Quejas por la invasión de skaters
A pesar del riesgo, decenas de jóvenes utilizan la bajada de la calle República del Líbano para deslizarse
Hace un año "se puso buena la bajada". Es un lugar perfecto para "patear": amplio, de superficie lisa y automóviles para esquivar. Pero también es un lugar con riesgos.
Los fines de semana, la calle República del Líbano, junto a la plaza Mitre, en Recoleta, se llena de jóvenes provistos de skates y de longboards (tablas de grandes dimensiones) que se deslizan por la pendiente antes adoquinada para practicar su deporte favorito.
Los vecinos de la zona, conocida como "La isla", se quejan del ruido que hacen los skaters que se desplazan por la calle sinuosa a grandes velocidades y de las pintadas que realizan en monumentos públicos. Advierten, además, sobre el peligro de esta actividad, que se volvió a poner de moda en la ciudad.
Para los aficionados se trata "pasar el rato" y divertirse con compañeros que comparten la misma pasión. Les resulta emocionante sortear vehículos que suben de frente, lanzarse desde las veredas que flanquean la calle de doble mano y cruzar los seis carriles de la Avenida del Libertador sin frenar. En cambio, para los residentes de este barrio residencial, con la embajada británica como telón de fondo, es un dolor de cabeza por las altas probabilidades de sufrir accidentes.
"Los chicos se juntan en el monumento a Mitre. Cada grupo tiene su consigna y pintan las paredes. Los fines de semanas la calle se llena de skaters y permanecen hasta altas horas de la noche. No se puede dormir", se lamentó Mercedes Clavier, presidenta de la Asociación Plaza Mitre, que rechaza el uso de la calle República del Líbano, que, en forma de caracol, comunica Libertador con Gelly y Obes. "No nos dejan usar las calles. No tenemos adónde ir. Seguimos reclamando una pista pública acá, pero no nos dan bola", se defiende Sergio, tabla en mano. Hay varios Skate Parks en otras partes de la ciudad.
A su lado, Federico admite que "no hay suficientes lugares para patinar" y por eso hay que "unirse siempre a las pateadas en el Día Internacional del Skate para pedir más pistas públicas".
"Nos sacan de todos lados. A ver si los policías dejan de ponerse la gorra y nos dejan tranquilos", agregó, antes de enfilar de nuevo hacia la calle República del Líbano, que atrae decenas de entusiastas de la Capital y el conurbano.
Propuestas antagónicas
Cansados del panorama actual, los vecinos presentaron quejas formales en el gobierno de la ciudad, la Policía Federal y la Policía Metropolitana, para manifestar su disconformidad con el aumento del "vandalismo" y el daño a los monumentos en las inmediaciones de la plaza Mitre. "Te mandan a la miércoles", dijo la vecina Andreína de Luca de Caraballo, en referencia a los patinadores. "Ellos quieren el peligro. Es como un desafío. Después de un año no puede ser que todavía no tengamos solución a este problema."
"La situación se vuelve cada vez más peligrosa, ya que el número de usuarios es creciente, las tablas que utilizan pueden desarrollar velocidades de hasta 100 kilómetros por hora y su principal divertimento es esquivar los autos", añadió.
Otra vecina que no quiso revelar su identidad por miedo a represalias tras varios enfrentamientos con los skaters cuenta que "bajan la calle surfeando" y luego "se agarran del paragolpes de un auto para subir de vuelta", agazapados para que el conductor del vehículo no se percate de su presencia.
El 25 de noviembre pasado se realizó una reunión entre vecinos contrariados y autoridades de la Comuna 2. La presidenta de la Asociación Plaza Mitre y algunos de sus socios acompañaron a otros residentes del barrio para expresar sus inquietudes y presentar una carta de reclamo titulada "Los vecinos de Plaza Mitre no queremos que se use la calle República del Líbano como pista de Skate".
Allí, se encontraban presentes Facundo Carrillo, flamante titular de la Comuna 2, y Guillermo Dietrich, subsecretario de Tránsito de la ciudad, quien suscitó una fuerte polémica con los vecinos al sugerir que se cerrara la calle al tránsito los fines de semana, los días de mayor concurrencia, según la gente que vive allí. Los vecinos se opusieron a la propuesta de Dietrich acerca de disponer un espacio como la calle República del Líbano para los skaters . Además, plantearon la idea poco probable de que la calle vuelva a adoquinarse para evitar que los riders sientan el apetito irrefrenable de lanzarse por esa barranca.
"El gobierno de la ciudad tiene que encontrar una solución. Nosotros cumplimos con las leyes y pagamos impuestos. Queremos recuperar la paz y seguridad de nuestra zona. Somos rehenes de un grupo de personas que hacen lo que quieren en la calle", sostuvo Clavier ante la falta de respuesta de las autoridades.