Pruebas Aprender: El operativo no se hará este año y se desplegarán “otras evaluaciones estandarizadas más eficientes”, dijo Trotta
El Ministro de Educación de la Nación afirmó que las Aprender se llevarán a cabo el año próximo “como parte de un conjunto para evaluar al sistema educativo”
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Las pruebas Aprender, como se conoce tradicionalmente a ese muestreo de carácter censal, que se realizó por última vez en 2019 y abarcó a 11.400 escuelas públicas y privadas de todo el país, no se realizarán este año. La noticia se conoció ayer, y al mismo tiempo que el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, explicaba que ese operativo se iba a realizar cuando los alumnos hayan regresado de manera presencial a las aulas en todo el país, y que este año se iban a desplegar otras evaluaciones estandarizadas, “más eficientes para captar la complejidad de los procesos que se proponen evaluar”, la polémica estalló en las redes sociales.
Fue la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, la que encendió la llama cuando soltó el hilo en Twitter y dio la primera puntada: “Las evaluaciones contribuyen a procesos de mejora educativa continua, promueven la reflexión sobre la tarea de enseñar y ayudan a alcanzar las metas planteadas. Por eso, este año es clave contar con información para saber dónde estamos y tomar decisiones basadas en evidencia”, dijo Acuña.
Y agregó que en la Ciudad, entre octubre y noviembre próximos, se tomarán las evaluaciones FEPBA (7° grado, y TESBA (3° año): “Además, este bimestre implementaremos las Pausas Evaluativas de Matemática e Inglés y, luego del receso invernal, las de Prácticas del Lenguaje en 3° y 6° grado”.
Ante la polémica suscitada, de la que también participaron distintos expertos en educación, Trotta salió al cruce de Acuña durante esta mañana, y aseguró que “las pruebas Aprender se van a realizar como parte de un conjunto para evaluar al sistema educativo”.
Consultados por LA NACION, desde el Ministerio de Educación explicaron que como la evaluación tiene que ser simultánea en todo el territorio argentino, metodológicamente no es correcto plantear este modelo en medio del contexto actual. “Por eso, en abril del año próximo, cuando las y los alumnos hayan regresado de manera presencial a las aulas en todo el país, vamos a evaluar de manera censal el último año de la escuela primaria. Más adelante, en octubre o noviembre de ese mismo ciclo lectivo, se hará lo mismo con la escuela secundaria, mientras que las evaluaciones que se llevarán adelante este año serán muestrales. Es lo metodológicamente correcto al tener una presencialidad alternada e intermitente de acuerdo a los indicadores epidemiológicos”, explicó Trotta.
Según trascendió, la evaluación muestral a la que se refirió Trotta será una especie de “prueba piloto” que se implementará en 120 escuelas. A esto se agregará otras encuestas a docentes, estudiantes y directivos, que servirán como una evaluación integral del sistema educativo. Sin embargo, Trotta dijo esta mañana que la información difundida fue falaz, e insistió en remarcar que las pruebas Aprender “no se suspenden”.
La evaluación educativa en la Argentina se fortaleció; evaluamos para visibilizar las profundas desigualdades y enfrentarlas con políticas públicas. Las pruebas Aprender no se suspenden, se robustecen.
— Nicolás Trotta (@trottanico) June 16, 2021
En un comunicado difundido desde la cartera educativa nacional, explicaron que hoy está en pleno desarrollo el Plan Nacional de Evaluación 2021-2022, que incluye una variedad de enfoques, estrategias, componentes e instrumentos que permiten abordar distintos aspectos de la educación escolar que son objeto de evaluación, sobre todo en este contexto excepcional.
“Nos preocupa y ocupa contestar qué se aprendió en este tiempo excepcional de pandemia que aún transcurre, y para ello necesitamos más y mejores herramientas de evaluación. Acuña [Soledad] debe haber entendido mal, o forzó su interpretación cuando ayer planteamos a los equipos técnicos jurisdiccionales la necesidad de reflexionar que, en este tiempo de profunda alteración de todas las coordenadas de organización del trabajo escolar, las herramientas para evaluar el sistema educativo y el modo en que se ha ejercido el derecho a la educación en Argentina, deben acompañar el proceso”, explicó el ministro.
La última evaluación
En septiembre de 2019 se tomaron las últimas pruebas Aprender, y el operativo se realizó en 11.400 escuelas públicas y privadas de todo el país para evaluar a los estudiantes del último año de la secundaria. Matemática fue para los estudiantes una pesadilla; la asignatura en la que los alumnos del último año de la secundaria que participaron de las evaluaciones obtuvieron la peor nota. El 72% estaba por debajo de los niveles deseados, y de este porcentaje, cuatro de cada diez alumnos no pudieron responder a los contenidos mínimos. Solo el 28,6% alcanzó un nivel satisfactorio o avanzado.
También se habían evaluado a los alumnos en las áreas de Lengua, Ciencias Naturales y Educación Ciudadana. La prueba fue tomada por la gestión de Cambiemos, y los resultados fueron presentados en octubre pasado por Nicolás Trotta, junto con un informe que sistematizó datos de otras fuentes oficiales, para tener una fotografía más amplia del nivel secundario en la Argentina.
El camino para construir el futuro empieza por reconocer la realidad. Abro hilo 👇
— María Soledad Acuña (@Soledad_Acunia) June 15, 2021
El año pasado, y debido a la pandemia, las pruebas Aprender, que en esta ocasión debían calificar los aprendizajes de los alumnos de primaria, tampoco se implementaron. En este sentido, Trotta aseguró que no está dispuesto a renunciar a los saberes ni a la calidad educativa de los alumnos.
“Son saberes atravesados por la pandemia y para abordarlos, vamos a construir la evidencia necesaria, como lo hemos hecho en el 2020 a través de la Evaluación Nacional de la Continuidad Pedagógica, para tomar decisiones informadas de cara a las políticas públicas que debemos continuar implementando”, dijo el ministro.
Y en referencia a los cuestionamientos de diferentes referentes políticos y del ámbito de la educación, a los que le pidió coherencia, agregó: “Lo más importante es qué hacemos con los resultados de las evaluaciones para enfrentar el impacto no solo de la pandemia sino de los cuatro años de desfinanciamiento educativo del gobierno de Mauricio Macri. Los dirigentes se llamaron entonces a silencio mientras desfinanciaban la educación en un 33% en cabeza del Estado nacional. Descontinuaron Conectar Igualdad y terminaron 174 jardines de los 3000 que prometieron”, concluyó.
Para Sandra Ziegler, directora Maestría en Educación Flacso, la aplicación de las pruebas Aprender resulta muy necesaria por varias razones. “En primer lugar, porque las políticas de Estado requieren continuidad y las evaluaciones tienen valor si se sostienen en el tiempo, a los efectos de la comparabilidad de sus resultados”, señala la experta.
En segundo término, dice, son imprescindibles debido a que, en este contexto de pandemia, se requiere medir los aprendizajes con el fin de diseñar planes de recuperación de los mismos. “Hay estudios internacionales que están planteando las consecuencias que arrojará la pandemia en este sentido. El Estado tiene la capacidad técnica así como el mandato para iniciar mediciones de estas características que son claves para la confección de las futuras políticas educativas. Es probable que se requieran ajustes técnicos de los instrumentos de estas pruebas, de modo que permitan la comparación longitudinal y al mismo tiempo contar con un diagnóstico más rápido para confeccionar orientaciones para recuperar saberes. La idea de medir para conocer y priorizar es un leitmotiv imprescindible en esta coyuntura que estamos atravesando”.
En la opinión de la investigadora en educación Guillermina Tiramonti, también de Flacso, y profesora de la Universidad Nacional de La Plata, es imprescindible tener una radiografía de cómo está el sistema educativo en cuanto a los aprendizajes de los chicos. “Por eso son fundamentales las pruebas Aprender. A partir de sus resultados debemos desarrollar programas de trabajo para superar las problemáticas que vamos a encontrar. Ya tenemos un sistema educativo con problemas de aprendizaje, y la pandemia pego negativamente en ese aspecto. No se pueden desarrollar programas si no sabemos las características ni las poblaciones que fueron afectadas; en qué tipo de aprendizajes fue más duro el impacto”, concluye la especialista.
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