Qué pasó con la causa judicial a un mes del derrumbe del hotel en Villa Gesell
El colapso de una torre de diez pisos, apenas pasada la medianoche, provocó ocho muertes instantáneas y lesiones a una mujer que falleció hoy
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VILLA GESELL.– Hubo una torre de diez pisos que se desplomó, apenas pasada medianoche. Provocó ocho muertes instantáneas y lesiones importantes a una mujer, María Josefa Bonazza, la única rescatada con vida pero que falleció esta mañana, en Balcarce. También impactó sobre un edificio lindero y de 24 departamentos, que quedó partido al medio y tendrá por único destino la demolición.
Pasaron 30 días desde que el Apart Hotel Dubrovnik se hizo polvo y la justicia, a esta fecha, tiene a 14 imputados por estrago culposo agravado —de los cuales solo 6 estuvieron detenidos y fueron excarcelados— pero aun no pudo confirmar el motivo de esta tragedia ni ponerle nombre y apellido al o los responsables. Al menos por el momento, nadie está preso.
La extensión de Avenida 1, entre Paseo 103 y Avenida Buenos Aires, sigue con tránsito vehicular prohibido y acceso peatonal solo limitado a peritos que trabajan justo a mitad de cuadra sobre lo poco que quedó en pie de lo que fue uno de los alojamientos turísticos más tradicionales de esta localidad balnearia, a menos de 200 metros de la playa. Acababa de cambiar de dueños y afrontaba obras de mejoras, algunas estéticas y otras algo más profundas.
Por eso, desde hace más de 20 días, se buscan evidencias entre esos escombros que han quedado luego de un operativo con más de 1500 bomberos, policías y personal de salud que primero fue de búsqueda y rescate, instancia que permitió recuperar todos los cadáveres en poco más de una semana. Y luego de despeje fino de escombros, en busca de los cimientos y bases donde se cree que pueden estar las respuestas a este sorpresivo derrumbe. El enigma sigue abierto.
La fiscal Verónica Zamboni, a cargo de la causa, espera por resultados de peritajes todavía pendientes. Según pudo confirmar LA NACION, se requerirá en principio uno para determinar calidad y estado del hormigón que sostenía a esta mole, de la cual solo sobrevivió el cuerpo de dos plantas que da al frente y donde funcionaba, en primer piso, el salón comedor.
Esa tarea se encamina a requerir intervención de especialistas que, de acuerdo a lo que se pudo conocer, serían solicitados al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). Quizás en esos laboratorios podrían determinar si esa cercanía y convivencia con el mar pudo haber corroído estructuras metálicas e influir para que ceda hasta desplomarse.
“Recién entonces, con esos resultados sobre la mesa, será el turno del peritaje de la ingeniería civil”, explicaron a LA NACION fuentes judiciales.
Obras de mejoras
Según surge de la investigación y las declaraciones de testigos y varios de los imputados, tras el cambio de manos del Apart Hotel Dubrovnik se emprendieron obras de mejoras de cara a la reapertura a huéspedes, que iba a ser diciembre, con el inicio de una nueva temporada de verano.
Algunos arreglos, que están a la vista, implicaron el cambio de ventanales en el frente y fachada, allí donde los huéspedes desayunaban. En la torre había también reparaciones y cambios de griferías y cañerías, también de alcance superficial.
Se entiende que los trabajos de mayor alcance e impacto sobre la estructura edilicia tenían que ver con un elevador que se iba a instalar entre las cocheras del subsuelo y el nivel de planta baja de la torre de apartamentos. Se habían hecho excavaciones y alguna de las declaraciones reconocen que los movimientos de tierra dejaron a la vista las bases mismas de esa estructura.
Zamboni solicitó y logró que el juez de Garantías David Mancinelli ordenara seis detenciones en esta causa: los albañiles Diego González y Miguel Andrés Choque Juchani, los contratistas Celso y Sergio Paco y Rubén Taquichiri y el arquitecto Jorge Bonavita, el único que se negó a declarar. Todos lograron la excarcelación, apelada por el Ministerio Público Fiscal y también ante Cámara de Apelaciones desde la Fiscalía General, a cargo de Diego Escoda.
La lista de imputados, notificados de acusación pero todavía sin ser citados a indagatoria, aparecen otras dos arquitectas, dos responsables de la empresa que instalaba el ascensor y los cuatro miembros del directorio de la empresa Parada Liniers S.A., que en abril pasado había comprado el hotel. Todos tienen prohibición de abandonar el país.
Ocho fallecidos
La causa tenía ocho fallecimientos. Según el orden en que se rescataron sus restos, como consecuencia del derrumbe murieron Federico Ciocchini, que se encontraba con su esposa, Bonazza, durmiendo en un departamento del edificio Alfio I, a menos de diez metros de la torre del Dubrovnik. Rosa Stefanic, ex dueña, y su sobrino Nahuel Stefanic, que vivía allí con ella y Dana Desimone, una joven que asistía desde lo administrativo. Ellos tres estaban al nivel del lobby pero en una construcción por delante de la línea vertical de la torre que se desplomó.
En esta última estaban las otras cuatro víctimas, todos obreros que venían desde otras localidades y se quedaban de lunes a viernes. Los plomeros Mariano Troiano, Ezequiel Matu y Matías Chaspman, de Mar del Plata y Batán, y el carpintero Fabián Gutiérrez, de la localidad de Merlo. Nueve días demoraron los rescatistas encontrar y retirar esos cuerpos. En ese contexto de trabajo sin pausa, noche y día, solo tuvieron un momento de satisfacción: atrapada entre hierros y pedazos de hormigón encontraron viva a Kiara, la gata que era mascota de Nahuel Stefanic.
Los turistas que comiencen a llegar en mayor cantidad a medida de que se acerque el final del año es posible que se encuentren todavía con este tramo de Avenida 1 sin posibilidad de tránsito para extraños. Hay un hotel lindero que sigue activo, a pesar de daños que sufrió en su nivel de cocheras, con paredes de planta baja destrozadas por la violenta catarata de escombros del Dubrovnik.
Profesionales también empezarán a medir el estado en que quedó el Atilio I, de dos pisos y formato de casa a dos aguas. Allí, como Bonazza y Ciocchini, pernoctaba otro matrimonio que había llegado desde España para visitar a sus hijos. Se salvaron de milagro. Les quedó la cocina sin techo ni pared. Fueron rescatados desde una ventana lateral. El otro departamento de los tres que estaban ocupados esa noche lo habitaban una mujer con su madre y dos hijos menores. Eran inquilinos y quedaron en la calle.
Por el momento la causa no ha hecho hincapié en el rol del municipio, que debía autorizar y fiscalizar las obras. En agosto habían ordenado suspender algunos trabajos. Así lo informó pronto el gobierno de Gustavo Barrera, intendente de Villa Gesell. El rol de los funcionarios, tanto titulares de área como inspectores, está bajo observación de los investigadores.
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