Salir del país con un hijo adolescente puede volverse una odisea
Desde agosto, los mayores de 13 años deben dar su consentimiento a las autoridades para cruzar la frontera; si el chico manifiesta que no quiere salir del país, los padres no podrán continuar con el viaje familiar
Salir del país con un hijo adolescente puede resultar una odisea a partir de la entrada en vigencia del nuevo Código Civil. Ocurre que, según el texto, los chicos que tienen entre 13 y 18 años deben dar su consentimiento ante los oficiales de Migraciones para salir del país.
Esto significa que la decisión de cruzar o no la frontera con sus padres estará en manos de los chicos.
El cambio en la legislación implica que, si en el límite internacional el adolescente expresa que no quiere salir del país, sus padres no podrán obligarlo ni tampoco tomar la decisión por él. Y en ese caso, seguramente toda la familia tenga que volver a casa.
Hasta el momento no se ha presentado ningún caso de este tipo, según explicaron en la Dirección Nacional de Migraciones , sin embargo crece la preocupación de los padres acerca de si se requiere firmar autorizaciones especiales, como ocurre cuando el hijo menor de edad viaja sin alguno de sus padres.
Sin formulario anticipado
Hace una semana, la Dirección Nacional de Migraciones difundió un comunicado sobre el cambio en la legislación, e informando que no se requieren autorizaciones especiales. En cambio, la decisión la tendrá el propio chico a la hora de dejar el país: "Una modificación relevante está dada por el consentimiento expreso del menor adolescente a partir de los 13 años para viajar al exterior. La autoridad de control migratorio considerará que el menor consiente salir por el sólo hecho de su presentación voluntaria".
Significa que cuando una familia con adolescentes vaya a cruzar la frontera y se encuentre con un puesto de Migraciones, ya sea en un aeropuerto, un puerto o una frontera terrestre, realiza el mismo trámite de siempre: si ambos padres están presentes, entrega toda la documentación requerida, completa las planillas solicitadas y deja el país. Durante ese trámite nadie le pregunta a los adolescentes si viajan por su voluntad o si están de acuerdo con salir del país. Los hijos no deben completar un formulario escrito. Su simple presencia en forma pacífica será el aval de que están de acuerdo con el viaje.
Esto se condice con la noción que trae la Convención de los Derechos del Niño de que los hijos a mayor edad y grado de madurez tengan mayor participación en los actos que los comprometen
Sin embargo, si en Migraciones el adolescente mencionara al oficial de atención que se opone a ese viaje, todo el grupo familiar se verá impedido de continuar con los planes.
Según se informó en la Dirección Nacional de Migraciones, no existen ni está previsto que haya formularios para adelantar y certificar anticipadamente la decisión del adolescente, para evitar que una discusión o un desacuerdo de último momento con sus padres –frecuentes a esa edad–, acaben empañando el viaje que se planificó con tiempo.
"El código establece que cuando se trate de adolescentes de 13 a 18 años, todos los actos de relevancia como salir del país, contraer matrimonio, administrar bienes, iniciar por sí solos juicios, deben contar con el consentimiento de los hijos. Esto se condice con la noción que trae la Convención de los Derechos del Niño de que los hijos a mayor edad y grado de madurez tengan mayor participación en los actos que los comprometen, más en actos de relevancia", explicó Marisa Herrera, jurista especialista en Derecho de Familia y una de las autoras del texto del nuevo código.
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