Saldaño no será ejecutado en los Estados Unidos
El único argentino condenado a muerte en los Estados Unidos volvió a vivir ayer: la Suprema Corte de Justicia de ese país anuló la pena capital dictada contra Víctor Hugo Saldaño en julio de 1996 en Texas y ordenó que se realizara un nuevo juicio.
En un fallo inédito, el máximo tribunal norteamericano, con sede en Washington, admitió que la sentencia fue discriminatoria porque consideró como agravante la condición de hispano de Saldaño.
Según la sentencia, el caso debe ser revisado "a la luz de la confesión de un error" por parte de la fiscalía texana.
Hace un mes, el procurador general del Estado de Texas, John Cornyn, aceptó los argumentos de los abogados Stanley Schneider y Scott Atlas -contratados por el gobierno argentino- y pidió que se revisara la condena por violar "las enmiendas 8 y 14 de la Constitución de los Estados Unidos, que prohíben la utilización de los antecedentes étnicos de un acusado como factor agravante".
Saldaño, de 28 años, confesó y fue condenado por el secuestro, robo y homicidio del vendedor de computadoras Paul Ray King, ocurrido el 25 de noviembre de 1995 en las afueras de Dallas. El fallo de la Corte dejó firme la culpabilidad del argentino.
Los familiares de Saldaño creen que la decisión de la Justicia "es un regalo del cielo".
"Mi hijo no había tenido defensa y había sido sometido a una gran discriminación. Yo, sin entender inglés y sin ser una técnica en leyes, me di cuenta de eso fácilmente", dijo ayer la madre de Saldaño, Lidia Guerrero, minutos después de conocer el fallo del máximo tribunal estadounidense.
La mujer, que desde hace dos años lucha por la vida de su hijo, dijo estar "muy contenta", no sólo por la nueva oportunidad de vivir que esta decisión implica para Víctor Hugo sino también porque "ahora podrá dejar esa cárcel donde no veía ni el sol y alojarse en un lugar más digno, donde tal vez me pueda llamar por teléfono".
Desde que la justicia de Texas fijó el 18 de abril como el día de la ejecución Saldaño fue trasladado a un nuevo establecimiento penitenciario e incluido en la denominada "fila de la muerte", junto con todos los condenados que esperan su turno.
Lidia Guerrero aseguró que nunca perdió la fe, "ni siquiera en los peores momentos", y ahora anhela viajar a los Estados Unidos para visitar a su hijo. "En el gobierno nacional me prometieron ayuda; si ellos me dan los pasajes, viajaré cuanto antes", dijo ansiosa.
Exitosa gestión
Leandro Despouy, representante especial para los Derechos Humanos de la Cancillería argentina, dijo ayer a La Nación que al conocer el fallo fue tan grande su sorpresa como su alegría.
"Aunque había habido un allanamiento del procurador, la decisión de la Corte es absolutamente inédita. Admite el carácter discriminatorio de la condena y reconoce su arbitrariedad", expresó Despouy desde Canadá, donde participa de la Conferencia de la Organización de Estados Americanos (OEA).
El funcionario admitió que el gobierno argentino, cuando en enero último contrató a los letrados estadounidenses, no imaginó que la ejecución fuera suspendida. "Y menos tan pronto", señaló. En estos meses, gracias a las gestiones de la Cancillería, el recurso en favor de Saldaño recibió el apoyo de 12 países latinoamericanos y hasta consiguió un pedido de clemencia del Papa.
"Para nosotros es una satisfacción muy grande, porque todos los argumentos que desplegamos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos denunciando discriminación fueron enteramente atendidos", dijo Carlos Hairabedian, uno de losabogados de Saldaño.
Lo más importante ahora, según el letrado, es que el joven cordobés tenga un nuevo juicio y se dicte una condena "que no tenga en cuenta el origen, el color de piel ni la raza, sino solamente los hechos".