Rituales para limpiar la energía de la nueva casa
¿Te estás por mudar? Nada mejor que liberar la vivienda de las malas ondas que puedan estar dando vueltas por las habitaciones.
"Casa nueva, vida nueva". Como el refrán sostiene, con una mudanza se inicia una nueva etapa y se percibe algo distinto en el ambiente más allá del estrés que significa ese período de cambio.
De la misma forma en que nos ocupamos del orden y limpieza de nuestra vivienda, es necesario mantener en su interior un clima de armonía. Ya que será justamente allí, en ese nuevo espacio, donde va interactuar la energía de quienes la habiten. Por tal motivo, al inaugurar una casa, es sumamente positivo realizar una limpieza energética a través de un ritual místico o personal para bendecirla y celebrarla antes de ocuparla.
Las ceremonias de bendición abundan en todas las religiones y tradiciones espirituales del mundo. Estos rituales, realizados antes de ocupar un lugar, tienen como fin augurar un buen comienzo y se realizan desde tiempos remotos, aunque se fueron modificando según las creencias.
En la actualidad, al inaugurar un edificio, es muy común que se acostumbre a cortar un lazo ceremonial, atado al umbral de dicha construcción. Del mismo modo, en la tradición esotérica, se practican ciertos métodos de purificación e inauguración. En ellos, los días indicados son los martes o jueves, y se tienen en cuenta dos factores principales: si el lugar fue ocupado anteriormente por otras personas o si es una casa a estrenar.
Si la casa ya estuvo habitada anteriormete, se debe realizarse una limpieza previa (preferentemente un martes) y luego el ritual de celebración, denominado "ritual de apertura":
- Antes de comenzar, cubrirse la cabeza con un gorro o pañuelo al que hay que agregarle unas gotas de perfume para no absorber cargas negativas que puedan haber en el lugar.
- Cerrar puertas y ventanas y abrir armarios o cajones.
- Limpiar los pisos (desde el rincón más alejado de la puerta de entrada) con una mezcla de agua, vinagre blanco y el jugo de un limón, hasta llegar a la puerta.
- Sahumar, en la misma dirección, tomando un cuenco o plato en el que se encienden un carbón con hojas de romero y laurel, mientras se realizan círculos en el aire, para que la energía estancada se libere.
- Luego, llenar unos vasos de vidrio con agua y dejar uno en cada habitación o ambiente que posea la casa para que termine de absorber restos de energía anteriores
- Como último paso, tomar un plato, cubrirlo con una capa de sal gruesa y sobre ésta colocar tres velas formando un triángulo: una blanca,otra roja y otra violeta. Esto sirve para limpiar, proteger y transmutar la vibración del lugar. Encenderlas y dejarlas hasta que se consuman por completo.
Al haber terminado el ritual, deben abrirse puertas y ventanas y permitir que se airee el ambiente. Los restos de vela, sal y de todos los elementos utilizados, deben tirarse al otro día por una alcantarilla. El agua de los vasos puede arrojarse dentro del hogar y luego limpiar los vasos con alcohol. Luego se procede al ritual de apertura.
En el caso de las casas a estrenar, se realiza sólo el ritual de apertura, que debe relizarse un día jueves:
- Abrir puertas y ventanas y cubrir los marcos con un poco de sal gruesa. Sobre cada abertura se hacen sonar tres veces campanas (preferiblemente de metal ) para elevar las vibraciones del lugar.
- Encender sahumerios de mirra o incienso en cada dormitorio.
- Luego, llenar cuencos o platos hondos con agua en los que se colocan números impares de flores blancas ( símbolo de la pureza y del comienzo ). Pueden ser rosas, jazmines o claveles. Hay que ponerlas por toda la casa, sobre todo en las habitaciones principales.
- Detrás de la puerta de entrada, esconder una gema de ojo de tigre, ónix o amatista.
Finalmente, en el centro de la casa se ubica un plato playo, al que se le traza en su superficie un círculo con miel, al que se le coloca una vela blanca que se enciende para dejar consumir hasta el final. El resto de la vela, junto con el plato, deben tirarse a la basura, fuera de la casa. Las flores deben permanecer en el hogar sólo durante una semana. La sal dispuesta en los marcos hay que barrerla hacia afuera, después de haber recibido la primera visita. La gema elegida, debe quedar para siempre como elemento protector. Y, ahora sí, a disfrutar de la armonía en nuestro nuevo lugar...