Quién es el abuelo “sexy” de 81 años que arrasa en las pasarelas
Deshun Wang marcó un antes y un después en la industria de la moda en China; el claro ejemplo de que la vejez y la belleza no la dicta la edad.
"Nadie puede impedir que tengas éxito, sólo tienes que ponerlo en tu mente", asegura Deshun Wang en un vídeo donde cuenta cómo, a sus 81 años, logró vencer todo tipo de barreras y convertirse en modelo. Antes de catapultarse como “el abuelo más sexy del mundo” hizo de todo: probó con la actuación, la pintura y hasta estudió idiomas. Pero el éxito lo sorprendió . Con su primera aparición sobre la pasarela durante la Semana de la Moda de China, en 2015, dejó boquiabiertos a todos los presentes, incluyendo a sus colegas más jóvenes.
No hicieron falta efectos especiales ni tampoco artilugios de prendas y maquillajes para vender su imagen. La música comenzó a sonar y Wang apareció en escena. Caminó los 28 metros que mide la pasarela tan sólo con un pantalón y con muchísima actitud, y dejó en claro que, a su edad, y en una profesión que casi empuja a la jubilación a aquellos que han pasado los treinta, todavía se puede seguir en carrera.
"Muchas personas comenzaron a notarme después del desfile", dice Wang. "Algunos me llaman ´el abuelo más sexy'.Otros, dicen que soy una sensación instantánea de Internet. ¿Sabes qué? Para el día de hoy me he estado preparando desde hace 60 años", reveló. Llegar a las pasarelas no fue su único logro. En el video donde relata con detalles la historia de su vida además revela que a sus 78 años recién aprendió a andar en moto, otra cuenta que tenía pendiente y que finalmente logró convertirla en realidad.
Pero no todo es obra de un milagro. Wang tuvo que esforzarse mucho para lograr su cometido. Su infancia no fue fácil. Creció con sus ocho hermanos en la ciudad china de Shenyang. A los 14 empezó a trabajar como conductor de tranvía, pero ya desde ese entonces tenía bien en claro cuáles eran sus sueños. "Yo quería cantar, bailar y actuar”, aseguró en una de las tantas entrevistas que le hicieron. También trabajó como militar y creó, junto a otros compañeros, una compañía de teatro para entretener al resto de soldados. Luego, por cuestiones personales migró de una provincia a otra y tuvo que empezar de cero.
Fue en ese momento que su vida dio un giro rotundo. Luego de años de sedentarismo trabajó muy duro, de mente y de cuerpo, para sentirse como él soñaba. Con una rutina de tres horas diarias, Wang fortaleció su figura y su cabeza. "Entrenar trae alegría. Deberían de intentarlo todos. También dedico mis mañanas a cultivar la mente. Es el momento en que leo libros y noticias. Y de tres a seis de la tarde voy al gimnasio. No cuido mucho mi alimentación. Como todo lo que me apetece, pero es cierto que bebo menos de lo que solía hacerlo", explicó.
Más allá del éxito y de las repercusiones que tuvo Wang en las redes sociales, lo más sorprendente es lo que logró con su incursión en el mundo de la moda. Muchas firmas comenzaron a crear productos pensados en un consumidor común, en modelos de tallas grandes o aquellas personas que están lejos de los típicos cánones de belleza. Y hasta quizá, la aparición de este abuelo le dio ese toque humanitario a un universo que siempre fue visto como superficial e inaccesible.
Según Wang, en China, a partir de los 50 años uno es considerado abuelo tenga o no descendencia. Sin embargo, para Wang la vejez es otra cosa: "Una forma de saber si sos viejo o no es preguntándote: ¿Te atreves a hacer algo que nunca antes hiciste?”, cuestiona y finaliza: “La naturaleza determina la edad, pero tú determinas tu estado de ánimo. Nunca es demasiado tarde, sólo hay que animarse".
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