Rhode Island y sus lecciones para todo EE.UU.
En 2003, un incendio mató a cien personas en una disco; los códigos de seguridad de varios estados fueron reformados de raíz
Cien muertos, la furia de miles de estadounidenses y reformas de raíz en las legislaciones de gran parte de los estados norteamericanos dejó el incendio que, el 20 febrero de 2003, consumió la disco Station, en West Warwick, Rhode Island.
Como sucedió en República Cromagnon, fue la pirotecnia lo que inició el fuego en Station, tanto que ayer la prensa de Rhode Island hablaba de las "asombrosas similitudes" entre uno y otro desastre.
Chispas de fuegos artificiales lanzados por la banda de heavy metal Great White, que tocaba en ese momento, saltaron sobre el cortinado del escenario. Sin un sistema de rociadores en el edificio, las llamas se expandieron inmediatamente por el resto de la disco, donde había más de 400 personas.
Tan sólo unas horas después de que sus efectivos extinguieran las llamas, el jefe de bomberos local advirtió que el sistema de rociadores -con el cual el edificio no contaba porque había sido construido en 1974- hubiese prevenido todas las muertes. Los dueños de la disco tampoco tenían el permiso necesario para usar pirotecnia en lugares cerrados.
Un año después, Rhode Island modificó de raíz su legislación. Obligó a todos los lugares públicos, sin importar cuándo fueron construidos, con capacidad para más de cien personas -desde discos hasta iglesias- a instalar rociadores y alarmas que notifican inmediatamente a la estación de bomberos más cercana que se ha iniciado un fuego.
Casi al mismo tiempo, el estado de Massachusetts, de donde provenían 33 de las víctimas fatales de Station, puso en marcha la mayor reforma de sus códigos de seguridad edilicia. La última vez que había hecho algo similar fue a mediados de los 40, luego de que un incendio matara a 490 personas en el club nocturno Coconut Grove, en Boston.
Massachusetts intentó ir más allá que Rhode Island y su proyecto de ley inicial obligaba a toda disco, bar y restaurant con capacidad para más de 50 personas a instalar rociadores. Pero la presión de los empresarios locales, preocupados por el costo de ese requisito, elevó ese límite mínimo a 100 personas.
De todas formas, el estado sí reformó las normas para poder imponer sanciones penales a los empresarios que violan los permisos para usar pirotecnia o crean "condiciones de riesgo" para la seguridad pública como, por ejemplo, "bloquear el ingreso o egreso de las personas" o "exceder los límites de ocupación".
Las penas para los dueños de los locales pueden llegar -incluso si la violación de la norma no generó accidentes- a dos años de prisión. Además de reformar los códigos, el gobierno local destina, desde entonces, diez millones de dólares por año para capacitar a sus bomberos y para reforzar sus inspecciones.
El incendio en Station, que disparó el enojo popular no sólo con los dueños de la disco y con Great White sino con el gobierno, provocó modificaciones de las legislaciones de varios estados, incluso de algunos tan alejados de Rhode Island como Oregon y Colorado.
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