Ruptura nocturna y solitaria del glaciar
En la madrugada de ayer, se desplomó el inmenso puente de hielo, lo que privó de la ansiada foto a los miles de turistas
GLACIAR PERITO MORENO.- En absoluta soledad y sólo con el cielo de testigo, el puente de hielo del glaciar Perito Moreno colapsó a las 3.45 de la madrugada de ayer, de modo que la foto más esperada quedó perdida en la oscuridad de la noche. Como cada vez que ocurre, nadie puede asegurar la próxima apoteosis glaciaria.
Cielo estrellado, la luz del alba apenas dibujada en las crestas de hielo y el puente de hielo totalmente desplomado en el canal de los témpanos. Así encontró el glaciar Mario Piero Guatti, empresario local y fotógrafo aficionado que registró la primera fotografía después de la ruptura. Eran las 5.30 de la madrugada y fue el primero en llegar a las pasarelas, después de pasar la noche junto a su familia en el snack bar Nativos, del que es concesionario en el estacionamiento superior.
A diferencia de otros rompimientos, la administración del parque nacional no permitió esta vez que la gente permaneciera en las pasarelas durante la noche. A las 22 ya no quedaba nadie allí, y quienes partieron a esa hora intuían que sólo era cuestión de horas para que el glaciar diera su espectacular escena final.
Durante el atardecer del sábado, la masa de hielo había acelerado su proceso y los séracs de hielo no detenían su caída. "Que se caiga, que se caiga", gritaba entusiasmado el último grupo en retirarse del balcón superior, antes de las 22. En ese momento las rupturas se adivinaban por el estruendo pero la oscuridad impedía apreciarlo en toda su belleza.
A las 6, una veintena de autos con pasajeros optimistas y esperanzados hacían guardia en el ingreso en el parque. "¿Se cayó?", era la pregunta frecuente entre las personas que aguardaban la apertura del parque. Nadie sabía la respuesta.
Omar Zuviri, vecino de El Calafate, pasó la noche junto a su familia con el motorhome estacionado en la puerta de ingreso, ubicada a 40 kilómetros de las pasarelas. Todos querían ser los primeros en llegar.
La primera Trafic a las pasarelas llegó a las 7 con Daniel y Vanesa Wagner, documentalistas de Buenos Aires Films; LA NACION; Opi Santa Cruz, y Alberto Fonzo, un topógrafo de Puerto Santa Cruz, empleado de una minera y fanático del glaciar.
Una mirada bastó para saber que el glaciar ya había decidido cerrar la fiesta antes de tiempo. Los fotógrafos oficiales de Parques Nacionales también tenían la decepción pintada en el rostro. Tampoco tenían la imagen esperada.
Del primer grupo en llegar fue Fonzo quien pese a la pena de haber perdido la explosión de hielo dio rienda suelta a la alegría y corriendo bajó hasta el segundo balcón para obtener su foto con los cielos en alto. Detrás, el glaciar Perito Moreno amanecía en todo su esplendor y la ausencia de nubes ayudó al sol a desparramar con orden primoroso la luz de la mañana sobre la pared principal del glaciar. "Es maravilloso, es hermoso, vine en 2006 y siempre que puedo".
Ausente de los reclamos por la caída precipitada, el glaciar Perito Moreno siguió con la actividad, el agua del Brazo Rico desagotaba con fuerza en el Canal de los Témpanos en busca del equilibrio final. El fuerte movimiento generó aún contundentes desprendimientos que coronaron la mañana, la primera soleada y perfecta después de tres días de lluvias continuas que no impidieron la llegada de visitantes.
Todos aquí coinciden en que la ruptura de 2004 sigue siendo la de mayor espectacularidad: el puente de hielo eclosionó a las 19.10 y sigue siendo la imagen más vendida en agendas, pósteres, almanaques y cuanto suvenir pueda llevar impresa la estampa helada más famosa del mundo.
La luz del amanecer sonrojaba al glaciar. Daniel Wagner, pese a no tener la ruptura, montó el trípode y sus cámaras en uno de los balcones inferiores. Desde allí documentaba el momento, contratado por Glaciarium, el Museo del Hielo, fuente de consulta indispensable durante esta ruptura que tiene al glaciólogo Pedro Skvarca como director científico.
Wagner realizó los documentales que se ven en el Museo del Hielo: Para hacerlo escaló glaciares, bajó en rapel por sumidores, sobrevoló la Cordillera. "El deporte extremo es nuestra herramienta para poder acceder a lugares que nos permitan filmar desde un punto de vista que no es estándar", cuenta, y despide a esta cronista con un "no dejes de disfrutarlo".
Entre las historias de estos días, el equipo del canal de televisión por cable TN que transmitió en vivo desde aquí tiene quizá la más pintoresca. Un zorrito domesticado que habita el parque no pudo evitar la tentación de masticar un cable de transmisión que les acortó en algunos metros la movilidad del parque.
A las 10, las pasarelas se poblaron de turistas, locales y extranjeros: nadie se fue decepcionado; al desprenderse del puente de hielo, el glaciar mostraba ayer un nuevo perfil. En el Lago Argentino ya flotaban las migajas de lo que fue el último rugido de hielo.
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