Las estadísticas nunca son 100% acertadas, ya que se basan en modelos probabilísticos; por eso, es importante identificar qué tan acertados son los métodos de recolección de datos atmosféricos de cada servicio
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Si sos de los que no sale de la casa sin antes revisar el pronóstico del tiempo, seguro te habrás preguntado alguna vez por qué el porcentaje de lluvia que ofrecen la mayoría de servicios de meteorología no siempre coincide con lo que ves por tu ventana. “Pues porque representa las posibilidades de que llueva en tu ciudad”, te habrán respondido algunos, casi sorprendidos por lo básica que pareciera ser la respuesta a tu duda: “y las estadísticas nunca son 100% acertadas”.
Otros, habiendo indagado un poco más en el asunto, te habrán dicho que lo que representa el porcentaje es el área de territorio donde va a llover durante un periodo determinado (por ejemplo “de 9 am a 12 pm”). Y para sumarle leña al fuego, habrás visto algunos videos de TikTok en los que explican que lo que el porcentaje refleja es la certeza que tienen los meteorólogos de que va a llover en determinada área, basándose en mediciones de factores como temperatura, presión atmosférica y velocidad del viento.
Con explicaciones tan variadas y diversas para algo que pareciera ser tan simple, en BBC Mundo decidimos buscar una explicación más exacta a lo que ese número representa, y nos dimos cuenta de que, de cierta forma, todos tienen razón.
Probabilidad de precipitación
Para poder establecer qué significa este porcentaje realmente, empecemos revisando la definición que da el Servicio Meteorológico de EE.UU.: “La probabilidad de precipitación simplemente representa la probabilidad estadística de que haya 0,01 pulgadas [0,25 mm] o más de precipitación [ya sea lluvia, nieve o granizo] en determinada área dentro del período de tiempo especificado.”
El porcentaje toma en cuenta factores diferentes para expresar en un valor estadístico la probabilidad de que se presente precipitación en un punto determinado. “Miremos un ejemplo de lo que esta probabilidad quiere decir”, dice el servicio meteorológico en su definición. “Si el pronóstico para cierto distrito dice que hay un 40% de probabilidades de lluvia para esta tarde, quiere decir que hay 40% de posibilidades de que llueva en algún punto del distrito entre el mediodía y las 6 de la tarde”, agrega.
Si nos atenemos a esta definición, cuanto más específicos y acertados sean los datos atmosféricos recopilados en el área observada, más acertado resultará el porcentaje de probabilidades. Esto te explica por qué varían (aunque no en mucho) los datos que dan los distintos servicios meteorológicos.
Dos mediciones, el mismo resultado
Para poder hacer un pronóstico, un analista meteorológico multiplica dos factores: la certeza que tiene de que se forme o se acerque un sistema de precipitación, calculada a través de mediciones atmosféricas, por la extensión -el área física- que se espera que tenga dicho sistema dentro del territorio analizado (a ese resultado, sólo se le mueven dos puntos decimales y se obtiene la probabilidad de precipitación).
Esto indica que se puede llegar al mismo porcentaje de precipitación teniendo valores distintos para cada factor.
Para ver esa idea en juego, volvamos a nuestro ejemplo del distrito con 40% de probabilidades de precipitación: si un analista tuviera una certeza del 80% de que en ese distrito va a llover (haciendo mediciones de la velocidad del viento, la temperatura del aire, la humedad, entre otros) pero sólo espera que el sistema cubra un 50% del área, dirá que hay una “probabilidad de lluvia del 40%” durante ese periodo de tiempo.
Por otro lado, si otro analista estimara que la precipitación va a cubrir el 100% del área analizada, pero solo tuviera una certeza del 40% de que esa precipitación va a llegar al distrito, obtendría el mismo resultado: “probabilidad de lluvia del 40%” en cualquier punto del distrito durante ese periodo de tiempo.
Pequeñas variaciones entre los sistemas
Cada meteorólogo tendrá sus propios modelos de medición y de recolección de datos para calcular la probabilidad de precipitación en los sitios que analiza -y algunos serán más acertados que otros-.
Lo importante es identificar qué tan acertados son los métodos de recolección de datos atmosféricos que tiene cada servicio en el área específica en la que te encontrás, algo que se puede hacer comparándolos y revisando cuál se ajusta mejor a la realidad que observás a través de tu ventana.
Y, por supuesto, no se puede olvidar que, como la meteorología se basa en modelos probabilísticos, está lejos de ser infalible. Si dependas solo de los pronósticos del clima, es inevitable que algún día, sin importar qué tan bueno sea el sistema que uses, salgas sin sombrilla porque te lo dijo una app y te sorprenda un chubasco.
Por Rafael Abuchaibe (@RafaelAbuchaibe), para BBC Mundo.
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