Reducir el tiempo sentado mejora el control de azúcar en la sangre en personas con diabetes tipo 2
Una vida más activa conduce a mejoras significativas en la sensibilidad a la insulina, los niveles medios de glucosa de 24 horas y más
Un nuevo estudio publicado en 'Diabetologia', la revista de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes , sugiere que una intervención que implique reducir el tiempo sentado, levantarse y caminar de manera suave, puede ser una alternativa al ejercicio estructurado para promover el control del azúcar en la sangre en pacientes con diabetes tipo 2, mejorando los niveles de glucosa en 24 horas y la sensibilidad a la insulina .
El uso de ejercicio entre moderado y vigoroso es una de las piedras angulares de la prevención y el tratamiento de la diabetes tipo 2, con las pautas actuales de actividad física que recomiendan realizar al menos 150 minutos por semana de ejercicio a estas intensidades.
Sin embargo, a pesar de la eficacia demostrada de dicho régimen, más del 90 por ciento de la población sana no se adhiere a las directrices. Es probable que el incumplimiento sea aún mayor en las personas con diabetes tipo 2, en las que las comorbilidades relacionadas como la debilidad muscular y la neuropatía periférica pueden ser una barrera para el ejercicio físico, de forma que se necesita un enfoque alternativo.
Hay que pararse más
Realizado por Bernard Duvivier, del Departamento de Biología Humana y Ciencia del Movimiento de la Escuela NUTRIM de Nutrición e Investigación Traslacional en Metabolismo del Centro Médico de la Universidad de Maastricht, en Países Bajos, y colegas, este estudio consideró los posibles beneficios de un programa de "menos tiempo sentado", reemplazando el tiempo sentado por estar de pie y caminar a paso suave, en comparación con el uso de un régimen de ejercicio estructurado con el mismo gasto energético.
El estudio incluyó a 19 adultos (13 hombres y seis mujeres) con diabetes tipo 2, con una duración media de la enfermedad de seis años, una HbA1c media de 6,7 por ciento y una glucosa plasmática media en ayunas de 7,88 mmol/l durante el cribado. Su edad media fue de 63 años y el índice de masa corporal (IMC) medio era de 30,5 kilogramos/m2 (justo dentro de la definición de obesidad). Un total de 14 participantes utilizaba fármacos para la diabetes que reducían la glucosa y 13 estaban tomando medicamentos hipolipemiantes (la mayoría de las veces estatinas).
Mejoras radicales
Los participantes siguieron tres regímenes de actividad: "sentarse", "realizar ejercicio" y "sentarse menos tiempo", cada uno durante cuatro días. En el primero, se limitó a los participantes a caminar 1 hora al día y estar de pie una hora al día, con las 14 horas restantes estando sentados.
En el régimen de ejercicio, aproximadamente 1 hora al día del tiempo sentado fue reemplazada por la práctica de bici supervisada o en ejercicio en un ergómetro en el centro de investigación, en periodos de 20 minutos separados por 5 minutos de descanso. En el régimen de sentarse menos, se sustituyeron cinco horas diarias por dos horas de caminata y tres horas de estar pie, y se animó a los participantes a interrumpir el tiempo que pasaban sentados cada 30 minutos con pequeños episodios de caminar y permanecer de pie a lo largo de todo el día.
Los regímenes de ejercicio y sentarse menos fueron diseñados para tener un gasto energético comparable para cada participante. El orden de los regímenes fue aleatorizado y se mantuvo un periodo de diez días de estilo de vida habitual como un tiempo de "lavado" antes y entre los regímenes.
Además, se controló la dieta mediante una alimentación normal, suplementada durante las últimas 36 horas de cada régimen con el suministro de comidas pre-envasadas en función de sus requerimientos de energía para cada régimen. Se midieron de manera continua los niveles de glucosa usando un monitor de glucosa subcutánea y también a través de la recogida de muestras de glucosa en sangre cuatro veces al día.
Se controló y verificó la práctica de caminatas ligeras a diaria mediante acelerometría avanzada (que monitorea el movimiento a través de múltiples parámetros). Los niveles de glucosa de 24 horas se analizaron durante las últimas 24 horas de cada régimen de cuatro días. Al día siguiente de cada régimen, entre las 08.30 y las 09.30 horas, después del ayuno nocturno, se recogió sangre para medir la glucosa, la insulina y los lípidos.
Se analizaron los datos para determinar la concentración de glucosa de 24 horas; el área incremental debajo de la curva (AUC) para la glucosa (una medida que resume el consumo de la glucosa, detectando el aumento por encima del nivel de ayuno durante 24 horas); la duración de la hiperglucemia; una concentración media de la glucosa por cada 30 minutos para indicar cualquier episodio de hipoglucemia; una estimación de la sensibilidad a la insulina; niveles de triacilgliceroles en ayunas y niveles de ácidos grasos no esterificados (NEFA, por sus siglas en inglés).
La vida activa en números
El estudio encontró que el uso del régimen de pasar menos tiempo sentado condujo a mejoras significativas en la sensibilidad a la insulina, los niveles medios de glucosa de 24 horas, los aumentos de glucosa de 24 horas, las duraciones de hiperglucemia y los niveles de triacilgliceroles en ayunas, en comparación con estar sentados.
Aunque los efectos positivos para la mayoría de las variables (aparte de la glucosa de 24 horas) también se vieron en el régimen de ejercicio tradicional, éstos fueron generalmente menos potentes que las mejoras halladas para el grupo de pasar menos tiempo sentado. Además, las reducciones del nivel de glucosa, que pueden conducir a la hipoglucemia y hacer que algunos pacientes diabéticos se muestren reacios a realizar ejercicio, resultaron ser menos para el régimen de sentarse menos tiempo.
Previamente, se ha observado que un estilo de vida sedentario (inactivo) se asocia con un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y que la interrupción regular del tiempo sentado utilizando pequeñas sesiones de caminatas puede resultar beneficiosa para la acción de la insulina y el control de la glucosa. Este estudio considera ahora los efectos de un régimen de sentarse menos para las personas con diabetes tipo 2 en condiciones de vida libre y sus resultados se ajustan al planteamiento emergente de que romper el comportamiento sedentario mediante actividades de intensidad suave puede ser una forma potente de ayudar a mejorar el control de la glucosa en la sangre.
Vía Europa Press
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