Quiénes son los “SuperAgers” y qué nos enseñan sobre la longevidad y la salud cognitiva en la tercera edad
El estudio de personas en sus “años de oro” nos muestra los tres factores que pueden disminuir los riesgos de sufrir un deterioro cognitivo
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WASHINGTON.– Los años no vienen solos y muchas veces vienen acompañados de un deterioro cognitivo, pero los “SuperAgers” nos muestran todo lo que es posible en nuestros “años de oro”, señala la doctora Emily Rogalski, neurocientífica cognitiva de la Escuela de Medicina de la Universidad Northwestern y directora adjunta del Centro Mesulan de Neurología Cognitiva y Enfermedad de Alzheimer.
El término “SuperAger” fue acuñado hace 15 años por un equipo de investigación del que formaba parte Rogaski y describe a las personas de más de 80 años que tienen tan buena o mejor memoria que personas 20 o 30 años más jóvenes.
Ahora, a partir del estudio de esos adultos mayores y de la prevención de la demencia, los investigadores están descubriendo nuevos factores de estilo de vida, de genética y de resiliencia que pueden ayudarnos a reducir el riesgo de sufrir deterioro cognitivo con el paso de los años.
“Es reconfortante saber que hay buenas maneras de llegar a viejo”, dice Rogalski. “Es posible vivir mucho y vivir bien.”
¿Qué sería envejecer bien?
Los efectos del envejecimiento en nuestra capacidad cognitiva pueden tomar tres caminos diferentes, dice Rogalski.
Si toman el camino patológico, el deterioro cognitivo avanza más rápido de lo esperado para la edad cronológica de la persona, como en el caso de la demencia.
“La realidad es que el mayor factor de riesgo para la demencia es simplemente envejecer”, señala el neuropsiquiatra Mitchell Clionsky, quien junto con su esposa, la doctora Emily Clionsky, escribió el libro Prevención de la demencia: usar la cabeza para salvar el cerebro.
Un informe de 2023 de la Asociación de Alzheimer de Estados Unidos estimó que 1 de cada 3 norteamericanos mayores de 85 años padece de Alzheimer, la forma más común de demencia. Por suerte, las investigaciones han descubierto que muchos de los factores de riesgo de desarrollar Alzheimer pueden mitigarse con cambios en el estilo de vida. Un informe de 2020 publicado en la revista científica The Lancet estimó que alrededor del 40% de los casos de demencia pueden prevenirse.
Si los efectos del envejecimiento toman un camino normal, o promedio, la memoria y las habilidades cognitivas pueden comenzar a disminuir alrededor de los 30 o 40 años, según muestran las investigaciones. En ciertas pruebas de memoria, la mayoría de las personas de 80 años recuerdan aproximadamente la mitad que las de 50 años, apunta Rogalski. A pesar de haber perdido agudeza, las personas mayores cuyo envejecimiento toma ese camino siguen funcionando bien en la vida cotidiana.
Sin embargo, eso es muy variable de un individuo a otro.
Y precisamente esa variabilidad llevó al descubrimiento del tercer camino que pueden tomar los efectos del envejecimiento en el cerebro: los SuperAgers, que incluso después de los 80 años parecían tener la misma claridad de memoria que los de 50 o 60 años.
No se sabe qué porcentaje de la población general califica como SuperAgers, pero Rogalski dice que parece ser un fenómeno infrecuente. De hecho, cuando los investigadores intentaron evaluar solo a participantes que decían tener buena memoria, menos del 10% cumplió con la definición y calificó para ser considerado un SuperAger.
Los investigadores hicieron un seguimiento de los participantes a lo largo del tiempo, con exámenes regulares su salud, estudios de imágenes cerebrales, registros de actividades y de historias de vida, y también pidiéndoles que donaran sus cerebros para estudiarlos después de su muerte.
“La palabra que usaría para describir a este grupo es resiliencia”, señala Rogalski. Muchos SuperAgers soportaron dificultades, incluida la pobreza extrema, la pérdida de familiares a una edad temprana o directamente eran sobrevivientes de los campos de concentración del Holocausto, agrega la neurocientífica.
Los SuperAgers suelen tener relaciones sociales fuertes y positivas, que requieren un grado de adaptabilidad, sobre todo a partir de determinada edad, cuando ya quedan menos compañeros de su misma generación.
Rogalski comenta sobre un SuperAger que vive con su hija y sus nietos, que no tienen la menor idea de quién era Frank Sinatra o Franklin Delano Roosevelt, entonces el SuperAger les pregunta a sus nietos sobre sus propios intereses: Taylor Swift y Chance the Rapper.
“Lo pone contento tratar de mantenerse al día con lo que les interesa a sus nietos, en lugar de verlo como algo fuera de su alcance”, apunta Rogalski. “Y creo que esa es una perspectiva realmente alentadora”.
Qué tiene de especial el cerebro de un SuperAger
Con la edad, el cerebro normalmente se encoge, especialmente la corteza cerebral, que desde el punto de vista evolutivo es la parte más reciente del cerebro.
Pero a los SuperAgers eso no les pasa, y las áreas de su cerebro relacionadas con la memoria y las habilidades ejecutivas permanecen jóvenes.
En la corteza cingulada anterior, una región frontal del cerebro crucial para muchas funciones cognitivas, incluidas la atención y la memoria, los SuperAgers tienen una capa cortical más gruesa que las personas cognitivamente normales de más de 80 años, o incluso de 50 años. Las neuronas de los SuperAgers también son más grandes y saludables en la corteza entorrinal, otra región del cerebro crucial para la memoria, en comparación con sus contrapartes mayores o incluso de personas 20 a 30 años más jóvenes.
Curiosamente, los SuperAgers también tienen una gran cantidad de un tipo especial de células cerebrales conocidas como “neuronas en huso”, a las que se adjudican importantes funciones en los comportamientos de socialización. Los estudios sugieren que las neuronas en huso de la corteza cingulada anterior de los SuperAgers son entre cuatro y cinco veces más densas que en personas normales de 80 años, e incluso que en individuos varias décadas más jóvenes.
Al mismo tiempo, el cerebro de los SuperAgers parece tener protección adicional contra rasgos biológicos sospechosos de causar Alzheimer, con menos placas de beta amiloide y ovillos neurofibrilares.
Prevención de la demencia y preservación de las habilidades cognitivas
En parte, ser un SuperAger probablemente sea resultado de la “lotería genética”, pero hay muchos factores de nuestro estilo de vida que podemos modificar para prolongar la salud cognitiva a medida que envejecemos.
“Hay que dejar de preocuparte por la demencia y empezar a ser un guerrero de la prevención”, dice Mitchell Clionsky. “Para cambiar las cosas hay que ser proactivo.”
Y nunca es demasiado tarde para abordar los factores de riesgo que podemos modificar, agrega Emily Clionsky. La edad promedio de sus pacientes que notaron mejoras al cambiar algunos aspectos de su estilo de vida fue de 70 años. “Mi paciente más viejo tenía más de 100 años”, agrega la especialista.
No hay nada que pueda asegurarnos un envejecimiento cognitivo saludable, pero todos los factores son interactivos, señalan los investigadores. Si comenzamos a eliminar los riesgos de demencia y acumulamos factores de protección, podemos lograr efectos positivos. Esto puede ayudar:
- Comer como las personas centenarias, incorporando a la dieta de frutos secos y alimentos ricos en fibra.
- Ejercitar el cuerpo. Casi todos sabemos de la importancia de moverse y hacer actividad física, pero no siempre lo hacemos. “Les digo que analicen todos sus ‘peros’,” apunta Mitchell Clionsky. Por eso hay que preguntarse qué se interpone entre nosotros y el ejercicio físico y descubrir la forma de romper con esa dinámica.
- Ejercitar el cerebro. Al cerebro le encantan los desafíos, así que hay que hacer actividades que exijan nuestra mente.
- No aislarse y mantener las relaciones sociales. El aislamiento y la soledad son factores de riesgo para la demencia, mientras que el contacto social protege la salud mental.
- Fomentar la resiliencia ante la adversidad. Cuando nos ocurre algo malo, tratar de aceptar el desafío. “¿Qué puedo aprender de esto que me pasa? ¿Puede ser un punto de inflexión?”, señala Rogalski.
Los afortunados SuperAgers no solo pueden enseñarnos a envejecer mejor, sino también a reimaginar lo que es posible en la vejez.
“Creo que esta es nuestra oportunidad de establecer nuevas expectativas para la vejez, y de revalorizar a los adultos mayores, en vez de devaluarlos”, señala la especialista.
Por Richard Sima
(Traducción de Jaime Arrambide)
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