San Isidro: “Abrí porque todos lo hacían”, la reacción de los comerciantes no esenciales
Según el DNU presidencial, los fines de semana, este tipo de locales solo pueden permanecer abiertos para entregar productos comprados previamente por teléfono o internet o para hacer envíos a domicilio
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Entre los locales de la calle General Alvear, el centro comercial de Martínez, el incumplimiento de las restricciones decretadas por el Gobierno para los fines de semana es una reacción en cadena. “Como vi que todos abrían, abrí”, se justifica el dueño de una florería minutos antes del mediodía, mientras en el interior de su puesto prepara nuevos ramos para vender por la tarde.
Entre las vías del tren y la avenida Centenario, tramo que todos los sábados y domingos se vuelve peatonal, la actividad de los locales y la concentración de vecinos que circulan con bolsas por el medio de la calle hace pensar que las nuevas medidas no están en vigor.
Según las normas vigentes, los fines de semana, los locales no esenciales solo pueden permanecer abiertos para entregar productos comprados previamente por teléfono o internet -take away- o para hacer envíos a domicilio. Sin embargo, durante un recorrido por San Isidro y Martínez, LA NACION pudo evidenciar que son pocos los comercios que cumplen con estas condiciones. Mientras que algunos atienden y venden desde la puerta, muchos otros permiten que los clientes ingresen, y algunos, incluso, que utilicen los probadores.
Con una fila de más de 10 personas por delante, Daniela Fernández, de 74, espera para ser atendida en la vereda de una panadería. “Me impresiona, no esperaba encontrarme con esta cantidad de gente acá. Los vecinos se están tomando muy a la ligera las nuevas restricciones. Los negocios también, pero asumo que es porque lo necesitan. Ya no pueden mantenerse cerrados”, comenta la vecina, que hace 15 minutos espera para comprar pan.
Sobre la misma cuadra, sentada detrás del mostrador de un local de ropa y accesorios, una vendedora explica: “Sábados y domingos cerramos a las 6 en vez de a las 7, por el decreto”. Mientras, una de sus clientas sale de los probadores con un suéter en la mano y lo apoya sobre el mostrador. “Me lo llevo”, dice.
Para los comercios de la zona, las ventas de los fines de semana son consideradas muy importantes. Por eso, remarcan, cerrar ya no es opción. Algunos de ellos, durante la semana pasada, acataron las normas: mantuvieron sus puertas cerradas y vendieron únicamente mediante las dos modalidades permitidas. Pero ahora que esas restricciones aplican para los fines semana, decidieron dejar de cumplirlas.
“Ya no se puede cerrar -afirma el florista-. Si no vendo sábados y domingos, las flores que compré el viernes en el mercado se empiezan a marchitar. Y si no compro el viernes, no puedo vender hasta el miércoles, porque el mercado solo abre viernes y miércoles”. A ello se suma la crisis económica. “Las flores son un bien de lujo, son caras y para nada esenciales. Por eso se está vendiendo poco”, agrega el hombre.
A unos cuatro metros, un grupo de policías custodia las vallas que obstruyen el ingreso de vehículos a las calles que, al igual que ayer, hoy permanecerán peatonales. Ninguno de ellos parece tener la orden de sancionar a los comercios de la zona que incumplen con las normas vigentes.
Desde la municipalidad, lo confirman. Voceros del partido afirman que las restricciones vigentes en el distrito son las mismas que rigen según el decreto nacional. Sin embargo, aclaran que, al igual que el año pasado, planean mantener una postura flexible. “Entendemos la situación por la que están atravesando los comerciantes y siempre intentamos concientizar más que castigar”, consignan.
Los comercios lo saben. “Contamos con el apoyo de la municipalidad”, afirma José Miguel Ramírez, que trabaja como vendedor en un local de indumentaria para hombres sobre la calle Belgrano, en el centro de San Isidro. “Sabemos que hoy es un día de restricción total, pero el hecho de abrir o no es algo que se va viendo con el resto de los locales. Si abrimos, abrimos todos. Y la municipalidad nunca nos vino a decir nada”, suma.
El año pasado, a mediados de agosto, San Isidro fue el primer partido del corurbano bonaerense en sumar la alternativa de consumo conocida como Take Away Plus, que le permitió a los comercios gastronómicos de su jurisdicción instalar bancos y sillas al aire libre para que sus clientes consuman ahí. El modelo aplicado fue una réplica del que ya funcionaba en la Ciudad y poco tiempo después fue incorporado por los demás municipios de la zona.
Las ventas de este fin de semana son especialmente determinantes para los comercios que venden ropa masculina, ya que en dos semanas, el 20 próximo, se festeja el Día del Padre. Por esta razón, muchos comercios de la zona han pegado carteles en sus vidrieras con promociones especiales para la fecha. “La semana pasada trabajamos con la persiana cerrada por la mitad, solo take away. Ahora ya dejamos entrar y se está manteniendo bien las ventas”, agrega Ramírez.
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