Revelador testimonio de un médico en el caso García Belsunce
Dijo que la escena del hecho fue armada Su declaración arroja sospechas sobre los familiares más cercanos de la víctima El jefe de Investigaciones de San Isidro sostuvo que situaciones extrañas del episodio complican a ese entorno
Nuevas sospechas se ciernen sobre el más íntimo entorno familiar de María Marta García Belsunce. Tales sospechas tomaron forma luego de la reveladora declaración de Santiago Biasi, el segundo de los médicos de emergencias que revisó el cadáver, una hora después del asesinato.
A mediados del mes pasado, la declaración de Biasi ya había sembrado suficientes dudas sobre los hechos, por lo cual el fiscal Diego Molina Pico ordenó la exhumación del cadáver. Así, descubrió que García Belsunce había muerto de cinco disparos en la cabeza dentro de su casa del country Carmel, en Pilar.
Ahora, despedido de su trabajo y con la sensación de que su vida corre peligro a causa de lo que declaró y de lo que sabía y aún no había revelado, Biasi dijo ayer, bajo juramento, que aquel día tuvo la sensación de haber llegado a una escena presuntamente "armada" por los propios familiares que, según su declaración, habrían intentado convencerlo de que la muerte era producto de un accidente.
El médico vinculó su despido con su primera declaración judicial, en la que, entre otras cosas, reveló haber descubierto los orificios producidos por las balas en el cráneo de la víctima y haber visto cómo la masajista de la mujer limpió las manchas de sangre de la escena del crimen.
Ayer sostuvo que sus superiores en la empresa de emergencias Emernort omitieron entregar a las autoridades judiciales y policiales el informe en el que dejó sentado que García Belsunce había sido víctima de una muerte violenta, por lo que los forenses debían determinar las causas del deceso.
Fuentes judiciales dijeron a LA NACION que la Procuración General bonaerense ofreció al médico entrar en un programa de protección al testigo. Aun cuando se siente amenazado por su aparente posición de testigo clave, Biasi rechazó, momentáneamente, el ofrecimiento, según dijo anoche su abogado, Fernando Burlando.
No fue la de Biasi la única declaración que puso en tela de juicio la actuación de la familia de la víctima en el caso. Ayer, el jefe de la Delegación de Investigaciones de San Isidro, comisario inspector Aníbal Degastaldi, consideró que extrañas situaciones descriptas en el expediente ponen al entorno más íntimo de García Belsunce en el centro de las sospechas.
Anoche, Burlando dijo a LA NACION que, durante tres horas, Biasi hizo un relato pormenorizado que coincidió en un todo con los rastros de sangre hallados por los peritos. Así, el médico dijo que advirtió manchas hemáticas no sólo en el baño en el que en teoría fue asesinada García Belsunce, sino también en la escalera, en tránsito hacia la planta alta de la casa.
Aunque no apuntó contra nadie en particular, Biasi sostuvo ayer que, según su experiencia de 25 años en la atención de emergencias médicas, lo que vio cuando llegó a la casa del country Carmel no coincide con la escena habitual en casos de muerte.
“En el lugar de una tragedia la gente grita, está alborotada. En este caso, todos estaban tranquilos. El les avisó que se iban a meter en líos si no daban aviso a la policía, pero en cambio (los familiares de la víctima) lo querían convencer de que todo era producto de un accidente”, expresó Burlando, al repetir la declaración de su cliente. Describió una postal de lo que encontró y vio allí”, dijo.
Aclaraciones y acusaciones
Ayer, el director médico de Emernort, Héctor Festa, aseguró a LA NACION que la desvinculación de Biasi de la empresa no está relacionada con el caso García Belsunce. Destacó que, para Emernort, Biasi actuó correctamente y sostuvo que la obligación de hacer la denuncia por una muerte violenta es del médico primario de la atención, en este caso, el de la empresa Paramedic.
Con su declaración de ayer, Biasi también complicó la situación de su colega Juan Ramón Gauvry Gordon, el médico de Paramedic que arribó antes que él a la escena del hecho.
Ratificó que, luego de advertir la fractura y los tres orificios sospechosos en el cráneo, le advirtió a su colega que se metería en problemas si no daba cuenta de que lo que ambos tenían frente suyo era el resultado de una muerte violenta que hacía insoslayable la intervención policial.
También ratificó que la kinesióloga de García Belsunce, Beatriz, limpió el piso con lavandina a instancias del médico que lo antecedió. Así derivó la eventual culpa por la omisión de advertir sobre una muerte de causa dudosa en Gauvry Gordon, que por orden de arribo era el médico primario del caso, y lo complicó por la eventual desaparición de pruebas clave.
A diferencia de Biasi, que eligió la exposición pública de su versión y la ratificación en la sede judicial, Gauvry Gordon escogió el silencio como estrategia. “No tengo nada que decir, hable con mi abogado”, dijo este médico a LA NACION, en una brevísima comunicación telefónica.
Su letrado, Gabriel Becker, confirmó que había sido contratado para intervenir en la causa penal, pero sólo sostuvo que su cliente actuó de buena fe y que creyó la versión del hecho que le dieron los familiares.
Pero amigos del médico confiaron a este diario que Gauvry Gordon teme que la Justicia lo acuse formalmente de encubrimiento por no haber firmado un certificado de defunción por muerte traumática o violenta que, por sí solo, hubiese forzado la realización de una autopsia y la inmediata corroboración del homicidio.
Con la colaboración de Ramiro Sagasti