Recoleta. La Floralis Genérica cumple 20 años, y prometen que “pronto” volverá a mover sus pétalos
La Comuna 2 está trabajando para poder finalizar la reparación del mecanismo de la escultura “próximamente”; su autor advirtió de los desperfectos que complicaban su movilidad
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Hace ya 20 años de la inauguración de la Floralis Genérica, obra que donó el arquitecto argentino Eduardo Catalano a la ciudad de Buenos Aires, el 13 de abril de 2002. Una escultura que representa un homenaje a todas las flores y luce en la plaza Naciones Unidas, sobre la avenida Figueroa Alcorta 2301, en el barrio porteño de Recoleta.
Este monumento, de 20 metros de altura de acero inoxidable y aluminio que pesa 18 toneladas y se sostiene sobre un espejo de agua de 40 metros de diámetro, es la primera escultura controlada por un sistema hidráulico y células fotoeléctricas. Protagonista de todas las postales de atardeceres en la ciudad y catalogada como “imprescindible” de visitar en las guías turísticas, fue diseñada con un mecanismo, creado por el propio autor, que abriría sus seis pétalos cuando saliera el sol y los cerraría progresivamente con la llegada del crepúsculo.
Pero una tormenta ocasionó la ruptura del mecanismo de apertura de los pétalos y hoy, igual que sucedió entre 2009 y 2015, la flor permanece inmóvil y con sus pétalos semiabiertos; corroboraron fuentes de la Comuna 2 (Recoleta).
Desde ese sector no supieron precisar cuándo se rompió el mecanismo por última vez. Un dato que también desconocen la mayoría de vecinos y empleados de la zona. Fabiana, vigilante de las cámaras en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) desde hace 8 años, aseguró a LA NACION: “No funciona desde hace 5 o 6 años. Cuando yo comencé a trabajar acá sí funcionaba, pero dos o tres años después dejó de hacerlo”. Las empleadas del Museo Nacional de Bellas Artes, cercano al monumento, destacaron que “hace mínimo tres años” que la flor no abre y cierra sus pétalos al amanecer y durante el crepúsculo.
Rafael, un vecino del barrio de Recoleta de 63 años, que paseaba por la plaza junto a su perro, apuntó: “Hace cuatro años que vivo por la zona y nunca la vi funcionar”. Una experiencia similar a la de Arianna, venezolana de 27 años que llegó a la ciudad en 2018: “Cuando llegué y visité la Floralis, pregunté por sus pétalos pero varios vecinos me dijeron que no funcionaba”.
¿Cuándo recuperará este monumento su movilidad tradicional? El presidente de la Comuna 2-Recoleta, Ramiro Reyno, señaló a LA NACION: “Finalmente, llegó el repuesto de origen japonés [artefactos solenoides] que permitió poner en marcha el mecanismo luego de tanto tiempo. El resultado fue exitoso, ya que pudimos hacer que el mecanismo de apertura y cierre funcione, con una duración de unos 20 minutos en desplegar todos sus pétalos”.
Y añadió: “Dado este primer resultado, próximamente se podrá volver a disfrutar de este icono de Recoleta en todo su esplendor. Actualmente estamos trabajando en realizar de forma remota el funcionamiento de la Floralis Genérica mediante un reloj astronómico automático, como fue el deseo de su creador”.
La flor mantenía sus pétalos abiertos durante cuatro noches al año: el 25 de mayo para conmemorar la Revolución, el 21 de septiembre como festejo a la primavera, y el 24 y 31 de diciembre, Nochebuena y fin de año.
Histórica
Si bien la inauguración de la Floralis fue en abril de 2002, su funcionamiento no pudo ser puesto en marcha hasta cinco meses después, en septiembre del mismo año, debido a una falla técnica. La apertura y el cierre de sus pétalos se pudo sostener únicamente durante los diez meses posteriores.
Catalano, que falleció en 2010, proyectó la Ciudad Universitaria y fue profesor honorario de la Universidad de Buenos Aires (UBA), advirtió tras su donación de los desperfectos que complicaban la movilidad de la Floralis y que se incrementaron tras una sudestada en 2003. Además, la problemática se agravó cuando la empresa de aeronaves Lockheed Martin Aircraft Argentina, contratada para construirla y que ofrecía una garantía por 25 años para la escultura, se fue del país.
Posteriormente, en 2009 se produjo otra falla técnica en su circuito hidráulico. Los engranajes dejaron de funcionar y los pétalos quedaron abiertos, expuestos a las condiciones climáticas que podrían deteriorar más su mecanismo, y no fue hasta junio de 2015 que pudo recuperar su esplendor; gracias al padrinazgo de un grupo de empresas que asumieron los gastos y brindaron asesoramiento técnico: Oca invirtió cuatro millones de pesos, Philips las luces LED y BGH, los sensores. En aquel momento, el mantenimiento de la Floralis estaba a cargo del Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana porteño y actualmente es la Comuna 2 la responsable de la escultura.
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