Alejandro Cohn, hermano del cineasta Mariano, murió en 2015, a los 35 años; su familia cree que hubo mala praxis en el Hospital de San Isidro; estrenaron un documental
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Son las ocho y media de la noche. Un hombre entra por sus propios medios a la guardia del hospital y está lúcido, camina junto a las dos mujeres que lo asistieron en la calle y le pide a una de ellas que llame por teléfono a su familia después de desbloquear el aparato. Allí queda, a la espera de la atención después de haber sufrido un episodio diabético.
Cuatro horas más tarde el hombre tiene muerte cerebral.
Dos días más tarde su familia decide quitarle la asistencia respiratoria mecánica y muere.
Tenía quebraduras en su columna, la clavícula fracturada, costillas rotas. Lesiones que no tienen explicación.
Alejandro Cohn tenía 35 años el 27 de julio de 2015 cuando iba en moto a jugar un partido de fútbol con sus amigos, pero nunca llegó. Una descompensación lo obligó a frenar y pedir asistencia, sin pensar que estaba en la antesala de cuatro horas de terror que iban a terminar con su vida y cambiar la vida de toda una familia. Son los Cohn, con papá Mario, mamá Beatriz y hermano Mariano, todos aún quebrados por la irreparable pérdida. Y por el inexplicable maltrato que sufrió Alejandro durante sus últimos momentos de vida.
Nueve años después los Cohn se enfrentan quizás a la posibilidad de cerrar parte de esa herida. Hoy comenzó el juicio en el que nueve médicos están imputados de homicidio culposo por lo que hicieron, o lo que dejaron de hacer, desde el momento que Alejandro ingresó a la guardia del Hospital Municipal Melchor Posse, de San Isidro. Allí ocurrieron una serie de irregularidades que fueron parte de la investigación y le dieron sustento a la causa que se tramita en el Juzgado Correccional N°4 de San Isidro. El juicio durará 15 audiencias. Se espera que para fin de mayo haya culminado. En la audiencia de hoy se leyeron las acusaciones de los imputados.
“Mi hermano, además de presentar muerte cerebral, tenía una serie de lesiones gravísimas e irreparables: la columna vertebral partida, una lesión grave en la médula ósea, la clavícula rota, el cráneo partido y una traqueotomía mal hecha, catéteres mal puestos y otras lesiones médicas muy salvajes. Durante dos días, en el hospital Melchor Posse, dejaron que pase el tiempo para dibujar una muerte, lo estaban dejando morir. Mi hermano estaba quebrado en mil pedazos”, acusa el cineasta Mariano Cohn en diálogo con LA NACION.
De entrar vivo, consciente y junto a Cecilia Masotti, la mujer que lo asistió en la calle cuando se bajó de la moto, a terminar con muerte cerebral pasaron cuatro horas. Un agujero negro en el tiempo en el que no se sabe qué pasó en los boxes de guardia y en el Shock Room. Las actas desaparecieron, hay hojas arrancadas en los libros de protocolo y las grabaciones de las cámaras de seguridad nunca aparecieron. Lo que vino después fueron dos días sin diagnósticos claros, sin explicaciones concretas sobre el estado de Alejandro y una marcada resistencia a efectuar el traslado a otro hospital.
“Nunca vi algo tan brusco… comerse a un paciente en cuatro horas”, suelta el médico cirujano Matías Nicolas, amigo de la familia Cohn, quien fue determinante con su opinión después de una visita. “Lo examiné muy fríamente, como un perito. La historia clínica daba bien en la evaluación neurológica, el laboratorio normal. ¿Qué pasó entonces? Le dije a la familiar que de la manera que sea había que sacarlo de acá, derivarlo a otro hospital”, recuerda en el documental Hermanos de Sangre, de Carlos De Elía, que se estrenó la semana pasada y revive la historia de los Cohn, disponible en Flow y a partir del martes próximo en HBO Max.
El derrotero judicial de toda la familia se inició en el Hospital Italiano de Buenos Aires donde Alejandro fue trasladado y donde murió el 29 de julio de 2015. Las autoridades médicas, al recibir al paciente malherido y sin explicación de las lesiones que presentaba, realizaron una denuncia que luego amplió la familia.
¿Qué pudo haber pasado? ¿Cuáles son las hipótesis que manejan los Cohn? “Después de nueve años de investigación y de reunir pruebas pensamos que cuando Alejandro entró al hospital no se lo trató como paciente diabético, no se lo hidrató ni se le dio insulina, entonces mi hermano quedó a la deriva hasta que se dieron cuenta de que algo le estaba pasando. El estaba convulsionado y ya había pasado tanto tiempo que se había quedado sin oxígeno en el cerebro, entonces cuando lo quisieron recuperar hicieron todo mal. Cuando se dieron cuenta de que mi hermano se estaba muriendo o que ya estaba muerto hicieron todo mal desde lo médico y de humano”, cuenta Mariano.
La otra hipótesis es más macabra. “Pudo haber pasado que mi hermano entró a la guardia, que no lo atendieron, que no le suministraron el cuidado que necesitaba, que no se lo trató como diabético, que mi hermano tuvo la hipoxia y una vez que los médicos se dieron cuenta de la cagada que se mandaron, lo partieron en mil pedazos para simular que eso había sido un accidente de tránsito, que coincide con la comunicación que intentaron dar desde el municipio. O sea, el municipio se subió a la hipótesis de un accidente automovilístico, algo que quedó totalmente descartado en la causa judicial”, agrega el cineasta.
En el documental de De Elía participan Antonio Banderas, Luis Brandoni, Guillermo Francella y Oscar Martínez con relatos en diferentes momentos. Brandoni detalla: “Alejandro Cohn llega al hospital de San Isidro a las 20.30, el personal de la ambulancia lo deja en la antesala de la guardia. A las 21.15 los padres lo encuentran sin asistencia, pálido; tras los reclamos de la familia lo trasladan a un box de la guardia. A los pocos minutos comienza a convulsionar, lo atienden dos enfermeras que lo trasladan al Shock Room en estado crítico. Son casi las 22 y aún no lo atienden los médicos; ya hay deterioro sensorial en Alejandro. Después de una intubación que no prospera, intervienen médicos de terapia intensiva; tiene un paro cardiorespiratorio y termina en la unidad de terapia intensiva a la una de la mañana. Ahí permanece dos días internado hasta que lo trasladan”.
En el expediente judicial están imputados los médicos Darío Ricardo Campos, Marina Vogelin, Maximiliano Ragazzoli, Martín Montagna, Ana Sánchez, Marcelo Toro Solano, Carla Setti, María Quiroga y Soledad Seijo, quienes estuvieron involucrados, en distintos momentos, en el recorrido del paciente. Todos están acusados de homicidio culposo, un delito que podría tener una pena de hasta seis años de prisión. En Hermanos de Sangre la abogada Mónica Adriana Mc Gaul, representante de Carla Setti, manifestó que todas las defensas habían acordado no dar entrevistas ni hacer comentarios. Ante la consulta de LA NACION la abogada confirmó que no hará comentarios sobre el caso ni el inicio del juicio.
“La fiscalía y nosotros creemos que hubo una tremenda cantidad de actos contrarios a las obligaciones que como médicos tenían. Alguien se entrega con su cuerpo para que se haga lo oportuno. En el caso de Alejandro, con un poco de azúcar o suero se resolvía y hoy nueve años después estamos diciendo que lo rompieron todo. Pero no creemos, al comienzo del debate, que alguien tuvo intención de matar, por el momento”, sostiene Juan Carlos Garcia Dietze, el abogado de los Cohn.
El trailer del documental sobre el caso
“¿Por qué tardó tanto tiempo en llegar a juicio? Porque son causas complejas en nuestro poder judicial, hay muchas partes en juego. Nunca ha habido un caso como este en que nueve médicos han sido elevados a juicio imputados de homicidio culposo; en mis más de 40 años de carrera es la primera vez que lo veo”, agrega el abogado.
El 26 de agosto de 2015, casi un mes después de la muerte de Alejandro, Mario Cohn presentó la denuncia en un juzgado penal. Los acusados interpusieron distintos recursos planteando la nulidad de las actuaciones de las fiscalías, todas rechazadas por la Cámara de Casación de la provincia de Buenos Aires. Cuatro años después, el 17 de julio de 2019, se ordenó la elevación a juicio oral.
Durante la etapa de instrucción se allanó el hospital Melchor Posse y se comprobó que la historia clínica de Alejandro Cohn no tenía continuidad. La investigación pudo comprobar que habían desaparecido los libros de guardia, de enfermería, las imágenes de la historia clínica, las radiografías, las tomografías y las imágenes de las cámaras de vigilancia. Además, en la epicrisis, el documento que se elabora antes del traslado de un paciente, no se mencionan las lesiones que luego se comprobaron en el Italiano.
Un sumario administrativo iniciado por el Municipio en 2017 para saber qué pasó con el libro de Shock Room arrojó resultado negativo. Un segundo decreto municipal ordenó la reubicación del personal que participó de la atención de Alejandro en diferentes hospitales
Las irregularidades y argumentos poco sólidos acompañaron los nueve años que duró la investigación. En el programa Lanata sin Filtro, del 4 de agosto de 2017, el ex secretario de Salud de San Isidro, Juan Viaggio, decía: “Lo que se presume en un paciente que ingresa con 39 de temperatura, que tiene vómitos y con un deterioro sensorio es que está haciendo meningitis, esa es la hipótesis que se maneja”. La teoría fue desmentida por el Dr. Sergio Giannasi, Jefe de Terapia Intensiva Hospital Italiano, quien recibió al paciente y confirmó que no tenía meningitis. Otra funcionaria del área de Salud defendió la idea del accidente de tránsito, algo que fue descartado en la investigación y por los testigos.
Viaggio no atendió las consultas de este medio. Tampoco Gustavo Posse, ex intendente de San Isidro, quien prefirió no dar declaraciones. El fiscal del caso, Diego Molina Pico, pidió que ambos sean incorporados como testigos, pero el juez Facundo Ocampo, titular del Juzgado Correccional N°4 de San Isidro, no hizo lugar a la demanda en esta instancia. La idea de los Cohn y de su abogado es solicitar la declaración de Viaggio y Posse una vez comenzado el debate que está previsto terminar el 30 de mayo después de unas 15 audiencias.
Tres de los nueve médicos imputados continúan trabajando en el Melchor Posse. La nueva gestión municipal informó que inició una investigación para “analizar el desempeño de esos tres médicos y, en caso de encontrar evidencias claras o irregularidades en su accionar, estarán a disposición de la justicia”.
“Nuestro compromiso es que se esclarezca lo antes posible qué fue lo que pasó”, sostiene Ramón Lanús, intendente actual de San Isidro. “Estamos abiertos a colaborar en todo lo que haga falta para tratar de esclarecer el hecho. Es una historia que nos conmueve, que nos duele y que queremos hacer todo de nuestra parte para que se esclarezca. Hoy San Isidro quiere colaborar en todo lo que sea posible para que la justicia pueda investigar y determinar qué fue lo que pasó”, agrega.
Hoy los Cohn perduran el recuerdo de Alejandro en su perro Paco, que quedó al cuidado de una amiga de Alejandro. En cada mensaje, en cada declaración, la voz quebrada por un dolor que no cesa, a pesar del paso del tiempo. “Lo extraño todos los días. Me cuesta un montón hablar en pasado de él porque para mí sigue presente. Hay un montón de cosas que me hubiese gustado compartirlas con él y no pude”, revela Mariano. “Esta desgracia me atravesó durante todo este último tiempo en mi vida familiar y modificó muchísimo la vida de mis padres. Ellos son otras personas desde el día posterior a lo que sucedió a Alejandro, se nota en sus rostros”, comparte.
Parado frente al santuario que tienen siempre vivo, como lo muestra el documental, Mario se aprieta las manos, hace fuerza, mastica las palabras y la garganta en un nudo. “Lo que nunca hice jamás, jamás en la vida, fue pedirle que me ayudara en algo, porque creo que no tengo derecho de pedirle que me ayude a quien la ayuda no le llegó nunca...”, susurra. Son días intensos para los Cohn, cargados de emoción y en las horas previas del juicio que podría ponerle un cierre a su historia.
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