“Qué caro está todo”. Las estrategias de los padres para afrontar el aumento de 251% de la canasta escolar
Suspensión de vacaciones, compras en noviembre, gastos “de a puchito”; Papá Noel con mochilas y Reyes Magos con cartuchera; claves de la vuelta a clases en medio de la crisis
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Una cadena y una persona en la puerta se interponen en la entrada: solo se puede entrar de a poco, por lo que se debe esperar en la vereda. La escena se repite en la mayoría de las librerías de la zona porteña de Once. También entre los manteros, se van formando filas; en medio de la espera, conversan sobre lo que les preocupa y convoca: la compra de útiles escolares en tiempos de inflación.
Leticia Gómez, de Merlo, aguarda que un vendedor del mayorista de librería se libere para poder ingresar al local. Tiene que comprar hojas y mochilas para sus dos hijos y decidió hacerlo en enero para evitar aumentos. “Por lo que vi, este año cuesta todo el doble”, asegura con pesar. La mujer entra y después de unos minutos vuelve a salir con bolsas, pero también con otra opinión: “sale todo tres veces más que el año pasado”. Leticia envía a uno de sus hijos a una escuela estatal y otro, a una privada; asegura que en la pública la mayoría de los padres no podrán completar las listas de útiles porque todo aumentó más que el sueldo. “Yo la completo, pero muchos no pueden. En la privada te ves obligado”.
Según las consultoras privadas, el costo de la canasta escolar básica aumentó 251% respecto del año pasado, una suba muy superior al incremento que el mismo combo de útiles, mochila y guardapolvo tuvo en 2023 (134%) y varios puntos porcentuales por encima de la inflación (211,4%). Ante la presión de los precios, los padres cambian sus hábitos y comportamientos: “reciclaje de artículos”, compras anticipadas, mochilas en el árbol de Navidad, cartucheras con los Reyes Magos, búsqueda de descuentos, preferencia por segundas y terceras marcas e inclinación por presentaciones más pequeñas de menor costo; lo que sea para gastar lo menos posible a la hora de cumplir con lo que pide la escuela. Algunas familias, incluso, optan por olvidarse de los viajes de verano al menos este año: todo no se puede.
No es novedad que en los últimos años los padres anticipan sus compras para ganarle a la inflación. Lo inusitado es que acudan a las librerías antes de que terminen las clases y sin ninguna lista. “Arrancaron en noviembre a comprar lo clásico”, dijo Juan Suárez de Distribuidora Larrea a LA NACION. “Después, en Navidad se compró mucho para regalar; las jugueterías vendieron muchas mochilas. Los padres hacen lo que pueden: compran pocas cosas, van buscando precios”, aseguró.
“Una mamá del cole le regaló la mochila para Navidad, yo todavía aguanto”, dijo Daniela Nuble, de Barracas. Al igual que muchos padres, confiesa que el aumento del valor de las cosas se vuelve una carga pesada y que ante eso ella busca muchos precios antes de comprar. “Tenés que tener tiempo: el mismo cuaderno Laprida estaba a $2.000 y a $5.000 en dos locales que estaban a pocas cuadras de distancia. Hay que caminar, no queda otra”. Los mayoristas son un recurso del que echan mano los padres, sin embargo, cuando acuden de manera individual, no siempre es la mejor opción según Nuble. “Algunos imponen un mínimo de compra de $50.000, pero no tienen todo a buen precio así que no siempre te conviene. Yo voy comprando de a puchitos, lo que vi bien ya lo compré. En marzo no se va a poder comprar nada”. Con pesar, asegura también que este año todo no se puede: “hoy tenés que elegir entre útiles escolares y vacaciones. Y que no sea el cumpleaños de tu hijo en febrero o marzo porque no sé cómo haces”.
Según el relevamiento de precios elaborado por Focus Market para el Blog de Educación Financiera Naranja X, la canasta básica que incluye mochila estándar de tiras, 20 útiles indispensables y guardapolvo cuesta hoy $62.099 y experimentó un aumento de 251% respecto del año pasado. Un combo más sofisticado que incluye mochila con carro, cartuchera de dos pisos, guardapolvo y 20 útiles vale $172.022, un 229% más que en el período previo. Dado que la inflación informada por el Indec en 2023 fue de 211,4%, el incremento interanual de todos los combos relevados por la consultora superó en varios puntos porcentuales el alza generalizada de precios. Es importante tener en cuenta que dentro de la veintena de ítems relevados y en los extremos, los repuestos de hojas para dibujo alcanzaron incrementos superiores al 400%, mientras que la caja de crayones de 12 unidades aumentó un 162% en los últimos 12 meses.
A lo largo de las principales calles de Once los manteros visten las veredas para la ocasión. Ellos también tienen ofertas de útiles escolares para los padres que están desesperados por el valor de los elementos necesarios para volver a las aulas. Según Focus Market, los valores de las mochilas están entre $12.600 (básica de 16 lts.) y $158.256 (con carro de 28lts.), mientras que las cartucheras parten de $6.300 (simple con cierre) y pueden valer hasta $29.990 (dos pisos de PVC).
Planificación, investigación y reciclaje
Tal como aseguran la mayoría de los padres, en el último año los bienes aumentaron más que la inflación. Ante eso, cada hogar implementa sus propias estrategias. “Reciclamos, vemos qué nos pueden dar los sindicatos y luego, de a poco, compramos”, dice Andrea Cofré, de Parque Avellaneda, madre de dos niños que van a la escuela pública. “Yo voy reciclando entre los hermanos”. Los que pueden como Andrea, conservan mochilas, cartucheras y carpetas de 2023; significa un ahorro importante ya que son algunos de los ítems más costosos de la canasta.
“Nosotros empezamos a comprar en noviembre”, dijo Fabricio Wetzel, de Concordia, que aprovechó el viaje a Buenos Aires para recorrer las librerías de Once. “Se trata de anticipar todas las compras del año porque todo sigue subiendo”. Explorar opciones es para él y su esposa algo necesario en el actual contexto. “Todo el tiempo se compara precios con Mercado Libre y con lo que vimos en Uruguay. Las mochilas ya las compramos en el free shop. Marcas como Sharpie se consiguen a buenos precios cruzando la frontera”. A su entender, muchos productos locales han reducido su calidad y en las librerías la variedad es limitada: cruzar el paso fronterizo tiene para él más de un beneficio.
Los que el año pasado compraron en exceso, a semanas del inicio lectivo cuentan con un activo invaluable. “Gracias a Dios el año pasado no me dolía tanto y compré de más”, dijo Vanesa García, de Monte Grande, madre de un niño. “Siempre compro a último momento, pero, como este año es otra cosa, decidí empezar en enero. Eso sí: hice una investigación antes de venir”, sostuvo.
La cadena de librerías ALOT observa cada vez con más fuerza la tendencia de adelantar las compras de útiles escolares. “En nuestra red, las compras realizadas en diciembre de 2023 representaron el 25% del total estimado para la actual Campaña de Vuelta al Cole 2023/24 y enero concluyó con una participación similar”, dijo Vanina Pereyra, gerenta de Marketing de esa firma. Para la empresa, el escenario actual contrasta con la temporada anterior, cuando el 20% de las compras se realizó en diciembre de 2022 y un 15% en enero de 2023.
Los uniformes y los libros son otra de las grandes preocupaciones de los padres. Según la consultora Focus Market, este año el valor de los guardapolvos arranca en $14.725 el tamaño más pequeño, mientras que un talle 18 cuesta $23.100, un 219% más que en 2023.
“Solo me faltan los libros, pero estoy tranquila porque este año todo el grado le va a comprar a un mayorista”, dijo García. Las fotocopias de los textos es algo que en algunas escuelas genera controversia; este año, sin embargo, muchos padres decidieron priorizar el presupuesto. “No quieren que fotocopiemos, pero esta vez ya nos pusimos de acuerdo y vamos a hacer copias del libro de inglés”, aseguró. Muchos padres tienen sus reservas respecto de la posición que toman las escuelas en el contexto actual: dicen que “piden y piden”, que “no se adaptan” y que “no se achican”.
Las librerías advierten con claridad las estrategias de los padres. “Compran segundas marcas reconocidas y se inclinan por presentaciones más pequeñas: eso les permite tener un mejor control del gasto en la medida que evita adquirir cantidades que podrían no utilizarse”, dijo Pereyra. Asegura que las familias se informan sobre descuentos y planifican las compras para aprovechar ofertas y beneficios. Las compras en línea son muy valoradas porque les permiten comparar precios, administrar el tiempo y reducir gastos impulsivos. “Reservan para comprar en forma presencial aquellos elementos que quieren que sus hijos elijan, como mochilas y carpetas”, sostuvo Pereyra. “Pero, antes que nada, las familias identifican qué pueden reutilizar de los años anteriores”.
Los padres fueron anticipando lo que podían. “Este año me organicé: en diciembre compré las remeras del uniforme y los libros”, dijo Clementina Pasma del barrio porteño de Recoleta, madre de cuatro hijos. “Ahora en enero estoy con los útiles. Compro todo lo que puedo de segundas marcas”. Según afirma, llegó a una librería de la calle Paso porque se la recomendó una madre del colegio: la investigación de mercado de un padre es muy valorada por aquellos que no tienen tiempo para comparar. “Yo ya perdí la relación de precios de todo”, dijo, mientras miraba el ticket que tenía que pagar. “El comentario general entre los padres es ‘qué caro está todo’”.
“Te preguntan todos los precios y llevan lo más barato, mucho más si tienen más de un hijo”, explicó a LA NACION Julio Bruno, encargado del mayorista Casa Abe. “Cuando hay más de una lista, los padres están limitados”. Las compras individuales y grupales de padres en tiendas al por mayor hace rato se han instalado. Sin embargo, año a año crece, sin discriminar entre quienes concurren a escuelas de gestión privada o pública.
Los libreros advierten que las terceras marcas cobraron mucho protagonismo por estos días y que hay una baja en la venta de artículos como carpetas y cartucheras. Algunos locales se anticiparon e incluso no compraron mochilas para sus góndolas por temor a no venderlas. “Si pueden, evitan comprar artículos como cartucheras que valen $35.000; solo compran si no tienen opción”, sostuvo Bruno.
“Los padres ya no se quejan de los precios: agachan la cabeza y pagan”, contó Martín Furlanetto, dueño de Librería El Once. Para él uno de los problemas que deben enfrentar las familias es el escaso surtido, por eso cuando encuentran algo diferente o que no conseguían lo compran “por más que valga el triple”. “Una lista escolar está entre $50.000 y $150.000: para muchos es vacaciones o útiles”, asegura Furlanetto.
Todos coinciden en que Papá Noel este año llegó con la bolsa cargada de mochilas y que los Reyes Magos trajeron muchas cartucheras, marcadores y lápices de colores. Para los hogares significó sin dudas un alivio al bolsillo.
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