El Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad finalizó en febrero la restauración de la fachada del Ex Banco Argentino Uruguayo, una joya arquitectónica proyectada por el arquitecto de origen francés Eduardo Le Monnier hacia 1928, ubicada en Diagonal Norte, frente a Plaza de Mayo.
El edificio, que actualmente funciona como sede del Ministerio de Modernización, es una de las obras con valor patrimonial incluidas en el programa de restauración e iluminación de fachadas del Plan Microcentro, que busca revitalizar el área central metropolitana.
En la fachada, que estaba en muy mal estado, se destaca el uso de elementos ornamentales como balaustradas, capiteles y rejas artísticas. Sobre las ventanas del tercer piso, hay retratos del arquitecto Le Monnier, que estaba tan orgulloso de su obra que decidió homenajearse a sí mismo.
La intervención
"Pusimos en valor la fachada de este tradicional edificio con el objetivo de rescatar y destacar nuestro patrimonio arquitectónico, que le brinda a nuestra Ciudad un carácter particular y representativo a nivel nacional e internacional", aseguró Eduardo Macchiavelli, ministro de Ambiente y Espacio Público porteño.
La intervención que se basó principalmente en un criterio de conservación: se hicieron tareas de limpieza y protección, conjuntamente con obras de iluminación que jerarquizan los elementos significativos de la fachada.
La puesta en valor comprendió el retiro de todos elementos no originales de la fachada, la recuperación de las terminaciones, la reposición de los elementos ornamentales perdidos y el tratamiento y conservación de los que sobrevivieron.
"El edificio tiene un valor fundamental por su ubicación, por su arquitectura y por la calidad de su fachada. Tuvimos algunas sorpresas, porque las cornisas estaban en un estado bastante más crítico de lo que se había visto en las inspección ocular", asegura durante un recorrido la arquitecta Flavia Rinaldi, gerenta de proyectos de arquitectura de la Dirección General de Regeneración Urbana
Se trata de un edificio de 60 metros con mucha ornamentación y muchas salientes, de estilo academicista francés. La espectacular cúpula tiene una ornamentación con motivos vegetales y mascarones. Los copones y las caras estaban en muy mal estado. Todos los mentones estaban desprendidos. Cuando comenzaron las tareas de restauración había grietas enormes y vegetación invasiva por falta de mantenimiento e impermeabilización.
Por dentro, la cúpula oculta la maquinaria de los ascensores y los tanques de agua. "Hay piezas que parecen no terminadas, es porque buscamos preservar lo auténtico, sin revestir. Lo mismo pasa con los jarrones que se limpiaron. Estas pequeñas cuestiones son importantes, porque no siempre hace falta que esté lisito sino preservar el valor de lo antiguo", aclara Rinaldi, que destaca la tarea de limpieza que se realizó.
El edificio tiene mucho ornamentación, ménsulas y dinteles con piezas de bronce que fueron restaurados. Muchos estaban pintados, otros tenían cardenillo, que es el verdín que se genera sobre el bronce. Se le hicieron varios tratamientos hasta llegar a la pátina original, florentina.
"Toda restauración consta de estudios previos para determinar qué procedimientos son los adecuados para cada caso, a fin de respetar la arquitectura de la época en que fueron realizados", señala Macchiavelli.
"Las fachadas de los edificios son el nexo entre el ámbito público y el privado, por eso es importante su conservación y mantenimiento. Queremos que los vecinos disfruten del espacio público, que la calle sea un lugar más amigable y atractivo para el peatón, por eso hemos trabajado en varios edificios de la zona, como el Palacio Miguel, la Iglesia del Socorro y algunas fachadas sobre la Avenida de Mayo", cierra el funcionario.
A comienzos de siglo, la idea era que lo bancos transmitieran solidez. Esto se puede apreciar claramente en este caso: el frente se destaca porque el basamento, formado por la planta baja y el entrepiso, es de granito. Son ocho pisos, nueve con el entrepiso. La vista de la terraza da a Plaza de Mayo y a otras cúpulas importantes de Buenos Aires como la de los edificios Bencich.
El correo automático que se incorpora al funcionamiento del banco es un sistema de canales que recorren los vestíbulos de todos los niveles. Su diseño en bronce y vidrio permite ver "bajar" las cartas piso a piso hasta depositarse en el buzón de la planta baja, que aún mantiene el escudo del correo argentino y la marca de su procedencia: Rochester. No era el único adelanto tecnológico del edificio para la época, también contaba con servicio contra incendios.
Diagonal Norte es en sí misma un estandarte arquitectónico de Buenos Aires. Sus edificios, construidos entre 1880 y 1920, tienen la misma altura (33 metros a la línea superior de la cornisa) y se respetó el estilo y los remates de las esquinas con cúpulas. Desde la terraza del exBanco Argentino Uruguayo se pueden ver edificios emblemáticos, como los de La Prensa, la Legislatura, el Gobierno Porteño y el hotel NH.