Razones para no bajar los brazos
En el mundo y en la Argentina, la expectativa de vida crece año tras año. Los avances de los trasplantes han cambiado el destino final de muchas personas con enfermedades mortales. Porque de eso se trata el trasplante de órganos: reemplazar la función de un órgano grave e irreparablemente dañado por un nuevo órgano sano proveniente de un acto altruista y generoso como es la donación de órganos de personas fallecidas.
Pero los equipos médicos multidisciplinarios que realizan trasplantes saben que no siempre se logra el objetivo deseado, y que dos de cada diez receptores de un trasplante cardíaco no superaran un procedimiento tan complejo. Sin embargo, aun así hay varias razones por las cuales nunca debemos bajar los brazos:
Hoy sabemos que los trasplantes salvan vidas. Un receptor cardíaco puede prolongar hasta más de veinte años su expectativa de vida. Puede retomar una vida normal, estudiar, trabajar, cuidar su familia, correr. Nada de esto podía hacer antes de su trasplante.
Estos resultados hacen que cada año nuevos pacientes se sumen a las listas de espera, destacando la confianza en este tratamiento.
Contamos en la Argentina con una política sanitaria y una ley de trasplantes ejemplar. El trabajo del Incucai en los últimos años ha permitido que el país sea hoy líder en América latina en procuración de órganos, batiendo récords de trasplantes año tras año. Pero la principal fuerza motivadora es el enorme compromiso que impone la generosidad de los donantes y sus familiares, verdaderos héroes de estas historias.
Ellos son los que dan esperanza de vida.
Alejandro Bertolotti