Qué hacen los supermercados con la comida que no pueden vender
1,6 millones de toneladas de comida que llega en buen estado a la góndola no se vende; antes que tirarla, varios supermercados trabajan con bancos de alimentos para que no se pierda
Unas 16 millones de toneladas de alimentos se pierden o van a la basura en la Argentina cada año, según un trabajo reciente del Ministerio de Agroindustria. De esa cifra que no alimenta a nadie, casi el 72% corresponde a hortalizas y frutas, y un 10% a supermercados, detalló una fuente oficial.
Hay varias iniciativas para evitar esto; desde lo muy pequeño (como la heladera social que nació en Tucumán y llegó hace poco a Buenos Aires) hasta lo ocasional, como Plato Lleno, que recoge la comida que sobra en las fiestas y casamientos, pasando por las buenas prácticas y el sentido común.
Pero hay comida que llega fresca a las góndolas y luego se tira. Algunas grandes cadenas trabajan a diario para evitarlo. Y a la mercadería con vencimiento cercano, o que no es apta para ser comercializada, le dan un destino benéfico. Esta iniciativa, enmarcada en la Argentina dentro de políticas propias de Responsabilidad Social Empresaria (RSE), no es obligatoria, como ocurre en Francia por una ley sancionada en mayo del año pasado, que no registra casos similares en otros países del mundo. Y en la Argentina, sólo la reglamentación para donar alimentos estuvo marcada en la última década por cierta controversia política e inquietud de las compañías del sector.
Bancos de alimentos
El principal receptor nacional de lo que descartan los supermercados es el Banco de Alimentos, que recibió de un puñado de empresas más de 480 toneladas de productos en todo el país, sólo durante 2015. Las mermas (así lo denominan internamente) se componen de productos no elaborados con una fecha de vencimiento cercana (diez días antes por lo general); con problemas de packaging externo que impiden la comercialización; o por pertenecer a promociones comerciales o estacionales (fiestas navideñas o Pascuas), pero siempre aptas para el consumo humano.
Como ocurre en ciertos países europeos (Reino Unido, por ejemplo), algunas empresas eligen colocar en oferta y en góndolas especiales los productos con vencimiento cercano, pero, al parecer, son una minoría y PyMes. "Hay mucha paranoia que se escape alguno vencido o quede en góndola", explicó una fuente empresarial que pidió no ser identificada. Pero además, un alimento vencido en góndola es una falta que genera una multa y el decomiso. Sólo en el distrito porteño la Agencia Gubernamental de Control tiró el año pasado 24.600 kilos de mercadería no apta para consumo, y en lo que va de este año llevan 5500 kilos.
Candela Arias, gerente de sustentabilidad y RSE de Carrefour, una de las firmas que dona al Banco de Alimentos, aseguró que "el desperdicio cero es un eje prioritario que hace a la sustentabilidad de la compañía" y que lo que descartan no son grandes cantidades "porque está relacionado a la pérdida de dinero".
Tanto Arias como Juan Pablo Quiroga, gerente de Relaciones Externas de Walmart, aclararon que trabajan con Banco de Alimentos porque tiene una serie de normas que hacen a la trazabilidad de la donación, como auditorías en el destino final del producto.
Desde 30 de las 107 tiendas Walmart y Chango Más la empresa aportó alimentos no perecederos, artículos de limpieza, higiene o de cuidado personal, y ocasionalmente de librería y juguetería o promociones de época (Navidad, Pascuas, etcétera), siempre con las normas consensuadas con el Banco de Alimentos: fecha de vencimiento legible y a 10 días de la donación; que sea apta para consumo; sin daños ni violaciones en el envase primario, aunque sí puede haber problemas de empaque o abolladuras, enumeró Quiroga.
Las mismas normas aplica Cencosud, que dona al Banco de Alimentos y al Ejército de Salvación. "Es una causa que contiene muchos de nuestros valores asociados a nuestro pilar de ayudar y ser responsables dentro de las comunidades en donde nos desarrollamos", ponderó una fuente de la empresa.
Recibir, clasificar y distribuir
El Banco de Alimentos surgió hace más de 15 años y hoy cuenta con una red desplegada en todo el país, aunque el 48 por ciento de las donaciones se distribuye en Buenos Aires y CABA.
Según detalló la responsable de comunicación Virginia Ronco, el "Programa de Rescate de Alimentos" consiste en recibir las donaciones –no sólo de supermercados-, clasificarlas y almacenarlas con ayuda de voluntarios y luego repartirlas en comedores, asilos, merenderos, centros de día, etcétera.
Ronco advirtió que las donaciones de mermas de supermercados (mensuales o quincenales) "han venido aumentando en los últimos tiempos. Esto se debe a que cada vez hay una mayor conciencia por parte de las empresas en el tema del desperdicio y esto, a su vez, genera un mayor compromiso en los empleados y en todos los actores que hacen posible (a nivel logístico) que los alimentos no comercializados lleguen a la fundación".
Gustavo Fernández Casares, presidente de la Red Argentina de Bancos de Alimentos, agregó un número contundente: de 2011 a la fecha los supermercados donaron 1.637.522 de mermas. Y a la vez comentó que sería importante que los supermercados no puedan tirar comida o que reciban beneficios impositivos por estas acciones.
Desde al menos 2005 se intentó reglamentar la donación de alimentos en general: hay algunos proyectos presentados y uno que llegó a sancionarse (con el número 25.989) fue vetado por el ex presidente Néstor Kirchner porque eximía de responsabilidad civil al que entregaba mercadería.
Pero nunca se involucró a los supermercados de manera directa como la ley francesa que se votó en mayo del año pasado a instancias de Arash Derambarsh. Allí manejaban la cifra de 7 millones de toneladas tiradas a la basura, menos de los 16 millones de toneladas relevados en la Argentina. ¿Una ley en la Argentina como la de Francia? Una fuente de la Asociación de Supermercados Unidos admitió que el tema se habló de manera tangencial el año pasado dentro de la cámara que agrupa a los mayores del sector, y reconoció que ahora se trabaja en algunas cuestiones sobre la donación y el desperdicio, pero limitar la responsabilidad en la donación es clave.
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