo solicitó, en enero, también de manera presencial.
Herrera no es la única que ha venido más de una vez para sacar un mismo turno. A la vecina de Boulogne Carolina Ferreira le ha sucedido en varias ocasiones. “Una vez llegué a la ventanilla después de hacer una fila larguísima y me dijeron: ‘Se acabaron, volvé la semana que viene’. Otra vez se hicieron las 11 y dejaron de atender. Todo esto te da impotencia, porque uno falta al trabajo para venir”, dice la empleada doméstica, de 41 años, mientras espera su turno con el oftalmólogo.
El sistema presencial de turnos que tienen los centros médicos sanisidrenses de gestión municipal es uno de los puntos que alimentó el actual conflicto entre el exintendente Gustavo Posse y su sucesor, Ramón Lanús, que asumió la intendencia en diciembre del año pasado. El nuevo jefe comunal publicó el 21 de mayo pasado un video en sus redes sociales donde denunció a las consecutivas gestiones de la familia Posse, que gobernó el municipio por más de 40 años, por el “abandono” y la crisis en los centros de salud municipales.
Cuando asumí como Intendente, conté con tristeza el estado de deterioro de los hospitales.
— Ramón Lanús (@RamonLanus) May 21, 2024
Estamos trabajando en mejoras urgentes para el Hospital Central de San Isidro. Vamos a implementar turnos digitales, arreglar las escaleras, los baños y las instalaciones eléctricas, y… pic.twitter.com/0iqw8rESq4
Había hecho un primer descargo en marzo, durante la apertura de sesiones del Honorable Concejo Deliberante sanisidrense, y lo reafirmó con vehemencia en el video: “La administración anterior llevaba años de estancamiento. Y ese estancamiento fue derivando en un estado de situación que nos toca describir con tristeza. El equipamiento médico de los tres hospitales es insuficiente, mal mantenido y demasiado anticuado. Años de desidia y abandono dejaron su huella”, acusó Lanús ante las cámaras.
Además del sistema de turnos, al cual describió como poco práctico y anticuado, destacó “baños clausurados, goteras, humedades y techos caídos”. La grabación fue filmada en el Hospital Central del municipio, en uno de los tres pisos del edificio que se encuentran inhabilitados desde su inauguración, en 2003.
Consultado por este diario tras la publicación, el doctor Ángel Yebara, quien asumió hace un mes como secretario de Salud del municipio, puntualizó que “ninguno de los 11 desfibriladores externos automáticos que había en los pasillos de distintas dependencias municipales y centros de atención primaria funcionaba”.
“El CAP Barrio Obrero directamente no tenía ningún desfibrilador. Asumí el 2 de abril. A mediados de mes hice poner en la puerta de este CAP una ambulancia, para que hubiera desfibrilador. En este tiempo tuvimos que atender un paciente con un infarto y una nena con convulsiones en esa ambulancia”, detalló el mismo día en que se publicó el video. El video fue difundido un día antes de que comenzaran los alegatos del juicio por la muerte de Alejandro Cohn, donde el fiscal hizo un pedido de prisión para seis de los nueve médicos del Hospital Central de San Isidro imputados por homicidio culposo.
Durante un recorrido por los centros médicos municipales del distrito, LA NACION conversó con pacientes, médicos de planta y practicantes, quienes ratificaron algunas de las denuncias, a la vez que señalaron que gran parte de estas problemáticas siguen siendo una realidad, a cinco meses del cambio de Gobierno.
Además de faltantes ocasionales de reactivos y un sistema de turnos que consideran antiguo, los médicos del Hospital Central consultados destacaron que en este centro médico público –el más importante de la comuna y el más reconocido de zona norte– también hay filtraciones cuando hay temporales, faltantes de medicamentos, de camas de internación y escasez personal de la salud.
“En líneas generales, el hospital podría dar para muchísimo más, parece más de lo que es. No hay calefacción central, hay áreas sin aire acondicionado, el tomógrafo es viejo, no hay resonador, hay reactivos de laboratorio básicos que a veces faltan”, detalló uno de los médicos de la institución, quien, al igual que el resto, pidió resguardar su identidad.
Remarcó, además, que a pesar de estos problemas, este hospital es un centro médico de excelencia –”se atiende muchos pacientes y de buena manera, tiene casi todos los servicios”– y que la última gestión de Posse ha tenido algunos avances importantes, como el sector de hemodinamia del Hospital Central y el Hospital de Odontología.
Sin embargo, algunos vecinos consultados por este medio destacaron lo complicado que es conseguir turnos en el nuevo hospital odontológico. “Es una odisea”, comentó Ferreira, que se atiende con dentistas de Vicente López. “¡En Vicente López los turnos se sacan todos por WhatsApp! Te los autogestionás vos”, explicó.
“Teníamos todos los desfibriladores funcionando”
Ante las consultas de este medio, Gustavo Posse dispuso como vocero de su gestión a Walter Pérez, concejal del bloque Unión Cívica Radical – Juntos San Isidro hasta 2025, quien negó las acusaciones y afirmó que “en vez de enfrentar las críticas, lo que hace [Lanús] es echarle la culpa a los demás”.
“Teníamos todos los desfibriladores externos funcionando en todas las dependencias, todos según lo que marca la normativa, con la verificación correspondiente. Seis meses después, si no funcionan, quizá sea por mantenimiento”, afirmó.
Por otro lado, destacó que los pisos 5, 6 y 7 del Hospital Central permanecen inhabilitados porque, cuando el centro médico se mudó de su antigua sede a la actual, en 2003, el nuevo edificio “triplicaba las superficies” del anterior. “Solo con los cuatro primeros pisos, que es lo que está actualmente funcionando, triplicamos la capacidad que teníamos en el antiguo hospital. Tuvimos que contratar más personal. Después, los otros tres pisos [del nuevo edificio] no se continuaron porque hubo otras prioridades, por ejemplo, la guardia del Materno Infantil y mejorar la calidad de atención y ampliar el Hospital de Boulogne”, dijo el concejal.
Negó, a su vez, que al terminar su gestión hubiera filtraciones y humedades sin resolver y que faltasen camas en el Hospital Central. Incluso afirmó que la cantidad de camas del municipio es “superior a la que exige la Unión Europea”. Desde las antípodas, fuentes de la gestión de Lanús sostuvieron que es necesario comprar más de 20 camillas de quirófano, y que cada una cuesta aproximadamente 20.000 euros.
En medio del cruce de acusaciones, médicos y personal de salud del Hospital Central consultados por este diario mencionaron que actualmente el espacio para internaciones no es suficiente y que los médicos no dan abasto en algunas secciones, mientras que en otras, lo que no dan abasto son los consultorios disponibles, y entonces hay médicos que no tienen donde atender a la gran cantidad de pacientes que asisten cada día.
“Las camas no alcanzan, en parte porque muchas están ocupadas por pacientes psiquiátricos, a los que no hay a dónde mandar”, mencionó una médica que trabajó en el hospital hasta mediados del año pasado.
Esta problemática cruza de manera transversal a todo el sistema de salud público argentino, que se encuentra en medio de una crisis generalizada, afectada también por el deterioro de los salarios y honorarios, la migración de profesionales calificados y la pérdida de interés de los médicos jóvenes en las residencias médicas.
La discusión en torno a los turnos digitales
El sistema municipal de turnos médicos sigue funcionando en manera presencial. El nuevo Gobierno afirma que su objetivo es digitalizarlo en el mediano plazo, luego de solucionar los problemas estructurales de los edificios, principalmente filtraciones y humedades, a los que dicen estar abocados actualmente.
En tanto, el concejal de Posse defiende el sistema presencial: “El tema es que, si digitalizás los turnos para especialidades médicas, por ejemplo, neumonología, neurología, como los turnos no son infinitos, se completarían de manera muy rápida. Entonces siempre se priorizó hacerlo presencial para que puedan ir los vecinos, sobre todo para que no los ocupen personas de otros municipios. De manera electrónica, sin presentar documento, ¿cómo garantizás que los vecinos sean realmente de San Isidro?”.
Pese a las dificultades para conseguir turno y la escasez de estos, la mayoría de los pacientes entrevistados en los tres hospitales municipales de San Isidro destacaron el nivel médico y la buena predisposición del personal. “Yo le debo todo a este hospital. Tuve cáncer de colon hace seis años. Me atendieron bárbaro, los médicos siempre me atendieron bien, con amor, con cariño. “Lo más complicado de este hospital, que son los turnos para estudios, no lo vivo porque soy de PAMI y me los hago en otro lado”, cuenta Olga Diaz, vecina de Martínez, de 82, que se acercó al centro médico para darse una inyección para la osteoporosis.
Un proyecto que no fue y otro que está en el tintero
Lanús destacó, en diálogo con LA NACION, que su gestión contempla como proyecto a futuro la posibilidad de construir en algún sector actualmente ocioso del Hospital Central –quizás en alguno de los tres pisos vacíos– un centro de salud mental. “Estamos evaluando la posibilidad de ampliar la capacidad del hospital para atender los casos de salud mental que hoy están ocupando camas de internación. No definimos dónde lo haríamos. Como hay muchas camas de internación ocupadas con personas que tienen problemas de salud mental, entonces a la gente que está en la guardia no se la puede internar porque están todas las cámaras ocupadas”, afirmó.
Es un proyecto distinto al que tenía, previo las elecciones, el Gobierno anterior, que consistía en mudar allí la maternidad del Hospital Materno Infantil. “Nunca lo pudimos concretar por cuestiones económicas. Priorizamos mejorar la guardia del hospital de niños. Incluso no sé si él [por Lanús] lo va a poder habilitar”, agregó Pérez.
A principios de abril, el nuevo Gobierno inició una causa judicial contra algunos funcionarios de la antigua gestión por presunta sobrefacturación en el esquema de provisión de raciones de comidas en el Hospital Materno Infantil. La presentación se radicó en la Unidad Funcional Área de Ejecución, Transición y Representación Ante Otros Fueros, a cargo de María del Gigante y en el Juzgado de Garantías Nº3, a cargo de Rodríguez Mentasty, y, según pudo saber LA NACION, todavía no ha tenido avances.
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