Ventajas y riesgos del tratamiento con Ozempic, la droga mágica de Hollywood para bajar de peso
El fármaco fue aprobado recientemente en la Argentina por la Anmat para el tratamiento de la obesidad y el sobrepeso; cuándo estará disponible y a qué costo
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Tiene un marketing de éxito garantizado, pero en la práctica, son varias las cuestiones que hay que sopesar para decidir iniciar un tratamiento con Ozempic, la droga mágica de Hollywood para bajar de peso.
A favor se podría decir que se logra un descenso rápido, que la persona deja de tener hambre emocional porque el medicamento actúa sobre el cerebro y el sistema digestivo, que de un día para el otro parece haber encontrado esa fuerza de voluntad que antes no tenía para decirle que no a algo rico o que le gusta mucho. En contra, que es muy caro, que genera hinchazón y descompostura estomacal, que hay que lidiar todo el día con indeseables gases y eructos, y que el tratamiento es crónico, como la enfermedad: es decir, que para tener éxito duradero habrá que acompañarlo de dieta y ejercicio físico porque parece mágico pero no es.
Al cabo del tratamiento, si no se logró un cambio de hábitos, cuando se deje la droga, se comenzará a recuperar kilos. En algunos países, se está investigando si esta droga genera depresión en los pacientes e incluso si ante la interrupción repentina del medicamento, como ocurrió cuando hubo faltantes en el mercado, desencadena en algunos pacientes un hambre voraz, debido a que, el corte abrupto del tratamiento podría ocasionar que la cantidad de glucosa en sangre aumente, provocando diversos efectos negativos en el cuerpo, tal como se publicó en The New York Times.
Ozempic fue aprobada recientemente en la Argentina por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) para el tratamiento de la obesidad y el sobrepeso. Wegovy, así es el nombre de Ozempic cuando se usa para el descenso de peso, estará disponible en el mercado local en los próximos meses, aunque todavía no se sabe cuándo, luego de ser autorizada vía disposición N° 5591/2023 de Anmat, en la que se detalla que se autoriza al laboratorio Novo Nordisk la inscripción de este medicamento en el Registro de Especialidades Medicinales (REM). En el texto se aclara: “la solicitud presentada ha sido evaluada por la Dirección de Evaluación y Control de Biológicos y Radiofármacos de esta Administración, concluyéndose que la nueva especialidad medicinal cuya inscripción en el REM se solicita, presenta un aceptable balance beneficio-riesgo, permitiendo por lo tanto sustentar el otorgamiento de la inscripción del producto para la indicación solicitada”.
Ante la consulta de LA NACIÓN, desde el laboratorio eligieron la cautela para hablar del tema y recordaron que hasta ahora, Ozempic en el país solo está autorizada para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Sin embargo, ante la demora en la aprobación de la droga y ante la amplia difusión que tuvo en los medios de todo el mundo, distintos especialistas reconocieron que cada vez más pacientes les piden utilizar esa droga para el tratamiento de la diabetes que está en el mercado argentino.
¿Usar Ozempic o esperar a Wegovy?
¿Qué poner en la balanza, ante la posibilidad de iniciar este tratamiento? Lo primero sería a uno mismo. Porque, al menos en las indicaciones clínicas, este medicamento no es para cualquier persona. Ya que Ozempic está indicado para tratar la diabetes tipo 2, con un efecto indirecto en el descenso de peso.
Los estudios demostraron que permite descender en concentraciones bajas un 5% del peso corporal, contra un 17% en mayores concentraciones. El riesgo de usar esa droga sin ser diabético (el único uso que legalmente tiene Ozempic) tiene que ver con desaprovechar las posibilidades de un medicamento, ya que las dosis son más bajas y con esto se reduce su efectividad. Se pagará caro por un tratamiento que resultará menos efectivo. “Hasta ahora, la Argentina tiene semaglutida (Ozempic) de 0,25, 0,50 y 1 miligramo, y la semaglutida para obesidad (Wegovy) es 2,4 miligramos, que es una dosis mucho más alta, con lo cual el uso es como tomar una amoxicilina 500 miligramos una vez por día y el paciente tiene indicación de 1 gramo cada 12 horas, es decir que el paciente está subtratado, por un lado no va a tener beneficio, está gastando dinero y por el otro no va a tener la eficacia de un excelente medicamento”, detalla la doctora en Nutrición Mónica Katz, expresidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición.
A partir de que Wegovy, el medicamento que acaba de aprobar ANMAT, empiece a estar disponible efectivamente a la Argentina (así se llama Ozempic cuando es para adelgazar, ambos medicamentos del laboratorio Novo Nordisk), debería ser utilizado por personas mayores de edad, que están dentro de un tratamiento de descenso de peso que incluya alimentación reducida en calorías y ejercicio físico, pero para personas que tienen un Índice de Masa Corporal (IMC) de 30, que es obesidad y más de 27, que es sobrepeso si tuvieran alguna comorbilidad como hipertensión, apneas de sueño, enfermedad cardiovascular, entre otras.
“¿Cómo se determina la obesidad? Con el IMC, que es el peso de una persona dividido por el cuadrado de la estatura. Si es más de 30, se considera obesidad, más de 25, es sobrepeso y entre 18 y 24 se considera un rango de peso normal”, explica el médico clínico Ramiro Heredia, del Hospital de Clínicas y editor del portal Infomed.
¿Sirve para el sobrepeso estético?
En Estados Unidos, la llegada de este medicamento se alejó mucho de la indicación inicial con el que fue aprobado y alcanzó popularidad cuando las estrellas de Hollywood lo usaron para sacarse esos dos o tres kilos de más, algo que los especialistas desaconsejan.
“No es que me inyecto, bajo dos kilos y después la dejo usar. Eso es gravísimo. Realmente podés tener muchos problemas, desde hipoglucemia, desmayos, diarreas, vómitos. No a todos los pacientes se les indica. Incluso a pacientes con obesidad, hay que analizar la causa, si come compulsivamente, si come por las emociones, si come por hedonismo, si come porciones grandes. No a todo el mundo le vamos a dar las mismas drogas. Hay distintas drogas para obesidad, esta sería una más”, asegura Analía Yamaguchi, médica clínica especialista en Nutrición del Hospital Italiano.
“Ningún medicamento de estas características debe ser utilizado sin recetas”, explica la endocrinóloga Laura Maffei. “Una cosa es padecer obesidad o sobrepeso y otra es tener un par de kilos de más. Esta no es una herramienta de uso popular. No está indicada para cualquier persona. En algunos casos puede generar diarrea, náuseas, vómitos, dolor en el estómago, no son síntomas terribles. Pero también se corre el riesgo de que no dé un buen beneficio si no se hace dentro del marco de un tratamiento para la obesidad, en el que lo farmacológico es una pata, no la única pata necesaria para lograr el objetivo”, agrega.
Aunque sobre esto hay diversidad de opiniones: ¿esos dos o tres kilos de más no son el felpudo de la puerta de entrada a la obesidad?
“¿Por qué decimos que drogas de nueva generación como estas son el futuro? Porque logran cambios en la conducta, muy difíciles de alcanzar de otra forma. Yo sé que es polémico lo que planteo, pero no me parece descabellado que en los próximos años se utilice esta u otra droga para bajar esos kilos de más previos al sobrepeso y a la obesidad. Porque tenemos que afrontar el problema que representan antes que sean una amenaza para la salud. Si no, en unos años, la pandemia de obesidad va a ser una amenaza incontrolable. ¿No sería actuar preventivamente?”, Katz.
Adherencia
¿Cuáles son los pros y los contras de usar Wegovy? Uno de los pros, dicen los especialistas, es que se logra no solo bajar de peso sino adherencia al tratamiento: esto es, que los pacientes tengan la fuerza de voluntad para seguir adelante un tratamiento de descenso de peso.
“Esta droga opera sobre el sistema nervioso central y el periférico y logra generar cambios conductuales porque modifica a nivel del cerebro y del estómago la sensación de saciedad. Y la sensación de hambre emocional, este picoteo constante, hábito que tanto cuesta modificar en las personas con sobrepeso. Es una herramienta muy interesante porque quien lucha con el sobrepeso no es que no sabe lo que tiene que hacer, sino que por alguna razón no lo puede hacer. Este tratamiento logra muy buenos resultados en ese sentido porque al lentificar el vaciamiento del estómago, aumenta la sensación de saciedad”, explica Katz.
Es decir, que al actuar sobre el sistema nervioso central, actúa sobre el comando de las decisiones. Permitirá lograr cambios desde la conducta, como acabar con el picoteo y las porciones grandes, que son verdaderos enemigos de cualquier plan de descenso de peso. Ataca el hambre emocional, y dicen los especialistas, que por eso se considera que habrá un antes y un después de esta generación de medicamentos.
También a favor tiene que es una droga que fue muy evaluada y que no demostró efectos adversos de relevancia, al menos hasta ahora. Sí hubo casos, poco frecuentes de inflamación de páncreas. En el prospecto se advierte que puede producir pancreatitis o posibles tumores, incluso cáncer en la tiroides. Y se advierte que no se use si la persona o algún familiar ha tenido cáncer medular de tiroides.
Los especialistas detallan que en general, los efectos adversos que presenta raramente son de gravedad, por eso se considera un medicamento seguro. Pero que pueden resultar molestos y que en algunos casos terminó siendo la razón de que se dejara el tratamiento.
Hay que entender cómo funciona: los medicamentos de nueva generación para bajar de peso imitan una hormona producida naturalmente, llamada péptido-1 similar al glucagón, que aumenta la producción de insulina, suprime el apetito y retarda el vaciado del estómago, creando una sensación de saciedad incluso cuando los pacientes comen menos.
“Este es un medicamento que es un análogo de lo que llamamos el GLP-1. Este es una segunda generación. Hubo un primero que fue la liraglutide, que es Saxenda. El GLP1 es una hormona que se produce en el intestino, luego de la ingesta de alimentos, que enlentece el vaciado gástrico y aumenta la saciedad. Por eso es que es una medicación que es interesante para la disminución de peso”, explica Maffei.
Los efectos de este enlentecimiento del vaciado gástrico pueden ser molestos e incómodos: desde hinchazón abdominal, hasta gases, náuseas, vómitos, diarrea. Algunas personas relataron que les generaban eructos con mal sabor y otros dijeron estar constantemente mareados, algo que les dificultó llevar adelante sus tareas cotidianas. También muchos otros dijeron no tener nada de síntomas o que los síntomas disminuían con el pasar de los días o incluso cuando sus médicos les fueron indicando que volvieran a dosis más bajas, como las que habían usado en el inicio del tratamiento.
Tratamiento costoso
Otra de las cuestiones que hay que evaluar, que no es menor, es el costo del tratamiento: saldrá entre 80.000 y 90.000 pesos por mes. En algunos planes de cobertura médica, se podrá tener un descuento que lo haga más accesible y termine costando unos 20.000 pesos. Pero en otros casos, no. Esto, prolongado en el tiempo, será un dato que hay que tener en cuenta para hacer los números. Una paciente con 20 kg de sobrepeso relató que hizo el tratamiento por un año y medio, con resultados exitosos, pero que después de ese tiempo, fue abandonándolo paulatinamente, por indicación médica porque, tras haber perdido 14 kilos, ya no bajaba más: Tal es el caso de Mariela J., una farmacéutica que relató su experiencia a LA NACION.
Ocurre que el descenso de peso que permite Ozempic no es indefinido: es de entre un 10% y un 15% del peso corporal. “Cuando se probó Ozempic, se observó que los pacientes diabéticos con obesidad lograban bajar más de un 5% de su peso corporal. Con los nuevos medicamentos, (Wegovy) con dosis mayores, se logra hasta un 17%”, asegura Yamaguchi.
Justamente, entre los efectos no deseados se enumera que la pérdida de peso no es indefinida: llega un momento que no se pierde más peso con la droga y es allí donde hace efecto el cambio de hábitos que se incorporó. La pregunta es: una vez finalizado el tratamiento, o alcanzado el peso, ¿se pasa a una dosis de mantenimiento o se deja por completo?
“Hay que entender que este es un tratamiento crónico. Tanto la diabetes como la obesidad son enfermedades crónicas. Una vez que se inicia el tratamiento no hay que abandonarlo”, asegura Yamaguchi. Aunque esto no significa seguir utilizando la droga sino sostener los cambios en la alimentación y actividad física, será la única garantía para no volver a subir.
“Según trabajos publicados, hay pacientes que después de un año de tratamiento, pueden dejar la medicación y sostener los resultados”, dice Katz.
¿Hay efecto rebote? “Algunos hablan de efecto rebote. No hay tal cosa, en realidad hay un abandono del tratamiento, que no es solo el uso de la droga, sino la alimentación y el ejercicio. Por eso decimos que el uso de Ozempic tendrá efectividad, solo si durante el tratamiento farmacológico se hizo un cambio de vida: de alimentación y de actividad física. Si esto ocurrió, se podrá ir dejando el medicamento y continuar con la alimentación y el ejercicio y sostener el peso que se alcanzó”, apunta Yamaguchi.
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