En julio de 1938, una particular ola de frío invadió Buenos Aires. Hay que imaginar otra vida, otro tiempo. Los más humildes, cuando no tenían cómo obtener recursos empeñaban sus abrigos durante el verano, con la esperanza de que la situación mejorara.
Pero muchas veces eso no ocurría. Cuando las temperaturas comenzaron a complicar a muchos, una empresa decidió pagar las deudas de las personas más humildes para que pudieran recuperar sus abrigos.
La entidad que se encargaba de este tipo de empeños era el Banco Municipal de préstamo y cajas de ahorro, antes conocido como Banco Monte de Piedad (fundado en 1878), y actualmente Banco Ciudad.
La promoción, divulgada en avisos de diarios y radiales fue conocida como "El rescate de los abrigos". Y fue un éxito. La gente se amontonó en las oficinas de la institución para recuperar sus prendas.
Un aniversario y un festejo particular
La compañía Geniol, conocida desde siempre por su legendaria campaña publicitaria con la cabeza perforada por alfileres, cumplía 10 años. Y para celebrarlo, tuvo esta formidable iniciativa social.
Lo curioso es que la marca promocionaba la venta de su producto como el que elimina los dolores de cabeza y los refríos. Es decir, su auxilo no hacía más que limitar los males que curaba.
El inusual suceso ocurrió el 7 de julio de 1938, hace exactamente 80 años. Pero el día anterior, se publicó un aviso en LA NACION que decía: "Geniol avisa a quienes tengan empeñados sus abrigos en el Banco Municipal de préstamos, por un valor de hasta 20 pesos, y con fecha hasta el 30 de junio de 1938, que dichas prendas están liberadas, pudiendo pasar a retirarlas gratis, previa comprobación de identidad del empeñante, en las oficinas de Suipacha y Viamonte. ¡Geniol las ha rescatado!".
El diario La Nación, escribió: "Una manufactura porteña acaba de cumplir diez años de existencia, y para festejar anunció que rescataría tapados y sobretodos de todas las personas de recursos módicos que los hubiesen pignorado".
Y agregó: "Las oficinas en las cuales debieron hacerse los trámites del caso se vieron densamente concurridas por un publico que supo enseguida -lo traslucía su gesto- comprender el sentido social de la iniciativa".
Apenas 48 horas después, el Día de la Independencia, y en otra muestra del gran manejo del marketing con el que se manejaba la empresa, Geniol publicó otro aviso: "Al gran pueblo argentino, salud".