Vecinos de una calle parisina exigen al gobierno una puerta para mantener a los usuarios de imágenes fuera de su adoquinado y colorido pasaje.
Rue Cremieux se convirtió en un destino para las personas que buscan la foto de Instagram perfecta.
Una bonita calle adoquinada de París se convirtió en una parada casi obligatoria de quien quiere dar envida a sus seguidores en Instagram.
Las miles de imágenes de la Rue Cremieux que han sido compartidas en la red social son un éxito asegurado.
Pero los residentes de esa fotogénica calle se cansaron y están pidiendo al ayuntamiento que restrinja el acceso en ciertos momentos del día.
Un vecino incluso lanzó una cuenta de Instagram que registra todas las actividades no deseadas en la calle.
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Esto muestra cómo la búsqueda de la foto perfecta puede convertirse en un verdadero problema, dijo la bloguera de viajes Kris Morton.
Pedido de ayuda
Los residentes solicitaron al ayuntamiento que instale una puerta que pueda cerrarse en las horas pico, en las noches, los fines de semana, al amanecer y al atardecer, y cuando la buena luz atrae a las personas que buscan una foto perfecta de Instagram.
"Nos sentamos a comer y fuera tenemos personas que están tomando fotos, raperos que están dos horas para filmar un video justo debajo de nuestra ventana o despedidas de soltera que gritan durante una hora. Francamente, es agotador", dijo un vecino a la radio France Info.
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Acaparando lugares
La bloguera Morton le dijo a la BBC que presenció muchos comportamientos inaceptables por parte de usuarios de Instagram cuando visitó lugares muy bellos en Islandia, Venecia y en Machu Picchu, Perú.
"Me detuve en un mirador con mi novio y señalé ejemplos de todas las fotos clásicas de Instagram que se realizan al mismo tiempo en las terrazas", describió.
"Nos quedamos de pie y esperamos mientras una mujer tenía a su pareja tomando decenas de fotos en diferentes poses, bloqueando todo el camino. Así que me cansé y caminé frente a la cámara para pasar". Pero, para Morton, es la gente la que tenía la culpa y no la aplicación.
"Tomar fotos para Instagram no es el problema y si inspira a la gente a viajar y ver el mundo, puede ser una gran cosa", dijo.
"Pero entrometerse en la propiedad privada, acaparar los puntos de fotos para que nadie más pueda disfrutarlos o tomarse selfies mientras posas en unas 100 tomas diferentes, o aventurarse en barandas para una mejor imagen, no está bien".
"Hazlo con un poco de cortesía y respeto por los dueños de casas, otros visitantes y el medio ambiente", señaló.
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