Qué es una histerectomía y de cuánto tiempo podría ser la recuperación de Cristina Kirchner
La vicepresidenta fue operada en el Sanatorio Otamendi; en 2014, su madre se sometió a la misma cirugía
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La vicepresidenta Cristina Kirchner fue operada en el Sanatorio Otamendi en donde le realizaron una histerectomía, un procedimiento médico ginecológico. Se trata de una intervención que implica la resección quirúrgica del útero y que puede incluir la extirpación completa del cuerpo, el fondo y el cuello uterino.
Según fuentes médicas con acceso a la intervención, la vicepresidenta tenía un pólipo de endometrio, con un engrosamiento del endometrio y un sangrado interno. La propia Cristina quiso que le extirparan todos los órganos posiblemente afectados, útero, trompas y ovarios, basada en el antecedente de su madre, quien tuvo un sarcoma de útero. De acuerdo con información posterior a la operación, el pólipo es benigno.
Tal como describió la especialista en ginecología Marta Pradella a LA NACION, una persona puede tener que someterse a este procedimiento tanto por patologías benignas como malignas. Y al referirse a la peligrosidad, explicó que, si bien puede haber hemorragias, “con cirujanos experimentados no tiene grandes riesgos”.
Al centrarse en la vicepresidenta, que tiene 68 años, señaló: “Entre los 60 y los 70 años es una cirugía que tiene buen pronóstico y sin grandes complicaciones”.
El doctor Fernando Neuspiller, presidente del centro de reproducción asistida WeFIV, coincidió en que, “en general, el riesgo de la operación es muy bajo siempre y cuando haya un cirujano capacitado para realizar la técnica”. Y ejemplificó: “La mayoría de las complicaciones tienen que ver con alguna lesión en los uréteres que pasan justo por al lado (que son los conductos que llevan la orina del riñón a la vejiga) o alguna lesión en la vejiga particularmente. Después, hay un tipo de complicación, llamada fístula, que es la formación de una comunicación entre la vejiga y la vagina”.
Dependiendo del tipo de patología, la histerectomía puede ser subtotal o total. “En patologías benignas, cuando hay grandes miomas (tumores no cancerosos también llamados fibromas uterinos) y no se puede acceder a sacar el cuello del útero, se saca el cuerpo y se deja el cuello; pero si hay una patología maligna se sacan el útero completo, las trompas y los ovarios”, detalló la médica.
Por su parte, Neuspiller profundizó sobre esto y dijo que las indicaciones malignas incluyen cáncer de endometrio, de cuello de útero o de ovario. Luego, se refirió a las indicaciones benignas, y puntualizó distintos motivos por los que se puede recurrir a una cirugía. El más frecuente, dijo, es el sangrado uterino anormal y explicó que se recurre a un proceso quirúrgico si se tiene atrofia endometrial, pero no se logra terminar con el sangrado. Otras razones son si los miomas son muy grandes y molestan, lo cual se llama miomatosis uterina; o si se tiene hiperplasia de endometrio, que es una condición en la cual el endometrio crece de manera anormal.
Respecto a la recuperación, Pradella puntualizó: “Es bastante rápida. Siempre se recomienda un reposo, no absoluto, hasta que se retiren todos los puntos, y generalmente se toma alrededor de 15 días para volver a las actividades normales”, detalló. Tras ello aclaró que la histerectomía suele hacerse “vía abdominal”, pero que a veces se hace vía laparoscópica -lo cual requiere menos tiempo de reposo- o vaginal. Este último método responde a casos de prolapsos avanzados.
Finalmente, la operación de la vicepresidenta fue vía laparoscópica. El presidente de WeFIV explicó en qué consiste este método: “Se hace una pequeña incisión de 1 cm debajo del ombligo por donde se introduce una cámara dentro del abdomen. Más abajo, sobre la pelvis, se realizan 2 o 3 incisiones más pequeñas por donde se introduce el instrumental para operar”.
“Luego de la cirugía hay que tener en cuenta cómo se empieza a mover el intestino y cómo se rehabilita la pared abdominal”, evaluó el profesional, y contó que, cuando se realiza por laparoscopía, la recuperación es de 1 o 2 días, lo cual significa que es más corta que si se hace vía abdominal (en estos casos, sería de 3 o 4 días).
Cabe recodar que la madre de Cristina Kirchner, Ofelia Wilhelm, se sometió en 2014 a la misma operación en el mismo sanatorio del barrio porteño de Recoleta. Al respecto, ambos coincidieron que la predisposición genética tiene poca influencia, y la ginecóloga añadió: “No es algo contundente que si una madre tiene una patología maligna, una de sus hijas puede llegar a tenerla. Ese requisito no siempre se cumple”.
“Esta operación se indica en distintas afecciones benignas, por ejemplo en miomas uterinos, adenomiosis, infecciones severas, patologías puerperales. También en algunos prolapsos de órganos pelvianos, en lesiones con riesgo oncológico [hiperplasias atípicas de endometrio] y oncológicas, como el cáncer del útero, ovarios, trompas”, había explicado Santiago José Gil, médico de planta y jefe del Área de Cirugía Endoscópica del Servicio de Ginecología del Hospital Italiano de Buenos Aires, en 2014 cuando se sometió la madre de la vicepresidenta a la misma intervención.
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