Recuperó Rosario un bar legendario
Está pleno centro y es famoso porque en él se reunían intelectuales y artistas
ROSARIO.- Después de permanecer cerrado dos años, el bar El Cairo, que el escritor rosarino Roberto Fontanarrosa inmortalizó en su libro "La mesa de los galanes", vuelve a abrir en la esquina de Sarmiento y Santa Fe, en pleno corazón del microcentro rosarino, con una estética renovada y con el sueño de recuperar el ambiente que lo erigió en una leyenda urbana.
"El último día que estuvo abierto me prometí que lo iba a reabrir y no pasó mucho tiempo hasta que encontramos la vuelta para hacerlo", comentó a LA NACION Mario D´Agostino, quien, junto con Eduardo Rubin, se hizo cargo de la reapertura.
"No fue fácil, demandó un gran esfuerzo -añadió-. Pero contamos con la ayuda de muchos rosarinos que querían que volviera el bar."
El Cairo abrió sus puertas en 1943, en la planta baja de una antigua casona como un típico café con mesas de billar donde los hombres se reunían para tomar café y conversar de sus temas preferidos: el fútbol, la política y las mujeres.
En la década del 70, tras ser remodelado, se convirtió en lugar de encuentro de jóvenes intelectuales.
"Todos los que íbamos a El Cairo tenemos muchísimas anécdotas para contar de situaciones risueñas y otras no tanto, que se dieron ahí en aquellos años", recordó "El Negro" Fontanarrosa, el parroquiano más célebre del bar.
Sábado al mediodía
"Lo mejor eran los sábados al mediodía. Era imposible estar en él por la cantidad de gente que se reunía. Era como un club, donde uno iba encontrarse con gente amiga. Muchos de los motivos de mis cuentos y muchos de los personajes ficticios que aparecen en mis libros están inspirados en las charlas que se daban con los muchachos en la mesa del bar", admitió el creador de Inodoro Pereyra y advirtió: "No saqué anécdotas ni historias; las cosas no son tan fáciles, pero sí busqué recrear el habla coloquial que se da en el café".
Por las mesas de El Cairo pasaron muchos de los artistas que recalaron en la ciudad. Una de las visitas más recordadas es la de Joan Manuel Serrat, quien una tarde se dejó caer por el lugar en compañía de Fontanarrosa.
Durante años, el bar exhibió en una de sus columnas una foto del encuentro que, cuando cerró el 31 de diciembre de 2002, desapareció misteriosamente.
"El Cairo ha sido y va a seguir siendo el bar más mítico y emblemático de la ciudad", enfatizó D´Agostino, quien, desde la reapertura del local, debe dividir su tiempo entre su profesión de médico y su nueva ocupación de empresario gastronómico.
"Para mí es un pedazo importante de mi historia -dijo-. Ahí conocí a la que hoy es mi mujer, lo que no es poco."
Pese al apoyo que recibió de los rosarinos, la reapertura de El Cairo peligró cuando en la madrugada del 3 de mayo último se desató un incendio en el bar. "Fue un golpe duro, que en vez de desalentarnos nos animó a no bajar los brazos. Por suerte, los daños no fueron graves y, aunque hubo que reformular el proyecto, pudimos seguir adelante", comentó D´Agostino.
Expectativa
"Tengo una gran expectativa por la reapertura de El Cairo: espero que los nuevos dueños logren devolver al bar el espíritu que tenía en sus buenas épocas y que lo convirtió en una leyenda", confesó "Chiquito" Reyes, un viejo parroquiano del bar que se hizo famoso gracias a la parodia que su amigo, Alberto Olmedo, le hacía en su programa de televisión.
"Era un bar de periodistas, artistas y soñadores a los que les gustaba matar el tiempo tomando café y charlando de bueyes perdidos", relató nostálgico Reyes y añadió: "Yo iba siempre con un grupo de amigos. Me acuerdo de que una vez lo llevé al Negro y nos quedamos qué sé yo cuánto tiempo hablando. Eran aquellos tiempos de bohemia que tanto se extrañan".
Nueva etapa
- ROSARIO.- En esta nueva etapa, El Cairo busca aggiornarse. Además de funcionar como bar y restaurante, propone una taberna que ofrece picadas y se suma al rito del after office que cumplen los trabajadores de la zona céntrica cuando cae la tarde. Tiene, además, un área cultural que combina una librería, un plasma con noticias on line y un espacio para muestras de arte. El salón, con capacidad para 230 personas, recupera parte de la arquitectura original, a la que los mostradores, los pisos y las mesas de madera dan un toque cálido. El proyecto se completa con un escenario donde se programarán en horario nocturno espectáculos de teatro y musicales.