Qué es un “cortafuego”, la técnica con llamas para evitar la propagación de los incendios
Este método tomó trascendencia después de las críticas que generó el video de un hombre que se grabó quemando un bosque con un lanzallamas y luego explicó que aplicaba esto como parte de su trabajo
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En Corrientes, causó preocupación y críticas el video de un hombre que se grabó quemando un bosque con un lanzallamas, en medio de la crisis ambiental que vive ese territorio. Después, se supo que esto se había registrado antes de las llamas que afectaron al 10% de la provincia y que formaba parte del trabajo de la persona. Incluso, fue él mismo quien se encargó de aclarar que aplicaba una técnica conocida como “contrafuego” o “cortafuego” para evitar la propagación de los incendios.
Un manual de combate de incendios forestales y manejo del fuego publicado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) determina que todos los trabajos que se hacen en el combate de los incendios de bosques y de campos están destinados a “romper el triángulo de fuego” y establece que en cada incendio se deben cortar franjas de vegetación y apartarlas del camino de las llamas. Entonces, a las zonas que así quedan despejadas las divide en “líneas de defensa” y “líneas de control”.
A los cortafuegos los incluye dentro de las líneas de defensa, que son -según el manual- fajas de terreno, de largo y ancho variable, construidas en la trayectoria del fuego, donde se cortan y extraen los combustibles aéreos, superficiales y subterráneos. El trabajo finaliza con el respaldo del terreno, hasta alcanzar el suelo mineral.
De acuerdo al documento, el éxito de toda quema controlada -que tiene que hacerse con personal responsable y de acuerdo a la legislación vigente en cada territorio- depende del nivel de la planificación con que se realiza. Puntualiza en que se debe hacer una recorrida previa por la zona y que es importante comunicar que se va a aplicar la quema a la policía y/o a los bomberos, a la autoridad forestal más cercana y a los vecinos. También, que se deben buscar datos meteorológicos históricos para tener una mejor idea sobre las condiciones climáticas del lugar y que tienen que ser hechas con el equipo apropiado.
“Como indicativo general se puede decir que para realizar una quema de cortafuego las condiciones necesarias mínimas deberían ser: temperatura del aire entre 4 y 15º, humedad relativa entre 40 y 60% y velocidad del viento entre 0 y 15 kilómetros por hora”, explica el manual del INTA.
Asimismo, detalla que en toda quema prescripta o controlada debe existir un jefe de quema, que será responsable de determinar cuándo iniciarla, qué tipo de ignición utilizar y cuándo debe terminar. Dice, además, que en las quemas de hasta 500 hectáreas generalmente es suficiente con un equipo de control de cuatro personas.
Por otra parte, divide a una quema prescripta en dos etapas -la quema de cortafuegos y la quema final- y advierte que no se debería encender un fuego de este tipo cuando se dé una o más de las siguientes condiciones: temperatura del aire mayor a 26° o 27º, humedad relativa menor a 20%, ráfagas de viento superior a 30 kilómetros por hora y cambio de la dirección del viento en menos de doce horas.
Indica, además, que para planificar un fuego prescripto o controlado hay que formular y responder algunas preguntas: por qué, qué, dónde y cuándo quemar.
LA NACION
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