Residencias médicas: uno de cada tres profesionales que se postulan para el examen único es extranjero
Es la proporción más alta hasta ahora para la evaluación que se hará a fin de mes; hay áreas con menos postulantes que cargos ofrecidos
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En el próximo examen único de residencias para cubrir 5848 vacantes de medicina, enfermería y bioquímica a partir de septiembre en hospitales y centros privados del país, ya está impactando la pérdida de interés de los egresados argentinos en seguir esa formación de posgrado remunerada. De acuerdo con registros oficiales, subió a casi un tercio la proporción de extranjeros para ocupar esos cupos en medio de una crisis de recursos humanos sin precedente en el sistema de salud argentino.
El 31% (2280) de los 7312 candidatos en condiciones de rendir el examen la semana que viene es oriundo de otros países, lo que coincide con el crecimiento de estudiantes extranjeros en las universidades que dictan carreras en ciencias de la salud. El año pasado, eran el 22% de los 7170 que habían quedado habilitados para la evaluación nacional, de acuerdo con los datos del listado oficial online que comparó LA NACION.
Se desconoce no solo cuántos se quedan o vuelven a sus países una vez finalizada la residencia, sino también qué camino prefieren seguir los argentinos una vez que terminan la facultad.
A través de este examen, se cubre la mayoría de los cupos en el país para unas 70 especialidades de medicina y todas las especialidades de bioquímica y enfermería. Otras profesiones y las residencias posbásicas –en una especialidad tras completar la residencia básica– tienen sus exámenes por separado, de acuerdo con el concurso que se elija).
El porcentaje estimado este año es el más alto desde antes de la pandemia de Covid-19. Y con apenas un 1,9% más de postulantes habilitados a rendir que el año pasado, este año hay un 43,6% más inscriptos de otras nacionalidades.
La mayoría se graduó entre 2020 y 2022, aunque hay títulos obtenidos a partir de 2010 (el requisito es que sean de universidades argentinas o extranjeras convalidados localmente).
Lo más buscado
Por inscriptos, sin importar más que la especialidad elegida al registrarse para el examen del 28 de este mes, las residencias más buscadas son enfermería, con más de mil postulantes –más del doble que los cargos ofrecidos–, seguida de cirugía general, anestesiología, pediatría, clínica médica, tocoginecología, diagnóstico por imágenes y ortopedia/traumatología.
Entre los 5028 argentinos lo más demandado es, en orden, enfermería, anestesiología, cirugía general, pediatría, clínica médica, tocoginecología, cardiología, oftalmología, medicina general/de familia y diagnóstico por imágenes.
En tanto, la principal búsqueda de los extranjeros se inclina a cirugía general, diagnóstico por imágenes, enfermería, ortopedia/traumatología, cardiología, pediatría, otorrinolaringología, dermatología y clínica médica.
Pediatría, una de las especialidades en estado crítico, es la que más oferta de cargos tiene este año: 837, incluidos los cupos articulados con neonatología o terapia intensiva. Pero aun cuando todos los postulantes aprobaran el examen, quedaría vacante un 40% de los puestos ofrecidos, como había anticipado la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) a este medio. Lo mismo se aplica a clínica médica, medicina general y/o de familia, terapia intensiva, psiquiatría infantojuvenil o neonatología, especialidad en la que se ofrecen 36 vacantes y hay solo seis postulantes.
Como viene publicando LA NACION en la serie de notas “¿Quién nos va a cuidar?”, un sistema sanitario cada vez menos atractivo para los profesionales está crujiendo silenciosamente, mientras el personal intenta dar respuesta a las necesidades de la población. Médicos desbordados, que atraviesan situaciones de estrés a diario y perciben sueldos que no rinden explican el éxodo y otras formas que encuentran los profesionales de mejorar sus ingresos y calidad de vida. Una crisis que también se refleja en el sector público, con hospitales que sufren renuncias masivas de profesionales e instituciones donde las guardias dejan de funcionar.
“La atención de la salud está requiriendo una estimulación de la formación de los profesionales, sobre todo en terapia intensiva, neonatología, medicina interna y la psiquiatría”, señala Luis Ignacio Brusco, decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA, una de las principales aportantes de residentes a los concursos.
“Cuando se hacen encuestas, vemos que más que el éxito académico un joven hoy desea el bienestar y la calidad de vida. La facultad no quiere generar profesionales sufrientes, sino que cumplan con su vocación con calidad de vida y bienestar. Por suerte, tenemos un sistema de salud y un sistema educativo de grado y posgrado deseado por extranjeros de distintos países. Esto, como está ocurriendo en las facultades y los sistemas de salud en el mundo, eleva el nivel”, agrega en diálogo con LA NACION.
En esa facultad, se está proponiendo un cambio del reglamento de residencias que contemple, entre otros puntos, guardias de 12 horas o un día de descanso después de la guardia. “Es para beneficio del residente, pero también del paciente. Un médico cansado no puede trabajar bien”, define Brusco, que integra el Foro Argentino de Facultades y Escuelas de Medicina Públicas de la República Argentina (Fafemp).
“En el mundo–continúa–, los sistemas de salud están teniendo problemas. Estamos recibiendo pedidos de profesionales [en la UBA] desde Europa, lo que habla de la necesidad de incentivar la formación de los médicos, en especial de grado y de posgrado. En este caso, la formación está siendo a través de la carrera de especialista, no por residencia, debido a la dificultad económica en la que se ven los sistemas de salud, los bajos ingresos y, también, la sobreexigencia que hay.”
Ya el año pasado, el número de egresados que finalmente rindió el examen estuvo por debajo de las vacantes por ocupar en 17 provincias. Como publicó este medio en ese momento, en las ocho especialidades consideradas prioritarias, apenas la mitad atrajo más candidatos que los cargos ofrecidos: cirugía general, tocoginecología, anestesiología y enfermería.
“La residencia es el método de consolidación de los conocimientos recibidos y, justamente porque es un aprendizaje en servicio supervisado, es que es el mejor de todos. Pero esto demanda que los jóvenes lo piensen así y, en eso, debemos tener un poco de responsabilidad los docentes que no lo transmitimos”, opina Hugo Catalano, director de la carrera de Medicina de la Universidad del Salvador (USAL) y del programa de Residencia en Clínica Médica del Hospital Alemán.
“Que un porcentaje alto de graduados comience a atender a la gente sin una residencia pone en peligro la calidad de la asistencia y es ahí donde hay que plantearse si el título de grado es o no habilitante”, completa desde su experiencia de 50 años en educación médica en la UBA y el trato a diario con estudiantes y médicos residentes.
Considera que “debería alertar” que haya cada vez menos graduados que se quieran presentar a las residencias, ya sea porque no saben qué van a hacer una vez que egresan o porque las condiciones son malas (una guardia de 12 horas, por ejemplo, se está pagando menos de $2000 la hora). “Esto es un llamado de atención. Nos dice que hay un arduo trabajo de educación por delante que involucre un diagnóstico de las necesidades de atención en el país, un examen nacional de residencias unificado y un mapa sanitario para definir dónde y qué profesionales se necesitan”, propone.
Más alto
Con las renuncias de especialistas, las dificultades para la renovación generacional de los cargos en gran parte de los distritos y el multiempleo de los profesionales, las condiciones de trabajo de los residentes y concurrentes superan a las que deberían en una etapa de formación supervisada, con servicios ya a media mañana en los que solo hay residentes atendiendo a los pacientes.
Con respecto del promedio nacional, esa pérdida de interés entre los argentinos que egresan de las carreras de salud por la formación rentada dentro del sistema sanitario es aún mayor en el concurso unificado que comparten el Ministerio de Salud de la Nación, la ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires.
Sin demasiada diferencia en la cantidad de inscriptos con respecto de años anteriores, como coinciden especialistas que trabajan con esas jurisdicciones, la proporción de extranjeros es del 42% entre los 5258 postulantes para ocupar vacantes en los hospitales y centros de salud que administran esas tres jurisdicciones.
El Ministerio de Salud de la Nación no autorizó a la Dirección de Talento Humano y Conocimiento, área que coordina el Concurso Unificado y el Examen Único, a responder las preguntas de este medio.
Informes oficiales indican que la mayoría de los profesionales extranjeros que se postulan proviene de Bolivia, Ecuador, Brasil, Venezuela, Colombia, Perú, Paraguay y Chile. Empieza a haber universidades de esos países que están entre los principales aportantes de residentes a algunas jurisdicciones.
Catalano atribuye una mayor presencia de extranjeros al costo y la calidad de la educación y la formación de posgrado con respecto a la de sus países. Hay residencias que están asociadas a la carrera universitaria, lo que, según explica, les permite acceder al título de especialista universitario.
Claro que no todos los que se postulan finalmente se presentan al examen, ni todos los que lo aprueban finalmente toman el cargo. Por eso se convocan readjudicaciones pasado septiembre: en los dos últimos años, entre un 30 y 40% de los cupos quedaron vacantes.
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