Qué pasa en el resto del mundo
Cómo responden los distintos países al problema de las drogas en las fiestas electrónicas
BERLÍN.– La combinación mortal entre fiesta y droga preocupa también en Alemania, una de las capitales mundiales de la música electrónica. Las noticias de muertes por sobredosis no son inusuales. Los expertos atribuyen el repunte del riesgo al boom de las drogas de diseño, éxtasis o crystal meth y demás preparados de laboratorio. "Nunca sabes cómo están compuestas; se producen en el mercado negro", alertó Christine Köhler-Azara, responsable de política antidroga de Berlín. El gobierno de la capital alemana llegó a proponer, por eso, un sistema de drug checking, pero el plan sigue hasta hoy congelado y no hay forma oficial de hacer análisis de estupefacientes. Berlín alberga algunas de las discotecas de música electrónica más salvajes y famosas del mundo, en donde no es difícil conseguir drogas ilegales. El débil control de ese ambiente se debe no sólo al espíritu alternativo y libre de la ciudad, sino también a los problemas para prevenir el consumo: muchas drogas de diseño se compran incluso por Internet y los fabricantes explotan vacíos legales entregándolas, por ejemplo, en paquetes con la indicación "no apto para consumo humano". Pablo Sanguinetti
PARÍS.– El 31 de enero, dos jóvenes que asistían a un rave party en el noroeste de Francia fueron hospitalizados, víctimas de una sobredosis. Los gendarmes y policías franceses lo saben: "Solemos encontrar de todo: marihuana, MDMA e incluso hongos alucinógenos. Los confiscamos, pero es imposible impedir que los utilicen. Es uno de los atractivos de esas reuniones". Aparecidos en Francia en 1993, las teknivals, free parties o squat parties son las fiestas ilegales donde se escucha música electrónica. En un país obsesionado por la reglamentación y las leyes, esas rave parties siempre han sido muy mal vistas, e incluso proscritas por las autoridades que, en caso necesario, no dudan en recurrir a tácticas policiales brutales para dispersarlas. En 2002, se firmó el primer decreto para reglamentar ese tipo de reuniones. El texto establecía la obligación de "solicitar autorización". Con el tiempo, terminó transformándose en "obligación de declaración" ante las autoridades, pero éstas siguen teniendo el poder de impedirlas. Nunca lejos, la policía y la gendarmería controlan el consumo de alcohol y drogas, y hasta pueden llegar a incautar el material de los organizadores. Luisa Corradini
ROMA.– En Italia, para organizar una fiesta electrónica u otro evento, existen normas que prevén la existencia de planes de seguridad de acuerdo con el local elegido, que, dependiendo de su dimensión, tendrá un techo máximo de capacidad de asistentes. Si bien está prohibido que los menores de 18 años adquieran cigarrillos o consuman alcohol, la realidad es que en las fiestas electrónicas, así como en las discotecas, nadie respeta la ley. El año pasado causó gran conmoción la muerte, en plenas vacaciones de verano, de un chico de 16 años por una sobredosis de éxtasis en una de las discotecas más grandes de Italia, el Cocoricó de Riccione, localidad balnearia al centroeste de la península. Entonces la justicia dispuso un cierre de cuatro meses de la discoteca, que reabrió en diciembre pasado disponiendo más controles. El Cocoricó prohibió la entrada de menores, que una vez que salieron ya no pueden volver a entrar (se abolió el sistema de sellos en la mano). Además, los estacionamientos fueron vallados y se potenció el sistema de vigilancia con unas 70 cámaras de alta definición para mantener controlado lo que pasa adentro y afuera de la discoteca. Elisabetta Piqué
SANTIAGO DE CHILE.– Desde 2012 existe en Chile un aumento del consumo de drogas como éxtasis, LSD y hongos en fiestas electrónicas y festivales masivos, principalmente entre los jóvenes. Sin embargo, lo que está penalizado es el tráfico o microtráfico, por lo que el énfasis se puso siempre en la fiscalización por parte de la policía, y la prevención en manos del Senda (Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol). En 2014, en Santiago, un joven falleció presumiblemente por consumir Nbome, lo que alertó de su presencia a nivel masivo en el país. En 2007, se realizó un estudio para el Senda sobre la representación cultural de las drogas en fiestas electrónicas, entre jóvenes de diversas tribus urbanas y diferentes estratos socioeconómicos. Lo que más llamó la atención fue que todos asociaron fiesta con alcohol y drogas, además de música y baile. Desde 2004, el gobierno registra estudios que describen la vinculación entre éxtasis y fiestas electrónicas, pero en el último tiempo la diversidad de nuevas sustancias, como Pandora o Nbome, hicieron más difíciles los análisis y más necesarios los controles de la policía. Federico Grünewald
MONTEVIDEO.– El momento de las fiestas electrónicas es el verano y el lugar es Punta del Este. ¿Controles? Los que tiene cualquier fiesta con baile y venta de bebidas alcohólicas. No pueden entrar menores de 18 años y hay personal de seguridad para evitar desmanes. En Uruguay no está penado el consumo de drogas, pero sí la venta, por lo que ni la seguridad ni un policía pueden actuar con alguien que use alguna sustancia, siempre que sea para sí mismo. El pasado viernes, en pleno centro de Montevideo, se realizó la Brook&n en el Victoria Plaza Hotel. La fiesta comenzó a la medianoche y se extendió hasta las siete de la mañana con una multitud. Hay varias de estas fiestas a lo largo del año, incluso algunas en boliches con espacios más chicos. Para esta semana, hay una fiesta techno en el Museo del Carnaval, un lugar muy grande en el puerto. Y al día siguiente, hay otra con un DJ extranjero en un boliche electrónico. Eso sí, si se toma o se consumen drogas, se les advierte a los conductores que no manejen: en las calles los inspectores hacen tests y si se comprueba que consumieron, perderán temporalmente la licencia de conducir y deberán pagar una multa. Nelson Fernández