Quejas en redes: suspenden servicios básicos para perros y gatos en el instituto Pasteur
No funcionarán la atención clínica ni se harán castraciones por la pandemia, aun cuando se considera que la práctica veterinaria es una actividad esencial; se forman largas filas a la noche para obtener un turno
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En las últimas horas se multiplicaban de a decenas las quejas en las redes sociales de organizaciones proteccionistas, rescatistas y usuarios por la suspensión de la atención clínica y las castraciones en el Instituto de Zoonosis Luis Pasteur, que funciona en el Parque Centenario.
Ya los turnos eran insuficientes: se entregaban solo por la mañana, por lo que pasadas las 22 se formaban largas filas de dueños con sus perros o gatos que pasaban la noche en el entorno del edificio para acceder a una de esas consultas. Con el aumento de los rescates y las adopciones de animales abandonados o abusados, también creció la demanda de esos servicios básicos que en ese centro público se ofrecen gratuitamente.
El anuncio de la interrupción de esos servicios se comunicó hace dos días a través de las redes sociales: “Debido a las medidas anunciadas por el Presidente de la Nación, no se entregarán turnos para atención clínica ni castraciones”, informó el Pasteur en su cuenta de Instagram.
Ante la novedad, ayer, en las redes sociales escaló una campaña para que el gobierno porteño restablezca esas prestaciones sanitarias. Desde la Asociación Protectora San Francisco de Asís (@refuasis) tuitearon: ¡Cierra sus puertas el Instituto Pasteur y los animales de la ciudad autónoma de Buenos Aires (CABA) se quedan sin castraciones ni vacunación antirrábica!” y pidieron a la comunidad en Twitter sumarse al reenvío automático de un mensaje sobre el riesgo que implicaría la suspensión de servicios.
Lo hizo con un mensaje que difundió Sin Zoo (@SinZooArgentina), una organización sin fines de lucro: “Pese a que en los DNU del Presidente de la Nación se considera esenciales los servicios veterinarios, el Instituto Pasteur no vacuna y no castra, lo que pone en riesgo sanitario a toda la población de la ciudad y niega el servicio público de castraciones y vacunaciones gratuitas en un claro intento de derivar al sector privado, que no cierra y cobra precios altísimos”.
Varias ONG y proteccionistas independientes de la Capital reunidos en Defendamos a los Animales (@Defalosanimales) también criticaron que el Pasteur se excusara en las últimas restricciones que dispuso la Casa Rosada por la pandemia. “No solo lo utiliza como excusa, sino que propone lo contrario a lo que establece el decreto presidencial, que menciona expresamente que los servicios veterinarios se consideran esenciales, así se ratificó cuando exigieron vacunar a todo el personal encargado de la actividad –publicaron en su cuenta de Facebook–. En una economía atravesada por la pandemia, la Ciudad deja sin servicios a la gente que más lo necesita. En cambio, las veterinarias privadas siguen abiertas”.
También se manifestaron Pasteur Sin Jaulas, ONGs en Red y Proyecto 4 Patas, entre muchas más agrupaciones que trabajan a diario con mucho esfuerzo y con recursos escasos que consiguen con colectas y donaciones de particulares.
Con las primeras críticas, las autoridades del instituto difundieron otro mensaje para aclarar qué servicios se están prestando: vacunación antirrábica, notificaciones de mordeduras, observaciones antirrábicas, atención exclusiva y diagnóstico de zoonosis y recepción de cadáveres, como así también de insectos y arácnidos para identificarlos. También, según se informó, se sigue diagnosticando Covid-19 en muestras humanas que les derivan.
A la vez, por teléfono indican que quienes hayan sufrido una mordedura consulten en el Hospital Durand. Pasado el mediodía, ya nadie atendía una consulta telefónica.
LA NACION se comunicó con el Ministerio de Salud porteño, del que depende el Pasteur. “No cierra”, indicaron sobre ese centro.
Paradigmas
“La atención veterinaria pública es inexistente en la ciudad. Si se corta la atención clínica, justamente no se puede evaluar a un animal para reducir el riesgo de enfermedades zoonóticas, que es la función de este instituto”, dijo Romina Pessolani, que hasta antes de la pandemia fue voluntaria en el Pasteur.
El servicio de voluntariado logró, entre 2018 y 2019, dar en adopción de más de 40 animales alojados en las jaulas de uno de los pabellones. Varios voluntarios se hicieron cargo del cuidado de 13 perros que quedaron con enfermedades y trastornos de conducta tras su paso por esas instalaciones. El costo de los cuidados los asumen con su propio esfuerzo.
“El Estado tiene precisamente los recursos para prevenir toda esta situación a través de la castración y la educación de la comunidad y en las escuelas. Esto es importante para cambiar el paradigma sobre los animales”, agregó Pessolani.
Actualmente, en el instituto hay cuatro perros alojados, de los cuales solo dos mestizos estarían en adopción, sin más precisiones de por qué no lo estarían los dos pitbull que ya cumplieron su tiempo de estadía en el lugar, cuyas familias originales no los quieren recuperar.
Hace dos años, a través de la cuenta Pasteur Sin Jaulas, en Twitter, registraron el estado de los animales que llegaban al instituto por denuncia de vecinos o porque habían mordido. En estos casos, tienen que pasar allí 10 días de control antirrábico. Cuando los dueños no los reclaman, esas estadías se pueden prolongar semanas o meses; en aquel momento, transcurrían en espacios que no cumplían con los requerimientos mínimos que debía tener un instituto de zoonosis para el resguardo de los animales.
En enero del año pasado, tras la presentación de los nuevos espacios para alojar perros y gatos, las autoridades sanitarias porteñas prometieron avanzar con las mejoras, como concursar los cargos del instituto, retomar las campañas de castración y difundir la tenencia responsable, con el regreso de los móviles de atención barrial y mayor presencia en la comunidad.
La idea, según se había anticipado a LA NACION un mes antes de que arrancara la pandemia de Covid-19 en el país, era reconvertirlo en un hospital para animales con capacidad de sostener políticas públicas de vacunación y castración así como de promoción del cuidado responsable. Eso, según pudo conocer este medio, estaría lejos de ser el rumbo para las autoridades del Pasteur.
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