"Que no me agarre nada": Cómo atiende el sistema de salud todo lo que no es coronavirus
Un poco en chiste y otro en serio, muchos padres están advirtiéndoselo a sus hijos: "Ni se te ocurra caerte ahora, que en medio de todo esto no puedo llevarte al hospital". Y quién no ha pensado estos días cosas como: "Que no me agarre una otitis, o una conjuntivitis, o un dolor de muela". La pandemia de Covid-19 no suspende el cauce normal del resto de las enfermedades, a las que de una u otra manera el sistema sanitario debe seguir dando respuesta.
"En los hospitales están recibiéndose solo urgencias. La atención programada está suspendida, igual que los controles preventivos y las cirugías programadas, lo que ha permitido disminuir la sobrecarga y liberar camas de terapia intensiva, además de limitar las salidas innecesarias", explica el presidente de la Sociedad Argentina de Infectología, Omar Sued. Y agrega: "Cada hospital está trabajando su protocolo de emergencia, así que hasta cardiólogos y endocrinólogos están afectados a la atención del Covid-19".
Lo mismo sucede con la atención primaria. Claudia Ferme, directora del Centro de Salud y Atención Comunitaria 34 (uno de los "CeSAC" porteños) afirma que el funcionamiento del centro cambió radicalmente. "Tuvimos que suspender los turnos programados, sobre todo lo que son controles, para que la gente que está sana no corra riesgos viniendo a una consulta que puede esperar", señala.
Remarca además que en la puerta funciona un triage (sistema de selección y clasificación de pacientes) que divide una fila para farmacia, otra para demanda espontánea de "febriles" y una más para "no febriles".
"Los tratamientos crónicos siguen recibiendo su medicación, y atendemos las demandas espontáneas de cuadros agudos. Damos los métodos anticonceptivos y se mantiene la consejería de Interrupción Legal del Embarazo. Algunos casos de salud mental los seguimos en forma telefónica", detalla Ferme.
La comunidad médica es enfática: todos los cuadros que puedan esperar, que esperen. Sí siguen funcionando las guardias -así sean generales u odontológicas, oftalmológicas u otorrinolaringológicas, entre otras- y se aclara que quienes tienen enfermedades crónicas no deben interrumpir sus tratamientos. Las farmacias de los hospitales continúan dispensando medicación, y también es posible solicitar que los médicos expidan receta electrónica o manden una foto de la prescripción vía mail o WhatsApp, tal como autorizó el gobierno mediante una resolución.
La telemedicina, en ascenso
Como director médico del Hospital Austral, Fernando Iudica dice: "No es que dejamos de atender lo que no es Covid, sino que cambiamos la estrategia de atención". Revela, además, que ya en los primeros días de aislamiento las consultas, diagnósticos por imágenes y laboratorios bajaron "solos" entre un 60 y un 80 por ciento.
Según Iudica en lo que va de la pandemia la atención en el Austral vivió dos etapas. En un principio se mantuvo para cada una de las especialidades una cantidad mínima de especialistas para atajar las urgencias. "Si una mujer se palpa un nódulo en la mama, no puede esperar a que se termine el Covid. Si alguien tiene glaucoma, tiene que haber un oftalmólogo que le mida la presión. Seguimos siendo muy estrictos con el control de las embarazadas. Y naturalmente, seguimos atendiendo partos", ejemplifica.
También dice que lo que se hizo fue diferenciar flujos y circuitos, como para que los pacientes que requieren una consulta presencial no se crucen con los de guardia. "Y a su vez -aclara- en la guardia tenemos un triage muy potente para separar a los sospechosos de Covid de los que no lo son".
La institución ya planeaba empezar en estos días a retomar el nivel de consultas "pre-pandemia" a través de la telemedicina. "Es una herramienta que ya veníamos usando y ahora tuvimos que adaptar. Desarrollamos una conexión vía VPN y les enseñamos a los médicos a usar el sistema y bajarlo en sus casas para que puedan no solo ver y escuchar a sus pacientes, sino también completar la historia clínica y que a la vez esa consulta pueda homologarse para los financiadores", detalla.
"Si el profesional determina que alguien tiene que hacer un control presencial, se hace. Los equipos siguen funcionando, pero se accede por una entrada distinta a la de los pacientes con Covid o probable Covid", destaca.
Cambio de paradigma
"Estamos adheridos a las normas del Ministerio de Salud, y todo lo que pudo diferirse se ha diferido. No vamos a hacer venir a alguien de 75 años para un control de resonancia. Pero sí tenemos que ser capaces de recibir a pacientes con tumores, aneurismas cerebrales o epilepsias refractarias, ya sea para imágenes o para resolver su tratamiento".
Quien habla es el director médico de Fleni, Claudio Pensa. "Nuestra área de emergencias, que trabaja conjuntamente con demanda espontánea de neurología, está abierta. El Instituto de Rehabilitación de Escobar está con un 90 por ciento de ocupación. Pero en el centro de agudos de Belgrano las 25.000 consultas mensuales que solemos tener cayeron un 85% por ciento. Es con esos pacientes que tenemos que trabajar de forma muy activa, llamándolos por teléfono e instalando la telemedicina para darles la seguridad de que si requieren un control presencial lo vamos a poder hacer con todos los recaudos que hagan falta".
¿Es posible que pasada la pandemia se recrudezcan otras enfermedades dejadas de lado? Según Pensa esa es una pregunta compleja, que plantea un desafío enorme. "En algunos casos se está viendo que en la calma de la vida en casa, si se hace ejercicio y hay una buena alimentación, bajan algunos de los factores que gatillan ciertas enfermedades, como podría ser la vida acelerada. Pero a la vez tenemos que ser muy activos en el seguimiento de lo neurológico, lo cardiológico, lo pulmonar no Covid, lo gastroenterológico, lo hepático y con las próstatas, los ovarios, el útero y las mamas, porque todo eso sigue su curso", reflexiona.
La controversia de los odontólogos
"En odontología la urgencia y la emergencia están contempladas. Las guardias odontológicas están funcionando con todos los elementos de protección necesarios", advierte la presidenta de la Asociación Odontológica Argentina, María Cristina Tula. Puntualiza, además, que se habla de emergencia cuando corre riesgo la vida del paciente (hemorragias profusas, infecciones y traumatismos graves), mientras que la urgencia es todo aquello que aunque sin peligro para la vida requiere de una atención inmediata, como podría ser una infección o un dolor agudo.
La especialista revela que los odontólogos están divididos en cuanto a si habría que seguir atendiendo o no el resto de los casos. "Personalmente creo que no -expresa-, porque nosotros tenemos varias situaciones de riesgo extremo de transmisión del virus. El primero es la distancia de trabajo: solemos atender a alrededor de 30 centímetros del paciente. Pero lo que además sucede es que con la turbina (popularmente, "el torno") o ultrasonido generamos aerosoles que permanecen en el aire entre 20 minutos y tres horas, y eso después decanta y cae sobre el mobiliario, el piso, la platina", explica.
Las puntas que se utilizan en estos instrumentos (que técnicamente se denominan "fresas") tallan sobre el diente a la vez que se lanza un pequeño chorro de agua a muy alta presión. Ese spray genera una especie de "nube" que contiene trocitos mínimos de diente, agua y saliva. "Es verdad que los profesionales usamos cofia, anteojos y barbijos y tenemos cultura de protección, pero aún no estamos preparados para un virus que se respira", advierte.
Recomienda, también, diferir todo lo que sean tratamientos electivos, entre los que entran limpiezas, coronas e implantes.
Los chicos, los mocos y el cuidado
A todo esto se agrega la llegada de los días fríos y los consiguientes temas respiratorios de los chicos, tan habituales todos los años. "Los cuadros de empeoramiento del broncoespasmo sin fiebre, moco de la nariz sin fiebre o cualquier otro síntoma respiratorio se manejan como se manejaban antes: ambulatoriamente y evitando en lo posible ir al hospital, salvo que existan síntomas graves. Si un broncoespasmo necesita nebulización va a tener que ir a urgencias", indica Omar Sued.
"Pero hay que entender que estamos en pandemia, y si un chico tiene fiebre y cualquier otro síntoma respiratorio hay que hacer lo que dice el protocolo y llamar para ser evaluados como caso sospechoso de coronavirus", remarca el especialista.
"Seguramente la gran mayoría van a ser negativos para coronavirus -aclara-. Pero estamos en fase de contención, lo que implica que seguimos buscando los positivos y aislando para que no transmitan".
Sued reconoce que las epidemias generan siempre un costo secundario. "Los programas de testeo de HIV están suspendidos, las campañas de vacunación se orientan solo a los adultos mayores, algunas de las campañas de vacunación para niños no se están haciendo para evitar que vayan a los hospitales. Así como la cuarentena trae dificultades en lo económico y lo social, lo mismo sucede con lo sanitario", sostiene.
Por lo pronto los profesionales aconsejan cuidar la salud más que nunca, implementando todas las medidas de prevención y sin automedicarse: eso ayudará a que, por lo menos hasta que la pandemia pase, tengamos que recurrir a los servicios médicos lo menos posible.
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