Quién era Carlos Buela, el sacerdote acusado de abusar religiosas y seminaristas en Mendoza
Falleció a los 82 años, en Italia, donde vivía luego de haber sido trasladado desde San Rafael; las acusaciones fueron confirmadas en un proceso canónico
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PARA LA NACIONPablo Mannino
MENDOZA.– A los 82 años murió el histórico y ultraconservador sacerdote Carlos Buela, fundador del Instituto del Verbo Encarnado (IVE), que fue acusado de abusar de seminaristas y religiosas en esta provincia.
El sacerdote, que murió el 23 pasado, estaba recluido en un monasterio en Génova, Italia, luego de haber sido suspendido por la Iglesia en 2010. Fue separado de cualquier tarea de Gobierno, tras confirmarse los ataques sexuales en un juicio canónico, a raíz de las denuncias de abuso y poder realizadas por los jóvenes estudiantes y personal de la comunidad. De hecho, en San Rafael, hace más de 40 años, el sacerdote creó el IVE y el Instituto de Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará (SSVM), y llegó a ser el más numeroso de la región, con miembros que hoy tiene más de 3000 miembros en mas de 40 países.
En 2001, la curia argentina había promovido su cierre, pero desde el Vaticano llegó el aval para que la sede se trasladara a Italia. Con el correr de los años, surgieron con fuerza las denuncias contra Buela, lo que derivó en un proceso canónico, con sentencia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que determinó la veracidad de las acusaciones por “comportamientos impropios con mayores de edad”.
“La muerte es el final”
Desde el Obispado de San Rafael, a cargo de monseñor Carlos María Domínguez desde 2022, optaron por no hacer declaraciones al respecto, aunque dejaron en claro la posición que ya había tomado el anterior jefe de la Iglesia local, Eduardo María Taussig, quien aseguró que Buela, por disposición vaticana, tenía prohibido cualquier tipo de contacto, en público y privado, con la institución y sus miembros.
“No habrá comentarios. La muerte es el final; y hay que respetar eso también”, indicaron. Además, dejaron en claro que la congregación del Verbo Encarnado “tiene muchas obras”, dos parroquias y una Casa Provincial, ubicada en el distrito Las Paredes.
Mientras, desde el IVE, a través de las redes sociales, se centraron en despedir a su fundador pidiendo “que lo recuerden en sus oraciones”, y apostaron a la tarea de la institución “con el fin de llevar el Evangelio a todas las naciones, colaborando así con la obra de la evangelización”.
“El Padre murió serenamente, con todos los auxilios de la Santa Madre Iglesia y con la indulgencia plenaria y bendición apostólica personalmente otorgadas por el Papa pocos días antes de su fallecimiento”, comunicaron. “Su trabajo y paternidad espiritual continúa ya sin limitación alguna junto al Padre, para mayor gloria de Dios y pronto triunfo del Corazón Inmaculado de María”, señalan los mensajes de los fieles.
Sin embargo, en diálogo con LA NACION, fuentes de la Arquidiócesis de Mendoza, que pidieron reserva de identidad, lo recordaron como un “poderoso miembro de una Iglesia con actitudes sectarias”.
“Tenemos una mala valoración de su persona; ha sido un atraso para una Iglesia que se quiere parecer más a la que fundó Jesús con los apóstoles y menos a la del medioevo”, confió un importante referente de la comunidad católica local.
Las fuentes consultadas se refirieron al reprobable actuación del sacerdote hacia quienes querían ingresar al seminario.“ Lo que hacía Buela con las vocaciones era terrible: si entrabas al seminario vos y tu familia se salvaban, sino iba a ser muy difícil”, indicaron. De igual forma, señalaron que el hombre ya estaba recluido en Italia y que hace años no se hablaba de él.
Pero dejaron en claro que la salida de Buela al frente del Instituto tuvo un impacto positivo. “Desde que lo apartaron ha cambiado mucho el Verbo Encarnado. Se ha hecho más misionero y más realista con el mundo”, sostuvieron.
Maltratos y golpes
Buela nació en Buenos Aires el 4 de abril de 1941. A los 23 años ingresó al seminario de Villa Devoto, y terminó sus estudios religiosos en el seminario San Carlos Borromeo, de Rosario, para ordenarse sacerdote en 1971. Siguió los preceptos de San Ignacio de Loyola y escribió varios libros, entre ellos, títulos como El Catecismo de los jóvenes y El misterio de la mujer que espera. También, creó “hogares de caridad” para chicos huérfanos y con discapacidades y escuelas secundarias.
En 2018, en San Rafael, se produjo un episodio llamativo: el Gobierno provincial retiró a 25 niños y adolescentes de seis hogares del Instituto de Servidoras del Señor y la Virgen de Matará, del conservador movimiento religioso católico, por maltratos y golpes. “La gran mayoría de los menores manifestaron retos subidos de tono, penitencias inadecuadas y algunos golpes”, indicaba la denuncia por la cual se tomó la decisión de apartar a los niños, la cual fue refrendada por la Corte local.
Por Pablo Mannino
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