Qué es el "sindicato de presos" y cuáles son las condiciones de trabajo de sus afiliados
El Sutpla -Sindicato Unido de Trabajadores Privados de la Libertad Ambulatoria- cobró relevancia hoy con la noticia de que su creador, César Rodrigo Díaz, había sido detenido por robar y agredir a un hombre en Villa Crespo. En principio, desde el propio sindicato aclararon que Díaz ya no forma parte de la cúpula de dicha organización gremial y que ni siquiera continúa siendo afiliado.
Por otra parte, el abogado de Sutpla, Matías Isequilla, habló con LA NACION para contar en qué consiste el trabajo de este sindicato, básicamente creado para que se respete el derecho al trabajo de las personas privadas de la libertad y para lograr, de esta forma, que los reclusos cuenten con su propio dinero, a la vez que, gracias a su actividad laboral, reduzcan los niveles de violencia en los penales y se bajen también los índices de reincidencia de quienes abandonan la prisión.
Para Isequilla, es erróneo el concepto de definir como "Sindicato de Presos" al Sutpla, ya que se trata de una organización que agrupa a los "trabajadores privados de la libertad". "El sindicato nace en 2012 porque las personas que están presas tienen derecho a trabajar y a cobrar por su trabajo un salario no inferior al mínimo, vital y móvil", explica el abogado de Sutpla.
"El preso pierde al entrar a una prisión la libertad de deambular -continúa el letrado-, pero el resto de las libertades se conservan, como la libertad de trabajo y la libertad sindical. La intención del sindicato es simplemente mejorar las condiciones de vida y de detención de las personas privadas de la libertad".
El Sutpla nació en 2012 como Sindicato Único de Trabajadores Privados de la Libertad Ambulatoria, pero cambió en 2015 a Sindicato Unido. En ese año, además, hubo un conflicto en la conducción, que fue el que hizo que Díaz, quien fue detenido hoy, dejara la conducción del sindicato. Además, allí también fue cuando Sutpla dejó de pertenecer a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
Aportes de los afiliados y salario de los presos
Isequilla cuenta que el sindicato para los trabajadores privados de la libertad fue el primero que se creó en el mundo y que por su tarea adquirió gran prestigio en internacional y fue replicado más tarde en otros países.
También aclaró que la comisión directiva de la organización, cuyo secretario general es Roberto Fabián Manrique, decidió, "a través de su estatuto, que no se pague cuota sindical". El abogado aclara enfáticamente: "Nunca jamás ningún afiliado pagó". El sindicato se sostiene, agrega el letrado, con aportes voluntarios de colaboradores y adherentes.
El Sutpla tiene injerencia básicamente en las prisiones federales de Devoto, Marcos Paz y Ezeiza, específicamente con la población de mujeres. "Cuando empezó el sindicato, trabajaban unos 4000 presos. Actualmente son 8700. Lamentablemente todavía hay unas 5000 personas privadas de la libertad que no tienen trabajo", dice Isequilla.
"Trabajar significa que los detenidos cuenten con un dinero para sobrevivir en contexto de encierro y también que las familias los puedan ver, ya que visitar a un preso es carísimo", agrega.
"La idea, establecida por ley, es que los reclusos que trabajen alcancen a cobrar un salario mínimo, vital y móvil -$16.875-, pero por cuestiones de presupuesto los presos trabajan menos horas que las necesarias para ganar el mínimo -arbitrariamente se establece quién trabaja más y quién menos horas-, y cobran, en promedio, un 70% de lo que sería un sueldo mínimo -aclara Isequilla-. Además, no les pagan cuando están enfermos, se accidentan, tienen visitas, van al juzgado a defenderse o tienen exámenes",
El abogado de Sutpla aclara también que la idea que establece la ley 24.660 de Ejecución Penal es que las personas privadas de la libertad tengan actividades que los formen en empleos y puedan trabajar en diversos talleres, pero que la realidad es que los reclusos "trabajan en actividades que tienen que ver con el funcionamiento de las unidades".
"Sacar la basura, hacer el pan, trabajos de carpintería, cocina, lavadero, hacer bolsas" son algunas de las actividades que realizan los reclusos. "Lo ideal sería que tuvieran talleres o que el servicio penitenciario realizara convenios con empresas privadas para multiplicar las plazas laborales, pero esto no se cumple", señala Isequilla.
El abogado de Sutpla se molesta cuando se habla del "sindicato de presos". "El trabajo del sindicato se tergiversa. Es un trabajo serio, bienintencionado, con dirigentes que son solidarios con sus compañeros, es algo verdaderamente importante. Es un trabajo pensado en pacificar, para evitar la reincidencia, que en este momento lamentablemente es de un 80 por ciento".
Con respecto a la situación de Díaz en el Sutpla, Isequilla dice: "Él trabajó fuertemente en la fundación del sindicato, hasta 2015 lo hizo fuertemente, con mucha solidaridad, pero el sindicato debe aclarar que desde ese año Rodrigo no tiene nada que ver con el sindicato".
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