Qué es un técnico para bioterios, una carrera con pocos estudiantes y muchos prejuicios
Se trata de unas de las carreras que menos inscriptos tuvo en el país en los últimos años; quienes ejercen esta profesión destacan los aportes que hace al avance de la ciencia
Criar, cuidar y evitar el sufrimiento de los animales son sólo algunas de las premisas que rigen a los que deciden estudiar la carrera de bioterio, que sólo se dicta en una universidad en el país y, hasta hace unos años, no existía en toda América Latina.
En 2014 y 2015, según registros oficiales del Ministerio de Educación que fueron analizados por LA NACION Data , a la carrera ingresaron 72 estudiantes: 47 mujeres y 25 hombres.
Consultados por LA NACION, cuatro estudiantes de la carrera de diferentes años, contaron por qué la eligieron. “La comencé a estudiar por curiosidad. En principio tenía pensado elegir veterinaria, pero cuando me topé con esta carrera me pareció algo nuevo, y decidí intentar para aprender sobre lo que no conocía”, dijo Yamila Páez que cursa el segundo año. En tanto, Carla que está en tercer año contó: “Comencé cursando veterinaria y no me gustó ningún camino que ofrecía, cuando entré a bioterio me encantó; actualmente me gusta todo lo que tenga que ver con investigación, en especial las neurociencias”
Sobre cómo conocieron la carrera, las historias varían, por un lado están los que se enteraron mientras cursaban la carrera de veterinaria y otros por el “boca en boca”. “Me enteré una vez que fui a mi dentista. Estaba pensando qué seguir, estaba entre veterinaria o biología, y la doctora me comentó sobre su existencia. Por lo que averigüe y me interesó”, recordó Fernanda Toledo, que cursa el tercer año.
La UBA, pionera en la carrera
El único lugar en el país donde una persona puede obtener un título oficial de Técnico Universitario para Bioterios, tras estudiar 3 años y medio, es en la Universidad de Buenos Aires en la Facultad de Bioquímica y en la de Veterinaria. Luego de aprobar las 27 materias, según indica la centenaria casa de estudios, el egresado estará capacitado “para trabajar en ámbitos donde se críen, mantengan y utilicen animales vivos, sus órganos o tejidos aislados, para usos experimentales o de ensayos biológicos: industria farmacéutica; laboratorios de análisis para terceros; zoológicos; grupos de investigación y desarrollo”.
Además, destacan que también será capaz de “reconocer cualquier alteración del estado sanitario, reproductivo, nutricional y ambiental de los animales a su cuidado a fin de comunicar las mismas al profesional veterinario responsable de la administración de las medidas correctivas apropiadas”.
Todos los consultados coincidieron en que explicar su carrera es todo un desafío. No sólo por lo poco conocida, sino también por los prejuicios o posturas de las personas que están en contra del uso de animales para estudios científicos o médicos. “Mi familia lo tomó bien, más que nada por pensamientos encontrados a partir de situaciones cercanas a enfermedades terminales. Y al resto de las personas se los trato de explicar como corresponde, lo que es y a partir de lo que vivo día a día. Para mí sorpresa, encontré gente interesada en escuchar, aunque algunos siguen encerrados pensando que sólo somos "asesinos" y no miran que su entorno está relacionado con esta carrera”, contó Fernanda que está a un año de recibirse.
“Dependiendo de la persona puede ser más o menos difícil, porque en principio todos sacan la conclusión de que soy «un técnico mata animales»'. Cuando hablo de mi carrera, cuento que los animales aportan mucho por los humanos, y merecen personas que les brinden protección y cuidado, que se hagan responsables de ellos”, dijo Yamila.
En tanto Carla, recordó: “Mi familia sabe que es necesario y me apoyan por completo. Fuera del núcleo familiar es más complicado, puede que gente más sensible se lo tome a mal, es cuestión de explicarles que gracias al esfuerzo y el uso de estos animales la medicina y la ciencia hicieron avances gigantes, y que todavía faltan muchas cosas por descubrir que es para el bien de todos, tanto animales como para los humanos”.
Cómo manejar los sentimientos
El otro dilema pueden enfrentar los estudiantes es el cariño que puede surgir hacia los animales. “Recuerdo siempre que esos animales tienen un propósito científico y que no son mascotas, sino que son reactivos biológicos que necesitan cuidados especiales”, dijo Alejo Ramos, que cursa el último año de la carrera.
“Encariñarme un poco es un defecto profesional del que tal vez no pueda desprenderme nunca – reconoció Yamila -. Cuando la situación de un animal requiere que se tome una decisión, busco que sea la mejor para ese animal, lo que en ocasiones me afecta por ese mínimo cariño”.
Carla separó: “Depende de la especie con la que uno tenga más afinidad puede resultar difícil o más sencillo, lo importante es tener en la mente que son reactivos biológicos y que tienen un propósito muy importante, ya sea para producción o investigación. Nunca hay que olvidar que son seres vivos y que es nuestra tarea darles el mejor trato posible, teniendo en cuenta su bienestar”. Fernanda agregó: “A veces se torna difícil, pero trato de pensar que todo ciclo tiene un final, sin dejar de tratarlos con respeto. También poner en la balanza si la situación en la que están es digna o no. Ante todo, el bienestar del animal”.
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