Qué tan normal es olvidar palabras mientras hablamos (y cuándo se convierte en un problema)
Las dificultades para encontrar los términos que queremos usar ocurren en todas las edades, pero con más frecuencia a medida que envejecemos; cuando los eventos dejan de ser ocasionales y se diversifican, pueden ser signo de un trastorno neurológico
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Todos hemos experimentado ese momento a mitad de una frase en el que simplemente no podemos encontrar la palabra que queremos usar... ¿Por qué ocurre este problema que es universal entre los hablantes? ¿Y cuándo las dificultades para encontrar palabras pueden indicar algo realmente grave?
Es común experimentar alguna dificultad ocasional, pero si ocurre con mucha frecuencia con una amplia gama de palabras, nombres y números, esto podría ser un signo de un trastorno neurológico.
Los pasos necesarios para hablar
La producción de palabras implica varias etapas de procesamiento. Estas incluyen:
- Identificar el significado deseado
- Seleccionar la palabra correcta de nuestro “léxico mental” (un diccionario mental del vocabulario del hablante)
- Recuperar su patrón de sonido
- Ejecutar los movimientos del habla para articularlo
En cada una de estas etapas pueden surgir dificultades para encontrar palabras. Cuando un hablante sano no puede recuperar una palabra, los científicos del lenguaje lo denominan “fenómeno de la punta de la lengua”.
A menudo, el hablante frustrado intentará dar pistas sobre el significado de la palabra que quiere decir... “Ya sabes, esa cosa con la que golpeas un clavo”, “¡empieza con una M!”. Esto es relativamente común y es un tipo de error del habla que ocurre principalmente durante la recuperación del patrón de sonido (etapa tres).
¿Qué puede afectar la búsqueda de palabras?
Las dificultades para encontrar palabras ocurren en todas las edades, pero con más frecuencia a medida que envejecemos. En los adultos mayores, el fenómeno puede provocar frustración y ansiedad ante la posibilidad de desarrollar demencia. Pero no siempre es un motivo de preocupación.
Una forma en que se investigan las dificultades para encontrar palabras es pidiéndole a las personas que lleven un registro de la frecuencia de sus olvidos y en qué contexto ocurren.
Estos estudios han demostrado que algunos tipos de palabras, como nombres de personas y lugares, sustantivos concretos (cosas como “perro” o “edificio”) y sustantivos abstractos (conceptos como “belleza” o “verdad”), son más probables de olvidar en comparación con verbos y adjetivos.
Las palabras utilizadas con menos frecuencia también tienen más probabilidades de no ser recordadas.
Se cree que esto se debe a que tienen conexiones más débiles entre sus significados y sus patrones de sonido que las palabras de uso más frecuente.
Los estudios de laboratorio también han demostrado que es más probable que se produzcan olvidos en condiciones socialmente estresantes. Por ejemplo, cuando se les dice a los hablantes que están siendo evaluados, independientemente de su edad.
Muchas personas afirman haber experimentado problemas durante las entrevistas de trabajo.
¿Cuándo es un problema?
Es probable que las equivocaciones más frecuentes, con una amplia gama de palabras, nombres y números, indiquen problemas más graves. A esta condición se le llama “anomia” o “afasia anómica”, y puede estar asociada con un daño cerebral debido a derrames, tumores, lesiones en la cabeza o demencia, como la enfermedad del Alzheimer.
Recientemente, la familia del actor Bruce Willis reveló que le diagnosticaron un trastorno degenerativo conocido como afasia progresiva primaria.
Uno de los primeros síntomas de esta condición es la dificultad para encontrar palabras en lugar de la pérdida de memoria. La afasia progresiva primaria se asocia típicamente con demencias frontotemporales o Alzheimer, aunque también puede asociarse con otras patologías.
La afasia anómica puede surgir debido a problemas que ocurren en diferentes etapas de la producción del habla.
Una evaluación realizada por un neuropsicólogo clínico puede ayudar a aclarar qué etapa de procesamiento está afectada y qué tan grave puede ser el problema.
Por ejemplo, si una persona no puede nombrar un objeto común, como un martillo, un neuropsicólogo clínico le pedirá que describa para qué se utiliza el objeto (el individuo podría entonces decir “es algo con lo que golpeas las cosas” o “es una herramienta”).
Si no puede, se le pedirá que haga gestos o mimetice cómo se usa. También se le puede proporcionar una pista o un mensaje, como la primera letra (m) o sílaba (mar).
La mayoría de las personas con afasia anómica se benefician enormemente al recibir indicaciones, lo que indica que en su mayoría experimentan problemas en las etapas posteriores del habla y en los aspectos motores.
Pero si no pueden describir o imitar el uso del objeto y las señales no ayudan, es probable que esto indique una pérdida real de conocimiento o significado de las palabras. Esto suele ser un signo de un problema más grave, como la afasia progresiva primaria.
Los estudios de imágenes en adultos sanos y personas con afasia anómica han demostrado que diferentes áreas del cerebro son responsables de sus dificultades para encontrar palabras.
En adultos sanos, las fallas están relacionadas con cambios en la actividad en las regiones del cerebro que controlan los aspectos motores del habla, lo que sugiere un problema espontáneo con la articulación en lugar de una pérdida del conocimiento de las palabras.
En la afasia progresiva primaria, las regiones del cerebro que procesan el significado de las palabras muestran una pérdida de células y conexiones nerviosas o atrofia.
Aunque la afasia anómica es común después de accidentes cerebrovasculares en el hemisferio izquierdo del cerebro, las dificultades asociadas para encontrar palabras no parecen distinguirse por áreas específicas.
Hay tratamientos disponibles para la afasia anómica. Los patólogos del habla pueden entrenar al individuo en tareas de denominación utilizando diferentes tipos de señales o indicaciones para ayudar a recuperar palabras.
Las señales pueden ser varias características de objetos e ideas, o características sonoras de palabras, o una combinación de ambas.
Las aplicaciones para teléfonos inteligentes también son prometedoras cuando se utilizan para complementar la terapia.
Un tratamiento exitoso se asocia con cambios en la actividad en regiones del cerebro que se sabe que apoyan la producción del habla.
Desafortunadamente, no existe un tratamiento eficaz para la afasia progresiva primaria, aunque algunos estudios han sugerido que la terapia del habla puede producir beneficios temporales.
Por Greig de Zubicaray
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