En la cima de los Andes: así fue el rescate de dos montañistas franceses cerca del volcán más alto del mundo
Una semana después de establecer base en inmediaciones del Nevado Ojos del Salado -de 6891 metros de altitud- activaron la alarma a través de un GPS; una patrulla especializada de la Gendarmería los ubicó ayer; los andinistas europeos presentaban un cuadro de deshidratación, irritación ocular y falta de aire, aunque sin peligro de vida
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Casi diez días después de su llegada a Fiambalá para comenzar, desde allí, la ruta de escalada hacia el cordón de estratovolcanes de la frontera entre Catamarca y Chile, dos montañistas franceses que se habían extraviado en esa zona del “techo” de la Cordillera de los Andes fueron rescatados por personal de la Gendarmería y de la policía provincial cuando los acechaba un fuerte temporal de viento, nieve y granizo.
Su señal de socorro los situó a tres kilómetros del paraje Aguas Calientes, a unos 5600 metros de altitud y muy cerca del Nevado Ojos del Salado, el volcán más alto del mundo, con 6891 metros sobre el nivel del mar. Los montañistas fueron atendidos en el hospital Doctor Luis Agote, de Fiambalá, donde llegaron media hora antes de la medianoche del lunes con principio de deshidratación, irritación ocular y falta de aire.
”Tras un importante operativo conjunto de los equipos de alta montaña de la policía de la provincia de Catamarca y la Gendarmería Nacional se encontró con vida a los montañistas franceses que estaban perdidos en la zona codillerana de Fiambalá”, se indicó en un parte informativo del Ministerio de Seguridad de Catamarca.
Según informaron fuentes de la Gendarmería, los dos jóvenes andinistas -de 19 y 20 años- y un colega, también francés, llegaron hasta el departamento de Tinogasta el 17 de diciembre para encarar, desde allí, una travesía que, a lo largo de diez días, debía conducirlos al Monte Pissis, el segundo volcán más alto del planeta, con 6795 metros de altitud, apenas 96 menos que el Ojos del Salado.
Contrataron a un prestador de alta montaña que los lleva hasta el paraje El Quemadito, nunca contrataron un guía, donde acamparían para aclimatarse a más de 3400 metros de altitud, antes de acometer los senderos que los conducirían a las cumbres de los estratovolcanes. Uno de ellos no lo soportó, de modo que el 19 de diciembre se comunicaron nuevamente con prestador para pedirle que lo bajara hasta Fiambalá. Así, lo hizo, pero además les dejó a los dos andinistas que seguirían con el desafío un Spot GPS para que pidieran ayuda ante cualquier eventualidad.
La tarde de Navidad, personal de la Sección Fiambalá de la Gendarmería recibió el alerta telefónico: había dos montañistas desaparecidos cerca del Ojos del Salado. La Fiscalía de la 5ª Circunscripción Judicial de Tinogasta encomendó las tareas de rescate al Grupo Especial de Alta Montaña (GEAM).
La tarea no sería sencilla: las condiciones meteorológicas eran adversas. Había un temporal de nieve e intensa neblina. Mientras los efectivos del GEAM del Escuadrón Tinogasta se alistaban, la fiscalía pidió a Defensa Civil de Tinogasta y a la Policía de Catamarca que brinde apoyo a los gendarmes encargados de coordinar las maniobras de rescate.
Cuando se abrió la ventana climática favorable, el GEAM puso en marcha la logística del rescate. El domingo 26, en la ruta nacional 60, a la altura del paraje La Angostura, se cruzaron con el guía de montaña. Les dijo que había recibido el alerta y que había hallado la carpa y otras pertenencias de los montañistas, pero que de ellos no tenía noticias. Sí sabía, por el GPS, la ubicación exacta del campamento que habían montado como base para trepar a las altas cumbres.
El GEAM llegó hasta la base del volcán. A las 20.15 del domingo establecieron una base en El Pedregal, a unos 5500 metros sobre el nivel del mar. Mientras monitoreaban la evolución de las condiciones climatológicas (seguía el alerta de temporal de nieve y granizo), se aprestaron para lanzar la búsqueda la mañana siguiente.
Los dos jóvenes montañistas franceses fueron encontrados el lunes a unos 5600 metros de altitud, no muy lejos del lugar donde el GEAM había montado su base logística. Estaban en buenas condiciones, aunque la odisea en la quebrada de los estratovolcanes había hecho mella en ellos: presentaban signos de deshidratación, irritación ocular y falta de aire.
”Los montañistas se encuentran con algunos problemas de salud (deshidratación) lógicos del duro contexto que les tocó afrontar, pero sin mayores riesgos para su integridad”, se precisó en el comunicado del Ministerio de Seguridad provincial.
Los gendarmes condujeron a los noveles andinistas europeos hasta el Paraje Cortaderas, en la ruta nacional 60, y desde allí los llevaron al hospital de Fiambalá para que recibieran asistencia médica y quedaran en observación.
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