Salud: cuáles son los síntomas de una enfermedad respiratoria que dos millones de argentinos desconocen que padecen
En el país, hay cuatro millones de personas que fueron diagnosticas con asma; la patología cuenta con tratamientos efectivos
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El asma es una de las enfermedades respiratorias más frecuentes. En la Argentina, según la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, 400 personas mueren cada año a causa de esta afección que inflama las vías respiratorias, estrecha los bronquios al generar falta de aire y una sensación opresiva en el pecho o silbidos. Hoy se celebra el Día Mundial del Asma, una ocasión importante para mostrar el largo camino que aún falta en el país para combatir una enfermedad que afecta, a nivel local, a 4.000.000 de personas y se estima que hay otras 2.000.000 que aún no fueron diagnosticadas.
A su vez, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que la prevalencia del asma se encuentra en aumento en muchas regiones del mundo y es la enfermedad crónica más frecuente en la infancia y uno de los motivos más comunes de internación en niños. Actualmente, se estima que la patología afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo y causa, aproximadamente, 250.000 muertes anuales.
“Las personas que padecen asma pueden tener silbidos audibles a distancia, tos seca, una sensación opresiva en el pecho y falta de aire, aunque no necesariamente tienen que tener todos los síntomas al mismo tiempo. La inflamación que genera la enfermedad hace que se dificulte el paso del aire a través de los bronquios”, describe Sergio Zunino, coordinador de la sección Enfermedades Obstructivas de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria.
El especialista indica que se trata de una enfermedad crónica, que está “siempre presente”, aunque muchas veces no se manifieste. “Las causas que la desencadenan son varias. Las infecciones respiratorias en los primeros meses de vida predisponen a que el árbol respiratorio desarrolle asma. También puede haber cierta predisposición a que la persona desarrolle asma sin haber sufrido una enfermedad de chico, aunque no hay una causa genética identificada”, señala Zunino.
Por su parte, Josefina Pascua Rigada, especialista en Neumonología del Hospital Británico, explica que el asma puede producirse por estímulos ambientales como la contaminación o el aire frío, pero también por alérgenos, infecciones respiratorias, estrés emocional y el humo del tabaco, entre otros desencadenantes.
La cuestión emocional juega un rol importante en esta enfermedad. “Se habla del asma psicosomático y podemos decir que todas las emociones, como la angustia o el miedo, son sensaciones que activan el sistema nervioso parasimpático y hacen que se libere una sustancia llamada acetilcolina que provoca broncoconstricción y broncoespasmo”, agrega Zunino. Es decir, las emociones y las reacciones que desencadenan se suman al cuadro de asma que ya tiene el paciente.
Prevención
Dejar de fumar y controlar las exposiciones a trabajos que comprometan las vías respiratorias son dos puntos claves en la prevención primaria de la aparición del asma en adultos. En la infancia, la principal manera de evitar la enfermedad es no estar en contacto con el humo del tabaco en los ambientes. Mientras que la consulta temprana ante la aparición de síntomas permite evitar crisis severas.
En cuanto al tratamiento, Zunino resalta que los “glucocorticoides inhalatorios” son el tratamiento por excelencia, aunque existen muchos otros dispositivos y tipos de medicamentos para controlar la enfermedad. “Lo importante es saber qué medicamentos son más convenientes para cada uno. Lo que sucede con cierta frecuencia es que el paciente deja de tomar la medicación o toma broncodilatadores que solo funcionan por dos horas, y, por eso, aparecen los episodios de asma. En los casos fatales, la muerte se suele dar por una insuficiencia respiratoria”, describe Zunino.
Del total de personas con asma en la Argentina, el 6% registró una crisis asmática en el último año, lo que generó 15.000 internaciones. “A pesar de que la mayoría de los asmáticos presentan una afección leve, las crisis –exacerbaciones– pueden llegar a ser muy severas con requerimiento de internación e incluso fatales. Por eso, la principal indicación que hacemos desde la especialidad en neumología es la consulta temprana ante cualquier sospecha, ya que es una enfermedad que presenta, en la mayoría de los casos, buena respuesta ante los tratamientos cuando estos se realizan a tiempo”, remarcó Pascua Rigada.
“Los pacientes concurren a la consulta en general por otros motivos, y al interrogarlos, surge el antecedente de la enfermedad, acompañado del abandono del tratamiento indicado por los profesionales en otras consultas, así como síntomas no controlados, que el individuo no los atribuye al asma, como la tos nocturna, o la falta de tolerancia al ejercicio. Es frecuente también ver en la práctica personas con mal control del asma y limitaciones en la vida diaria, que usan broncodilatadores inhalatorios de acción corta recurrentemente, sin un tratamiento crónico que les mejore el control de la enfermedad”, agrega Ramiro Heredia es médico clínico del Hospital de Clínicas.
Por este motivo, sociedades científicas y organizaciones no gubernamentales presentaron un proyecto de ley en el Congreso hace un año, pero aún no fue tratada en el recinto. Se refiere a la Ley Nacional de Asma, que permite la capacitación, educación, prevención y, sobre todo, el acceso al tratamiento.
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