¿Qué hay de cierto en el mito de las latas contaminadas con excrementos de ratas que circula desde los 90?
Según expertos, el rumor que dice que las latitas de gaseosa pueden contener una enfermedad letal es falso
Cuenta la leyenda, que una familia murió luego de un picnic en el campo tras contagiarse de leptospirosis luego de beber directamente de latas de gaseosa. Según este mito urbano, las latas viajan en barcos donde las ratas orinan y defecan y es entonces que se contaminan con este virus letal. De ahí la moraleja: lavar con agua y jabón las latas antes de abrirlas y en lo posible no beber directamente de ahí.
La leyenda corrió de boca en boca a lo largo de los años y se expandió por todo el mundo, en diferentes versiones, hasta llegar a los tiempos de las redes sociales. Hoy todavía hay quien comparte la historia en Facebook para alertar a sus amigos sobre este riesgo que puede ser fatal. Sin embargo, y aunque nunca está de más limpiar con cuidado aquello que vamos a consumir, ya en 2009 el Centro Nacional para Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos intervino en este asunto para desmentir que fuera un motivo de investigación de esa institución. El asunto es que el contagio de la leptospirosis de esta manera es bastante difícil: sí, se transmite por el contacto con los excrementos de las ratas que estén infectadas con la enfermedad, pero la realidad es que las latas no son vehículos para que esta bacteria circule. Según dijo al diario El País la especialista española Carmen Dastis, "el contagio normalmente se da en lugares donde hay aguas". Puede afectar sobre todo a gente que trabaja en el campo, a veterinarios, a quienes practican deportes acuáticos o pesca. Según ella, la forma de contagio más habitual es cuando el agua infectada entra en contacto con alguna herida.
Por otro lado, aunque las ratas hubieran orinado en las latas, una vez que la lata se seca, la bacteria no puede sobrevivir. Tampoco podría sobrevivir en la heladera.
Yendo al proceso de producción de la lata, las mismas se esterilizan antes y después de llenarse, y luego se empaquetan con plástico para su distribución. Tampoco en este caso podrían entrar en contacto con la orina de ratas.
El hábito de limpiar las latas antes de llevarlas a la boca está bastante instalado y no tiene por qué dejarse de lado, es importante saber que el contagio de esta bacteria es mucho más posible por una herida abierta en contacto con agua contaminada que por el consumo de una lata.
En la Argentina hubo casos de contagio y muerte por esta enfermedad generalmente vinculados a inundaciones: en 2015, Santa Fe estuvo en alerta por el crecimiento de los contagios luego de una fuerte inundación y se declaró la emergencia sanitaria por la multiplicación de casos de dengue, otra enfermedad que deviene de la presencia de agua estancada (allí se reproducen los mosquitos que son vehículo del virus). Desde entonces, las campañas de prevención masiva contra la leptospirosis se difunden con insistencia cada vez que hay inundaciones en el país, junto con la lucha contra el dengue, el zika y el chikungunya.
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